Armando Alducin

El Anticristo


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de los cuatro seres vivientes decir como con voz de trueno: Ven y mira. Y miré, y he aquí un caballo blanco; y el que lo montaba tenía un arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo, y para vencer.”

      Apocalipsis 6:1-2

      Una vez que el rapto tenga lugar, aquello “que lo detiene” será quitado y, de esta manera, el camino para las otras dos estará despejado y listo para su cumplimiento. Aquí se presenta el “misterio de la iniquidad,” pues es relevante para el tiempo de la revelación del “inicuo.”

      El Misterio de la Iniquidad

      La palabra “acción” es traducida del latín actio, pero su equivalente en griego es enérgema (gr., ἐνέργημα), que significa “energía;” por su parte, la palabra “iniquidad” califica al individuo “inicuo,” vocablo que proviene del latín inīquus, cuyo equivalente en el griego es anomia (gr., ἀνομίαν), que es la palabra que se usa en la Biblia para referirse a “maldad, rebelión, injusticia, crueldad o perversidad,” lo cual no es otra cosa que “infracción de la ley,” traducida finalmente como “pecado” (1 Juan 3:4). En otras palabras, en el mundo existe una energía o influencia satánica que “opera en los hijos de desobediencia” y produce rebelión a las leyes de Dios, orgullo, injusticias, etc. (Efesios 2:1-2).

      La palabra “misterio” (gr., μυστήριον, mystérion) significa “secreto escondido no revelado.” En otras palabras, bajo el Antiguo Testamento no había sido revelado este misterio de la operación satánica y, principalmente, de la revelación del Anticristo. Sin embargo, aunque la iniquidad es pecado y no un misterio, ¿por qué se habla de ella como un misterio?

      Muchos misterios tratan con eventos futuros y una vez que son revelados, dejan de ser misterios. Por ejemplo, una vez que suceda el rapto de la iglesia, este dejará de ser un misterio y pasará a ser un hecho histórico.

      La iniquidad es lo opuesto a la justicia.

      La iniquidad es parte integral del plan de Satanás (2 Tesalonicenses 2:1-10). Esta fue la condición que caracterizó a los escribas y fariseos en tiempos de Jesús (Mateo 23:27-28) y que, de manera similar, será implantada en el reino de Dios antes de la segunda venida de Cristo.

      Así como la cizaña afecta el crecimiento del trigo durante el tiempo de la cosecha, Satanás usa la iniquidad como piedra de tropiezo para lastimar al pueblo de Dios en los últimos días (Mateo 13:36-43); en aquel tiempo, cuando la iniquidad ya no pueda ser detenida o restringida, esta se extenderá como un cáncer maligno causando que el amor de muchos se enfríe (Mateo 24:12).

      La iniquidad debe ser restringida para el bien de la iglesia mientras esta exista en el mundo. La iglesia no ha experimentado ni es la indicada a experimentar la iniquidad que tendrá lugar en el tiempo de la Gran Tribulación, pues “no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo” (1 Tesalonicenses 5:9).

      Esta iniquidad derramada sobre el mundo no provendrá de Dios sino del poder satánico que se manifestará “con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden” (2 Tesalonicenses 2:9-10).

      Las actuales condiciones en las que se encuentra el mundo de depravación moral, violencia, terrorismo y amenazas nucleares, será el ambiente propicio para que se incube la simiente de Satanás, el cual es otro nombre para el Anticristo (Génesis 3:15). Así que el “inicuo” será introducido en la ecuación de los tiempos finales, una vez que la iglesia sea sacada del mundo y la maldad llegue al colmo.

      “Y al fin del reinado de éstos, cuando los transgresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro y entendido en enigmas. Y su poder se fortalecerá, mas no con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de los santos.”

      Daniel 8:23-24

      La referencia al “reinado de éstos” es hacia los gobernantes que se levantarán según la visión de Daniel y que le entregarán el poder al Anticristo, quien asumirá el gobierno del nuevo orden mundial al final de los tiempos, tras una serie de eventos que se sucederán de la siguiente manera:

      El “inicuo” (Anticristo) saldrá al escenario mundial con la apertura del primer sello, lo cual será una evidencia de que la maldad (iniquidad) ya no estará restringida, sino que será propagada rápidamente por el mundo (Apocalipsis 6:1-2).

      1 Esta propagación de la maldad interrumpirá la paz, pues la guerra vendrá inmediatamente (Apocalipsis 6: 3-4).

      2 El mundo entero sufrirá terribles situaciones en las que reinará el hambre, la pobreza, las plagas y la pestilencia (Apocalipsis 6:5-6).

      3 Surgirá un gobierno mundial en unión maligna con la iglesia apóstata (la Gran Ramera) y el Estado, habiendo inicialmente un dominio de la iglesia apóstata sobre el Estado (Apocalipsis 17:1-3).

      4 La mayor parte de los habitantes de la tierra morirán y serán arrastrados al infierno después de una terrible guerra en la que morirá la cuarta parte de la humanidad (Apocalipsis 6:7-8).

      5 Miles de cristianos morirán debido a la persecución de la iglesia y el Anticristo (Apocalipsis 6:9-11). Dios permitirá que ellos mueran por su fe al no existir restricción de la maldad (Apocalipsis 13:10; 14:12).

      6 La Batalla del Armagedón, en la segunda venida de Cristo, en la que el Anticristo será derrotado y morirá.

      El Anticristo y el Mundo Espiritual

      Uno de los temas más controversiales en el tema de las profecías bíblicas es el origen del Anticristo. En la Biblia, los pasajes acerca de él parecieran hablar de dos personas diferentes, pero realmente se refieren a uno solo.

      “El mundo entero, fascinado, iba tras la bestia y adoraba al dragón porque había dado su autoridad a la bestia. También adoraban a la bestia y decían: «¿Quién como la bestia? ¿Quién puede combatirla?»”

      Apocalipsis 13:3-4

      La bestia será una entidad espiritual maligna que saldrá del Abismo y que se manifestará como un ser humano, en una especie de alquimia de dos seres que el mundo verá como uno solo. Este personaje será un ser suprahumano en el que morará este espíritu invisible, un principado satánico que lo poseerá y controlará totalmente.

      La Guerra Espiritual.

      “Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días… Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá. Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.”

      Daniel 10:12-14, 20-21