Urantia Foundation

El Libro de Urantia


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constante de energías de luz en escape. Una densidad excesiva retendría la luz por opacidad hasta que la presión de la energía luz alcance el punto de explosión. Hay una tremenda presión de luz o gas dentro de un sol, que es la que hace que éste envíe un rayo tan poderoso de energía como para penetrar el espacio a través de millones y millones de kilómetros para energizar, iluminar y calentar los planetas distantes. Cinco metros de densidad de superficie de Urantia prevendrían efectivamente el escape de todos los rayos X y de las energías de luz de un sol, hasta el momento en que el aumento de la presión interna de las energías que se acumulan como resultado de la desmembración atómica vencería la gravedad con una tremenda explosión hacia afuera.

      41:5.2 (460.6) La luz, en presencia de gases propulsivos, es altamente explosiva cuando se confina a temperaturas altas por paredes opacas de retención. La luz es real. Según valoráis la energía y el poder en vuestro mundo, la luz del sol sería económica aunque costara dos millones de dólares por kilo.

      41:5.3 (460.7) El interior de vuestro sol es un vasto generador de rayos X. Los soles son sostenidos desde adentro por un bombardeo incesante de estas poderosas emanaciones.

      41:5.4 (460.8) Se requieren más de medio millón de años para que un electrón estimulado por los rayos X se abra camino desde el centro mismo de un sol promedio, hasta la superficie solar, desde la cual comienza su aventura espacial, tal vez para calentar un planeta habitado, o para ser captado por un meteoro, o para participar en el nacimiento de un átomo, o para ser atraído por una isla oscura altamente cargada del espacio o para encontrar el fin de su vuelo espacial en una caída final a la superficie de un sol similar al que le diera origen.

      41:5.5 (461.1) Los rayos X del interior de un sol cargan con suficiente energía a los electrones altamente recalentados y agitados como para ser impulsados a través del espacio hasta las distantes esferas de los sistemas remotos, pasando por las muchas influencias obstaculizantes de materia que se le interponen y a pesar de las atracciones divergentes de la gravedad. La gran energía de velocidad requerida para escapar a la aprehensión de la gravedad de un sol es suficiente para asegurar que el rayo de sol viajará con velocidad ininterrumpida hasta encontrar considerables masas de materia; en cuyo momento se transforma rápidamente en calor con la liberación de otras energías.

      41:5.6 (461.2) La energía, ya sea de luz o de otras formas, en su vuelo a través del espacio se traslada hacia adelante en línea recta. Las auténticas partículas de existencia material atraviesan el espacio como un disparo. Proceden en línea recta e ininterrumpida excepto cuando reciben el impacto de fuerzas superiores, y excepto en cuanto siempre obedecen la atracción de la gravedad lineal sobre la masa material y la presencia de la gravedad circular de la Isla del Paraíso.

      41:5.7 (461.3) Puede parecer que la energía solar es impulsada en ondas, pero eso se debe a la acción de influencias coexistentes y diversas. Una forma dada de energía organizada no procede en ondas sino en líneas rectas. La presencia de una segunda o tercera forma de energía de fuerza puede ocasionar que la corriente bajo observación parezca viajar en una formación en ondas, así como, en una tormenta enceguecedora acompañada por fuertes vientos, el agua parece a veces caer en forma de cortina o descender en oleadas. Las gotas de lluvia caen en una línea recta de sucesión ininterrumpida, pero la acción del viento es tal como para producir un aspecto visible de cortinas de agua y de oleadas de gotas de lluvia.

      41:5.8 (461.4) La acción de ciertas energías secundarias y otras no descubiertas que están presentes en las regiones espaciales de vuestro universo local es tal, que las emanaciones de luz solar parecen ejecutar ciertos fenómenos ondulados así como desintegrarse en porciones infinitesimales de longitud y peso definidos. Desde un punto de vista práctico, eso es exactamente lo que sucede. Difícilmente podéis esperar llegar a una mejor comprensión de la conducta de la luz hasta el momento en que adquiráis un concepto más claro de la interacción e interrelación de las varias fuerzas espaciales y energías solares que operan en las regiones del espacio de Nebadon. Vuestra confusión actual también se debe a vuestra comprensión incompleta de este problema en cuanto se refiere a las actividades interasociadas del control personal y no personal del universo maestro —las presencias, las actuaciones y la coordinación del Actor Conjunto y del Absoluto No Cualificado.

