persona. Esta es la etapa en la que el cerebro segrega hormonas del crecimiento que estimulan el crecimiento de los tejidos y la reparación de los músculos. Según un informe para mejorar el sueño de la Escuela de Medicina de Harvard, los jóvenes pasan el 20 por ciento de su sueño en esta fase pero, al llegar a los sesenta y cinco, para la mayoría de la gente esta fase se convierte en «casi inexistente».3 La etapa final, mor o «sueño de movimientos oculares rápidos», es la fase en la que ocurren los sueños vívidos. Esto es lo que solemos recordar al día siguiente. Por lo general, se considera que el sueño de onda lenta y el de mor son los más importantes para mantener una buena salud física y mental.
Las interrupciones en tu ciclo del sueño pueden hacer que te desesperes por encontrar una solución y, si bien las pastillas para dormir pueden resultar de ayuda a corto plazo, pueden ser adictivas y por lo general tienen efectos secundarios como estreñimiento, cambios en el apetito, sequedad de boca, somnolencia indeseada, ardor de estómago, dolor estomacal y debilidad física; el uso continuado puede incluso producir pérdida de memoria. Un estudio de 2012 estimaba que las pastillas para dormir estaban asociadas a al menos 507.000 muertes en Estados Unidos ese año.4 Tras comparar la tasa de fallecimientos de gente que había tomado pastillas para dormir y gente que no, el estudio concluía que incluso en el caso de pacientes a los que se les había recetado tan solo dieciocho pastillas en un año, medicamentos como el zolpidem pueden incrementar la probabilidad de muerte hasta tres veces. Sin embargo y dada la importancia del sueño, los efectos secundarios de las pastillas para dormir no parecen disuadir a la gente de tomarlas y a los médicos de recetarlas: entre 2006 y 2011, el número de recetas de pastillas para dormir se incrementó en Estados Unidos de cuarenta y siete a sesenta millones.
el uso histórico del cánnabis para dormir
El cánnabis tuvo muchos usos en la India antigua y los textos tradicionales de la medicina ayurvédica escritos durante el siglo xi sostenían que tenía fuertes cualidades soporíferas o somníferas. Si bien los insomnes de hoy en día pueden fumar o vaporizar una variedad con alto contenido de thc para quedarse dormidos más rápido, los métodos de consumo en el 600 a. e. c. no eran exactamente iguales. En esa época, probablemente el cánnabis se fumara en grupo sobre un gran fuego (imagínate una sesión en la que fardos gigantes de cánnabis ardían mientras la gente inhalaba el humo resultante) o se preparaba y se servía en una bebida ritual hecha con bhang, una pasta elaborada a base de cogollos y hojas. Para cuando la Indian Hemp Drugs Commission (Comisión de drogas de la India) escuchó los testimonios en 1893 según los cuales el cánnabis podía ser usado como sedante y para contrarrestar el insomnio, las tinturas de cánnabis eran empleadas ampliamente por los doctores gracias a William O’Shaughnessy.
El primer uso de una tintura de cánnabis tuvo lugar en 1843, cuando este doctor irlandés publicó un estudio basado en su experiencia con este preparado e incluyó una receta para que otros la usaran.5 Muy pronto, los médicos valoraron su uso para sus pacientes privados de sueño. En 1860, el doctor R. R. M’Meens revisó la literatura del momento e informó a la Sociedad de Medicina del estado de Ohio, afirmando que, en algunos casos, los menores efectos secundarios del cánnabis hacían que lo prefiriera al opio: «Como el efecto general del cáñamo es menos violento y produce un sueño más natural, sin interferir con las acciones de los órganos internos, a menudo resulta sin duda preferible al opio, si bien no iguala a esa droga en potencia y fiabilidad».6 Así, se solían recetar las tinturas de cánnabis para el insomnio y otros problemas relacionados con el sueño. Incluso sir J. Russell Reynolds, el médico de la reina Victoria, administraba cánnabis como sedante y decía que por lo general bastaba con pequeñas dosis. En cuatro páginas del U.S. Dispensatory de 1868 dedicadas al extractum cannabis, los autores alaban la planta por su habilidad para inducir el sueño.
