que existen con independencia del uso del cánnabis o de su presencia.
El sistema endocannabinoide, o sec, es un importante sistema regulador que existe en todos los mamíferos. Inicia cambios tanto psicológicos como fisiológicos a medida que nuestros cuerpos se adaptan a nuevos entornos o circunstancias (cabe pensar en el estrés como otra circunstancia a la que nuestros cuerpos se tratan de adaptar constantemente). El estrés y la ansiedad activarán un sec sano para que produzca endocannabinoides —es decir, los cannabinoides en nuestros cuerpos— según la necesidad. A su vez, estos endocannabinoides activan los receptores de endocannabinoides que se encuentran por todo el cuerpo para facilitar la respuesta necesaria. En 2012, un equipo de investigadores alemanes completó un estudio publicado en el Journal of Psychopharmacology que mostraba que la señalización de endocannabinoides podía asegurar una reacción apropiada a los acontecimientos estresantes, y se refería al sec como «un sistema regulador tampón para la respuesta emocional».5
Una metáfora común que los científicos emplean a menudo compara el sec con un sistema de cerraduras y llaves: una vez que se introduce la llave (el cannabinoide) en su cerradura correspondiente (el receptor del cannabinoide), un mensaje químico se abre y se desencadena un cambio en el cuerpo que nos ayuda a adaptarnos al estrés. Si lo contemplamos en términos del modelo de estrés de Selye, el sec juega un papel muy destacado en la fase de resistencia, cuando el cuerpo intenta adaptarse a una fuente persistente de estrés.
Incluso antes de que los investigadores pudieran ilustrar la relación entre la ansiedad y el sec, estaban al corriente de que el estrés y la ansiedad eran la razón más común que daban los usuarios de cánnabis para justificar el consumo de la planta. Un estudio canadiense que examinó el uso del cánnabis para fines terapéuticos en un grupo de 628 personas encontró que el 79 por ciento de los encuestados usaba el cánnabis para aliviar la ansiedad.6 Un artículo de revisión de 2017 corroboró esa afirmación mediante ocho estudios transversales que llegaron a la misma conclusión: el alivio de la ansiedad es una razón básica para el uso del cánnabis.7
Ahora que sabemos cómo produce el cuerpo sus propios cannabinoides para combatir el estrés, resulta más fácil entender la manera en que los cannabinoides derivados del cánnabis funcionan en el cuerpo. Dado que los endocannabinoides se producen a demanda y no se almacenan, puede que se agoten si el cuerpo se ve sometido a tanto estrés que agota la capacidad de producir más. Cuando esto ocurre, el sec se desequilibra. (El lector encontrará una explicación más detallada de los endocannabinoides y sus receptores en el apéndice 1.)
Un sec desequilibrado puede causar problemas, en particular en lo que se refiere a la salud mental. En 2014, unos investigadores de la universidad Vanderbilt consiguieron confirmar que, cuando las personas sufrían estrés crónico o un trauma emocional severo, corrían el riesgo de sufrir una reducción en su producción de cannabinoides,8 lo que a su vez incrementaba las posibilidades de experimentar ansiedad. Y aquí es cuando los cannabinoides del cánnabis pueden resultar de ayuda. El mismo estudio descubrió que, cuando los usuarios con una deficiencia de cannabinoides consumían cánnabis, su ansiedad se reducía. Verás: el thc y el cbd actúan de forma similar a los endocannabinoides del cuerpo, lo que significa que pueden abrir o unirse a los receptores cannabinoides de la misma manera. A un nivel neuroquímico, consumir cannabinoides como el thc y el cbd puede ayudar a regular el sec del cuerpo trabajando para restaurar el equilibrio. Sin embargo y como ya mencionamos, la dosis juega un papel importante: resulta que demasiado cánnabis perturba el sec y puede incrementar la ansiedad.
Encontrar la línea divisoria entre incrementar o reducir la ansiedad personal con el cánnabis tiene mucho que ver con las características de los compuestos dominantes de la planta. Sabemos del capítulo anterior que el thc es el cannabinoide responsable de la euforia o subidón que resulta de consumir cánnabis y, para los usuarios primerizos, esta sensación no siempre resulta agradable. De hecho, algunos sostienen que les provoca más ansiedad. El cbd, sin embargo, no causa euforia. Este hecho por sí solo hace que algunos estén convencidos de que el cbd puede ser más efectivo que el thc para tratar la ansiedad.