      41:6.1 (461.5) Al descifrar los fenómenos del espectro, debe recordarse que el espacio no está vacío; que la luz, al atravesar el espacio, es a veces ligeramente modificada por las varias formas de energía y materia que circulan en todo el espacio organizado. Algunas de las líneas que indican materia desconocida que aparecen en el espectro de vuestro sol se deben a las modificaciones de elementos bien conocidos que están flotando por todo el espacio en forma desintegrada, las víctimas atómicas de los feroces encuentros de las batallas elementales solares. El espacio está lleno de estos escombros errantes, especialmente de sodio y calcio.

      41:6.2 (461.6) El calcio es, de hecho, el elemento principal de la permeación material del espacio en todo Orvonton. Todo nuestro superuniverso está lleno de piedra altamente pulverizada. La piedra es literalmente la materia básica de construcción de los planetas y las esferas del espacio. La nube cósmica, el gran manto espacial, consiste en su mayor parte en átomos modificados de calcio. El átomo de piedra es uno de los más comunes y persistentes de los elementos. No solamente tolera la ionización solar —la división— sino que persiste en una identidad asociativa aun después de haber sido azotado por los destructivos rayos X y destrozado por las elevadas temperaturas so-lares. El calcio posee una individualidad y una longevidad que superan todas las formas más comunes de la materia.

      41:6.3 (462.1) Tal como lo han sospechado vuestros físicos, estos restos mutilados del calcio solar literalmente cabalgan en los rayos de luz por diversas distancias y de esta manera, se facilita enormemente su amplia diseminación por todo el espacio. El átomo de sodio, bajo ciertas modificaciones, también es capaz de locomoción en la luz y en la energía. El logro del calcio es aún más notable puesto que este elemento tiene una masa que es casi el doble que la del sodio. La permeación local del espacio por parte del calcio se debe al hecho de que escapa de la fotoesfera solar, en forma modificada, cabalgando literalmente los rayos del sol salientes. De todos los elementos solares, el calcio, a pesar de su masa comparativa, pues contiene veinte electrones giratorios, es el más triunfador en escapar del interior solar hacia los reinos del espacio. Esto explica por qué existe una capa de calcio, una superficie de piedra gaseosa, en el sol de un espesor de casi diez mil kilómetros; y esto a pesar del hecho de que diecinueve elementos más livianos, y numerosos otros más pesados, están por debajo de esta capa.

      41:6.4 (462.2) El calcio es un elemento activo y versátil en las temperaturas solares. El átomo de piedra tiene dos electrones ágiles y ligeramente ligados en los dos circuitos electrónicos exteriores, que están muy cerca uno del otro. Prontamente en la lucha atómica pierde su electrón exterior; en ese momento realiza una acción malabarista magistral con el electrón número diecinueve de aquí para allá entre el circuito diecinueve y el circuito veinte de la revolución electrónica. Al empujar de aquí para allá al electrón diecinueve entre su propia órbita y la de su compañero perdido, más de veinticinco mil veces por segundo, un átomo de piedra mutilado consigue vencer parcialmente la gravedad y por lo tanto cabalgar con éxito sobre los rayos emergentes de luz y energía, los rayos del sol, hacia la libertad y la aventura. Este átomo de calcio se mueve hacia afuera mediante saltos alternados de propulsión hacia adelante, aprehendiendo y soltando el rayo de sol unas veinticinco mil veces por segundo. La piedra es la más experta en escapar de la prisión solar, y es por esto por que la piedra es el componente principal de los mundos del espacio.

      41:6.5 (462.3) La agilidad de este acrobático electrón de calcio se refleja en el hecho de que, cuando es arrojado por las fuerzas solares de temperatura y de los rayos X al círculo de la órbita más alta, tan sólo permanece en esa órbita por un millonésimo de segundo, pero antes de que el poder de la gravedad eléctrica del núcleo atómico lo atraiga de vuelta a su vieja órbita, es capaz de completar un millón de revoluciones alrededor del centro atómico.

      41:6.6 (462.4) Vuestro sol ha perdido una cantidad enorme