Pierre Bourdieu

Curso de sociología general 2


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“es neo- o páleo-”. En otras palabras, una de las apuestas de las luchas simbólicas que hoy menciono es manipular los principios de visión y división, jugar con las categorías de percepción del mundo social. Decir que algo es post-, ante-, neo- o páleo- […] es constituir de cierta manera la realidad, y este acto de constitución, en los sentidos filosófico tradicional y jurídico, tendrá la fuerza, la pregnancia de la autoridad del autor del acto constituyente. Aquí es lo mismo. A mi entender, las personas que pueden decir “post-” o “ante-” no son sociólogos. [Inaudible]. Puedo justificar mi definición [de la sociología], que, como cualquier definición, se inscribe en el marco de una lucha para delimitar el campo y, por ende, el espacio de los jueces. Cada lucha científica es una lucha de ese tipo, lo cual no quiere decir que no sea científica. Por eso, el hecho de que la gente que habla ese lenguaje se excluya de la sociología puede debatirse. Creo que esas personas se sitúan en un papel profético: se instituyen en el rol que consiste en intentar modificar, mediante las palabras, el mundo que pretenden pensar. Más exactamente, esas personas intentan modificar el mundo y, al mismo tiempo, su posición en el mundo de la gente que intenta modificar el mundo. Un profeta es alguien que, al modificar la representación del mundo, tiene la posibilidad de modificar su posición en el espacio de las personas que trabajan para modificar la representación del mundo. […]

      Creo que he respondido a “posmoderno”… No verdaderamente, pero creo que no se trata de una escapatoria hábil de mi parte, porque me parece que la persona que hizo la pregunta, por la manera de formularla, puede producir la respuesta. De paso, quiero hacer un agradecimiento (que es también un llamado): en el intermedio me trajeron un texto magnífico tomado de Le Matin Magazine, “Après Sartre, qui?”. Como ven, ¡no lo inventé yo! El artículo es del 25 de septiembre de 1982 (más o menos en la época en que pasaba lo que conté) y lo firma Cathérine Clément (siempre hay que dar al César… [risas]). Es otro palmarés con intersecciones, amigos comunes, pero lo común prevalece sobre lo diferente porque, desde luego, es una persona que está en el centro del espacio de producción que intento definir.

      (Creo que si una serie de cuestiones planteadas por el sociólogo vuelven a encontrarse en otra forma en el lenguaje que llamamos teológico, más vale saberlo si no queremos que la sociología sea teología. Es mi opción, que puede calificarse de cientificista: al dedicarme a la ciencia, mi trabajo es hacer de la sociología una ciencia y no, por descuido, hacer teología, pese a que muchas veces los sociólogos hacen teología sin saberlo. Creo que son cosas relativamente importantes aunque un poco perentorias y rígidas, pero es importante que ustedes sepan por qué digo ciertas cosas: si les asesto un Kafka, acaso piensen que es totalmente descabellado).