Alberto Alexis Martínez

Vidas - Relatos y emociones


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ya no podemos hacer más nada, pero en este caso, un Investigador Privado, sí puede hacerlo particularmente. ¿Me entiendes?

      —Bien, yo no conozco a ninguno, ¿tú me podrías indicar uno que sea bueno para esto? —indagó Luis

      —Oye, conozco a varios, pero en este caso, por ser un delito de homicidio, yo te indicaría que busques a Franco, que es uno de los mejores, te daré su dirección.

      —Bien gracias Marcos. —dijo Luis.

      Entonces, Luis va en busca de Franco, hasta que finalmente se reúne con él en su oficina… Se trata de un individuo mayor, de aspecto serio, que por lo que pudo apreciar en su simple oficina, se trataba de un Policía Retirado como Capitán de Criminalística.

      Luis le describe el caso y de hecho, a Franco le espanta la cantidad de información que no fue recogida ni requerida para un caso de homicidio, por lo cual, él dice que esto está todo muy mal, de pies a cabeza...

      —Bien, eso es lo que me dijo el detective que me asesoró, pero dice que la Policía ya no puede hacer más nada... —replica el joven.

      —Es cierto, ¿quién fue el detective del caso, lo sabes...?

      —Sí, fue él que me indicó su nombre, el Detective Marcos...

      —Ah sí, yo le conozco, es un muy buen Policía.

      A seguir entonces, acuerdan los honorarios, con la promesa de Luis de extenderle una suma extra de quinientos mil por sacar libre a su padre antes de fin de año.

      De inicio, antes de dirigirse a la “escena del crimen, Franco fue a la comisaría para hablar con el detective Marcos y para ver extraoficialmente qué es lo que ellos tenían como evidencias y lo qué habían concluido. De hecho, Marcos le relató cosas que no pudieron verificar por la súbita retirada del cuerpo y la orden de suspensión de las investigaciones de forma muy prematura.

      Una vez que Franco consiguió ingresar en el apartamento donde ocurrió el crimen, verificó que en realidad hubo mucho material que no fue debidamente investigado. Lo primero que observó, fue que en efecto todo estaba revuelto como si hubieran buscado alguna cosa… Pero ¿qué?

      Tal vez, intentaron dejar indicios de un aparente robo, si bien, el asesino no forzó la entrada, por lo tanto, debería ser alguien conocido que la víctima recibió y dejó entrar sin imaginar las intenciones, porque no existían señales de lucha, además, el disparo fue realizado muy de cerca y por detrás, en la nuca, así que el asesino debería estar hablando con la víctima y le disparó de sorpresa agarrándolo desprevenido.

      Esto, quedaba claro desde que al lado de donde había caído el cuerpo, había una estante tipo bar, con dos vasos de bebida que obviamente la víctima estaba preparando para servir en el momento de ser asesinado. Por lo tanto, si pretendían tomar un trago, significaba que era un conocido y no había existido ninguna discusión previa, esto confirmaba que el asesino vino con la intención clara de eliminarle, utilizando un arma de calibre 7.65mm que es muy poco común, y que Martín no tenía.

      El caso se limitaba a saber cuál era el vínculo y la razón que había para matarle, ya que debería tener un motivo previo de algún tipo. Continuando con la búsqueda de pruebas, Franco se dirige al dormitorio donde realiza una minuciosa observación hasta que descubre que hay un cajón sospechoso en un armario del guardarropa... En todo momento, como buen investigador, Franco fue grabando todo el procedimiento que iba realizando con una cámara colocada sobre sus lentes.

      Observando la medida externa y comparando con la interna, el cajón tenía aparentemente un doble fondo, así que lo revisa y encuentra una traba que mantenía cerrado el fondo falso. Una vez que abre ese compartimiento, en el interior del mismo se encuentra con material diverso, como libretas, chips de teléfono e impresos, perteneciente todo ello a un Grupo Terrorista, donde además de varios documentos con órdenes, se incluían cuentas bancarias que pertenecían al Movimiento Terrorista.

