Pierre Bourdieu

Curso de sociología general 2


Скачать книгу

definición social. Nunca tenemos que vérnoslas con un individuo: en el límite, un individuo es una cosa biológica con la cual nada tiene que hacer el sociólogo (salvo que la biología plantee problemas a lo social; podremos retomar eso). El agente está socialmente constituido y va a estar provisto de una identidad social.

      Esta manera de construir el mundo social, de construir un perfil, una perspectiva potente, explica gran parte de los hechos sociales que las otras maneras de construir no permiten ver. No es el alfa y el omega, no es la totalidad; pero esto no quiere decir que sea falsa. Una manera de construir el mundo social como el lugar donde se juega algo a veces tanto más esencial que lo tomado como apuesta por el materialismo (el salario, etc.), en el sentido de que se comprometen cuestiones de vida o muerte, cosas por las cuales uno está dispuesto a morir, esto es, a sacrificar todo el resto, consiste [en percibirlo a partir del] problema de la identidad, [en el que] se juega la respuesta a las preguntas: “¿Qué soy verdaderamente?”, “¿Y quién puede decirme lo que soy?”. Aquí, en el palmarés, unas cuantas personas pueden decirse: “Pero ¿dónde estoy en la lista? ¿Estoy o no? ¿Estoy en un buen puesto? Puedo romper la lista, pero estoy obligado a tomar posición”. El mundo social está constituido por una multitud de juegos sociales de ese tipo: “¿Soy (o él es) verdaderamente cristiano, o no soy (o no es) verdaderamente cristiano?” (hay quienes murieron por eso…), “¿Me puedo llamar así, se puede llamar así?”, “¿Tiene derecho a decirnos eso?”, “¿Y quién puede decirme quién soy?”. Dentro de un rato volveré a esta cuestión, pero creo que es eso lo que está en juego.

      El sujeto del juego que intento estudiar es el conjunto del juego. Voy a situarme frente a lo que, pretenciosamente, se llama “círculo hermenéutico”: cuanto más sepa qué es el juego, más sabré lo que se juega en él, más conoceré los límites del juego y mejor sabré qué es el juego. El hecho de saber que es necesario interrogar los límites hace ganar mucho tiempo, porque enseguida voy a ir a las polémicas sobre “Fulano que no es un escritor” o “los nuevos filósofos que no son filósofos”. Las polémicas indican que pasan cosas, que hay apuestas, definiciones implícitas: si tomo todos los textos escritos por filósofos a favor o en contra de los nuevos filósofos, voy a ver una apuesta oculta, que para cada uno consiste en definir el juego de tal manera que pueda erigirse en su amo. Es la apuesta de todos los juegos: yo defino las reglas del juego de manera tal que todas las cartas de triunfo sean mías. Cuando se juega con niños, pasa ese tipo de cosas: hay una especie de negociación sobre las reglas del juego a fin de que ellos ganen. Entre adultos no es un juego: este se define y, si pudiéramos, cambiaríamos la regla a cada instante. La vida científica es eso: un buen científico cambia la regla de modo que lo que él hace sea lo que hay que hacer y a los demás no les quede otra opción que el desempleo o la huelga.

      Ahora intentaré plantear el problema de una sociología de la percepción del mundo social, un problema que la sociología no plantea prácticamente nunca. Ahora bien, debe efectuarse una reflexión sobre lo que es percibir el mundo social, sobre una cuestión; por ejemplo: “¿Qué es juzgar socialmente?”.

      Antes de proseguir, querría responder a una pregunta que me hicieron la semana pasada sobre la noción de “posmoderno”. Me preguntaron: “¿Podría informarnos sobre el modo de elaboración de la noción de posmoderno y situar su validez en el campo de los conocimientos? ¿A qué corresponde la necesidad de formalizar un corte y, por lo tanto, darle existencia al nombrarlo? […] En la actualidad, me parece que quienes menos apelan a la noción de historicidad utilizan con la mejor disposición el prefijo post-, resumido de la manera más cabal por la expresión ‘posthistórico’. […] Etc.”. Creo que es una muy buena pregunta pero que, como [sucede] a menudo con las buenas preguntas, induce su propia respuesta, y me parece que todo lo que tiene importancia es una respuesta: uno de los juegos a los que