Si bien las investigaciones pasadas se centraban en el sueño como un todo, las investigaciones más recientes adoptan un planteamiento más matizado al considerar los efectos del cánnabis en las diferentes etapas del sueño y si esos efectos pueden perturbar otras áreas de la mente y el cuerpo. Puede que sea una creencia mayoritaria entre los usuarios de cánnabis que una calada antes de irse a la cama puede facilitar conciliar el sueño, e incluso ayudar a mantenerse dormido, pero entre los investigadores las opiniones sobre la relación entre el sueño y el cánnabis varían.
cómo puede ayudar el cánnabis
Si bien no cabe duda de que el cánnabis afecta al sueño, los investigadores siguen trabajando para determinar qué etapas del sueño se ven afectadas, y qué combinación de compuestos de la planta es más probable que ayude a conseguir una noche de descanso prolongada y satisfactoria. Se trata de los cannabinoides, la potente molécula en el cánnabis que le otorga su valor medicinal. Los cannabinoides que más se suelen investigar son el thc (tetrahidrocannabinol) y el cbd (cannabidiol), y ambos han mostrado tener usos como ayuda para dormir.
Antes de explorar cómo estos cannabinoides inciden en el sueño, vamos a detenernos en cuántas personas consideran que el cánnabis es una ayuda efectiva para dormir. En una encuesta a pacientes en 2016 realizada por Hellomd, una plataforma online para usuarios de cánnabis medicinal, el insomnio resultó estar entre las afecciones más comunes para las que se usaba, con el 65 por ciento de los que contestaron afirmando que usaba el cánnabis como ayuda para dormir. Los pacientes que usaban el cánnabis para otras afecciones enumeraban un mejor sueño como efecto secundario beneficioso, pues un 79 por ciento de los encuestados estaba de acuerdo en que ayudaba a dormir mejor.7 En un estudio canadiense de 628 usuarios de cánnabis para fines terapéuticos, el 85 por ciento dijo que lo usaba para tratar problemas de sueño además de otros problemas como el dolor o la ansiedad.8 A menudo el dolor es la razón más citada para usar el cánnabis, y este suele ir acompañado de problemas para dormir. El dolor puede interrumpir el sueño y provocar la ausencia del sueño de onda lenta y del mor, lo cual en general causa más problemas para el paciente. Los que padecen dolor suelen declarar que cuando empezaron a usar cánnabis tanto su ciclo de dolor como de sueño mejoraron.
Hay unas pocas cosas que podemos afirmar sobre el cánnabis y el sueño. Se ha demostrado que uno de los cannabinoides más populares del cánnabis, el thc, incrementa significativamente la producción de melatonina del cerebro, una hormona producida de forma natural que regula el ritmo circadiano.9 9 (Si alguna vez has sufrido jetlag, quizás te hayan recomendado un suplemento de melatonina para ayudar a reajustar tu ciclo de sueño.) Cuando los cannabinoides como el thc y el cbd entran en el cuerpo, imitan algunos compuestos que el cuerpo fabrica llamados endocannabinoides. Estos neuroquímicos son un aspecto crítico del sistema endocannabinoide del cuerpo, que es el responsable de una plétora de funciones corporales, incluyendo la regulación del sueño. (Para más información sobre el sistema endocannabinoide, consulta el apéndice 1.) Cuando se trata de inducir el sueño, un estudio de 1973 de personas sanas con insomnio publicado en Psychopharmacologia mostró que el thc puede reducir el tiempo que se tarda en quedarse dormido —la latencia de inicio del sueño— hasta en una hora. Los investigadores también asociaron las dosis de thc con una reducción en las interrupciones del sueño durante la primera parte de la noche.10
Desde entonces, la eficacia del cánnabis, y en particular el thc, para iniciar el sueño ha sido reiterada en varios estudios. Un artículo de 2017 indicaba que el thc podía «reducir la latencia de inicio del sueño para los usuarios noveles o, en pequeñas dosis, en usuarios experimentados», pero que, para los usuarios experimentados, las dosis altas podían en realidad incrementar la latencia de inicio del sueño.11
Otro estudio, que concluyó que el uso del cánnabis fumado o del thc por vía oral ayudaba a que los sujetos se durmieran, también concluyó que alargaba la cantidad de tiempo que los sujetos pasaban en el sueño de onda lenta y reducía el tiempo que pasaban en el sueño mor.12 Y aquí es donde la ciencia sobre el cánnabis y el sueño puede complicarse un poco.
En Hellomd, el doctor Perry Solomon se encuentra con un montón de preguntas sobre el cánnabis y el sueño. Dice que aunque algunos médicos hacen hincapié en la importancia de la fase mor, no deberían minimizarse los beneficios de pasar más tiempo en el sueño de onda lenta, en particular si se trata de pacientes más mayores que quizás ya estén perdiendo esta clase de sueño.
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