      Retirado el material dentro de bolsas plásticas, Franco lo lleva a su oficina para ser analizado minuciosamente, donde tenía también un pequeño laboratorio para realizar análisis y detectar pruebas en indicios. Así que, colocando toda la documentación sobre la mesa de una manera ordenada, verifica que el asesinado Contador Gómez, era utilizado para realizar maniobras fraudulentas en la contabilidad de empresas y recaudar dinero para depositarlo en cuentas del Grupo Terrorista que estaba al mando de un líder cuyo nombre código era el de Comandante Julio y su segundo al mando, era un tal Teniente Federico.

      Finalmente, Franco se dispone a verificar los chips de teléfono que había extraído junto a los documentos, y para su asombro, escucha conversaciones grabadas entre el asesinado Gómez con el identificado como teniente Federico, obteniendo entre otras cosas, los números del teléfono al cual llamaba, y obviamente esto, era lo que el asesino buscó sin llegar a encontrarlo.

      Aprovechando sus contactos con viejos colegas en la policía, incluyendo al detective Marcos, Franco consigue que se localice por medio de una llamada, la localización del celular y su propietario, lo que se logra con éxito en pocas horas.

      Una vez recopilado todo el material, Franco se contacta con Luis, el hijo de Martín y su abogado, para presentar las evidencias y solicitar la anulación de la condena en la Suprema Corte de Justicia, lo cual es simultáneamente presentado en una conferencia de Prensa a la cual invitaron a diversos medios de radio, televisión y periódicos locales realizando de forma pública la siguiente denuncia.

      —Hemos convocado aquí a la prensa, porque si bien se ha determinado mediante una investigación sobre la muerte del Contador Gómez, la cual se le atribuyó y por ello se condenó al Empresario Martín, vengo a comunicarles que ante el desconocimiento de cuantos, y quienes más están involucrados en el caso, dejamos esto en conocimiento público, para evitar que el caso sea manipulado intencionalmente por los responsables.

      Primero, el Contador Gómez trabajaba para un Grupo Terrorista que actúa dentro de un conocido Partido Político y que su función, era la de desviar dinero de sus clientes para cuentas de dicho grupo. Este dinero, es utilizado hasta este momento en la compra clandestina de armas y realización de Propaganda Política, bajo las órdenes de un terrorista llamado comandante Julio junto a su segundo identificado como el teniente Federico.

      Segundo, de acuerdo a los audios grabados por el propio Gómez aún en vida hablando con el mencionado teniente Federico, por temor a ser descubierto el motivo de su fraude, luego de su discusión con Martín, este Contador decidió renunciar y abandonar el Grupo Terrorista, a lo que el teniente Federico, le indicó que eso deberían hablarlo con calma porque estaba todo bajo control, así que le prometió esa noche ir a su casa a tomar juntos un whisky y a charlar calmamente sobre el tema y la mejor salida.

      Tercero, una vez en la casa del Contador Gómez, en cuanto este iba a servir un whisky mientras ambos hablaban, el teniente Federico le disparó en la nuca y luego revolvió todo para buscar esta información y los documentos que hoy nosotros sí hemos hallado y que están en nuestro poder y de la Justicia.

      Cuarto, de hecho, la precaria investigación fue suspendida y la detención de Martín fue consumada, por orden del Fiscal Castro y el Juez Díaz, quienes le aplicaron una rápida condena sin mayores pruebas, esto nos permitió determinar que, en verdad, el Juez Díaz, era el Comandante Julio, y el Fiscal Castro era el Teniente Federico, ambos terroristas y responsables por el asesinato del Contador Gómez.

      Quinto, se determinó que el arma utilizada en el homicidio, una pistola calibre 7.65 mm, es la de propiedad del Fiscal Castro, que, en definitiva, sería quien ejecutó al Contador Gómez.

      Sexto, la razón del homicidio, sería la de evitar que Gómez, en algún momento, abriera la boca y revelara la verdad dejándoles al descubierto…

      La denuncia pública fue acompañada del pedido a la Suprema Corte, lo que de inmediato condujo a la detención del Fiscal Castro y el Juez Díaz, junto a otros Terroristas del Grupo… De forma simultánea, Martín finalmente quedó libre y tras muchos meses, consiguió ser debidamente indemnizado.

      05.