Se ha demostrado una y otra vez en condiciones de laboratorio que el cánnabis es bueno para regular la ansiedad. Un artículo de revisión de 2010 sobre el uso terapéutico de los cannabinoides analizó casi un centenar de estudios con animales y humanos para determinar el potencial del cbd como ayuda para tratar problemas psiquiátricos. Los científicos señalaron que, debido a su ausencia de efectos intoxicantes o cognitivos y su relativa seguridad, «posiblemente el cbd sea el cannabinoide más probable cuyos hallazgos se traduzcan en la práctica clínica».9 El mismo estudio sugería que, si bien se ha demostrado que el thc posee propiedades sedantes y promueve el sueño, valdría la pena realizar «una atenta exploración de los efectos benéficos de la asociación entre el thc y el cbd». En general, el estudio encontró que el sec era «un objetivo prometedor para intervenciones terapéuticas novedosas para los problemas psiquiátricos, incluida la ansiedad.
Cuando consideramos las cualidades individuales de cada cannabinoide, otro factor que puede afectar a la potencia de un componente es su interacción con otro compuesto. Los científicos saben desde 1974 que el cbd puede interferir con los efectos deseados (y, a veces, no deseados) del thc,10 y confirmaron en un estudio de 1982 que una dosis de cbd podía combatir de forma efectiva los efectos secundarios de ansiedad causados por el consumo de una dosis de thc.11 (De ahí el consejo a una persona que no se siente bien tras consumir thc de que consuma un producto alto en cbd.)
Si bien el estudio de 2010 ya mencionado sugiere que el cbd puede ser un mejor punto de partida para los pacientes que sufren ansiedad, estudios más recientes sobre la literatura relacionada con el sec y la ansiedad adoptan un planteamiento más amplio, incluyendo los estudios específicos al tept. La gran diferenciación entre individuos con trastornos de ansiedad e individuos con tept es que los segundos forman lo que los científicos denominan «memoria del miedo» o condicionamiento del miedo, tras un acontecimiento traumático. Esto puede causar flashbacks, agresividad, depresión, incremento de la frecuencia cardiaca, tensión muscular e insomnio, entre otras cosas. El tept también conlleva una incapacidad del proceso normal de extinción del miedo, lo que significa que ciertos recordatorios o «desencadenantes» de una experiencia traumática pueden causar respuestas de miedo condicionado mucho después de que termine la experiencia.
Se ha mostrado en estudios con animales que una señalización aumentada de endocannabinoides tiene un efecto en la memoria del miedo, y que las dosis tanto de thc como de cbd muestran su habilidad para alterarlo. Un estudio con humanos mostró que la administración de una dosis baja de thc a individuos sanos ayudaba a modular los circuitos en el cerebro relacionados con la extinción del miedo. El estudio señala que el sistema endocannabinoide del cuerpo podría claramente servir como «objetivo prometedor» para la intervención del tept.12
Otro estudio que examinó los efectos del thc en el cerebro encontró que este aumentaba la conectividad funcional entre varias regiones de la amígdala y el córtex prefrontal,13 lo que sugiere que, en el contexto de una amenaza, el thc puede modular la reactividad, reduciendo potencialmente nuestra percepción de la amenaza o aumentando nuestra regulación socio-emocional. En palabras más sencillas: el thc podría ayudarnos a reaccionar de forma más apropiada cuando nos enfrentamos a algo que nos atemoriza.
el uso del cánnabis para tratar el estrés y la ansiedad
Los estudios demuestran que la diferencia entre reducir la ansiedad con el cánnabis y su incremento accidental reside en la dosis. (El dicho es: «Empieza con poco y ve poco a poco».) En un estudio de 2017 sobre los efectos neuropsiquiátricos del cánnabis, los investigadores escriben que el subidón que se experimenta consumiendo cánnabis «puede conseguirse con dosis de thc tan bajas como 2,5 miligramos en un cigarrillo de hierba e incluyen una sensación de intoxicación, con una reducción de la ansiedad, del estado de alerta, la depresión y la tensión, y un incremento de la sociabilidad».14 Otro estudio centrado en el cbd encontró que dosis entre 300 y 600 miligramos reducían la ansiedad inducida en condiciones de laboratorio, pero parecían no afectar a los niveles de base de la ansiedad. Sin embargo, estas dosis reducían la ansiedad de base de los pacientes con un trastorno afectivo