nos haría falta un Movimiento como el que era Schoenstatt en los años treinta. Creo que estamos en el buen camino para anunciar al tiempo actual una verdadera buena nueva». Esto será suficiente.
¿En qué consiste lo que he dicho entonces? ¿Qué esperamos? ¿Qué esperamos de la vivencia de Navidad? La consolidación de la corriente del Padre.
En realidad, para tocar todos los puntos y no olvidar a nadie, ahora tendría que volver a recordar con brevedad lo que entendemos propiamente por la corriente del Padre y de la Victoria o por la corriente victoriosa del Padre. Pero estoy empezando a pensar que esto está todavía asentado con tal profundidad en la memoria y también en el corazón —ya que desde octubre hasta ahora no ha pasado mucho tiempo—, que en cierta medida se encuentra aún más o menos firme en la memoria. Al respecto diré una que otra frase.
Victoria del Padre sobre el hijo del Padre. ¿A través de qué? Por un lado, a través de las tres virtudes teologales y, por el otro, del perfeccionamiento de dichas tres virtudes gracias a los dones del Espíritu Santo.
Repito de nuevo que sin embargo movimiento del Padre, victoria del movimiento del Padre, corriente Victoria Patris significa también, a la inversa, la victoria del hijo del Padre sobre el Padre Dios. ¿A través de qué? Del cultivo de la pequeñez, un cultivo esclarecido en todos sus aspectos.
Dicho de otra manera: ¿qué pretende en sí la corriente Victoria Patris en nuestras filas? Pretende construir y desarrollar un reino universal del Padre con tintes marianos a fin de vencer, en el lado opuesto, el reino del mundo sin Dios.
Al repetir estas pocas frases lo hago con una intención muy determinada: me gustaría plantear en la plática introductoria todo aquello de lo cual más tarde pueda esperarse un desarrollo.
2. Y ahora la gran pregunta: ¿qué cosas implica lo que denominamos corriente Victoria Patris o la consolidación de dicha corriente? Les proporciono a continuación un esquema amplio y profundo:
Significa ante todo la integración de la corriente del Padre. ¿Qué quiere decir esto? En breve les daré la respuesta. En segundo lugar, significa una continuación de esa corriente del Padre. Y, en tercer lugar, una profunda consolidación.
Ahora bien, deben tener presente en todo momento que se trata de la posesión que Dios nos ha regalado. ¡No debemos perderla nunca! ¿Y cuándo no la perdemos? ¿Cuándo continúa desplegándose hasta alturas de vértigo? Respuesta: cuando los tres momentos que acabo de mencionar llegan a tener en nosotros viabilidad y vitalidad.
Tal vez para mencionar de nuevo con rapidez todo lo que presumiblemente está sucediendo en nuestros corazones, puedo plantear aquí una vez más esta pregunta: ¿no estamos acaso un poco decepcionados? ¿no esperábamos algo distinto?
La verdad es que lo que anuncié en la Semana de Octubre he tenido que tacharlo. Pero ustedes ya no lo recuerdan: probablemente hasta han olvidado lo que les había anunciado. Sin embargo, posponer no significa suprimir. Y creo que más tarde quedarán ustedes contentos, sobre todo los que querían recibir una introducción a la problemática moderna. Pero otros deseos grandes o pequeños, tal como los he guardado en mi interior, permiten reconocer que el deseo principal reside en mantener la corriente de seguimiento el año próximo. La respuesta es fácil: esta corriente está esencialmente comprendida dentro de la integración. Más tarde se les hará palpable. O bien consideremos la corriente de José Engling, que está viva aquí y allá. ¡Por supuesto! En algún que otro lugar he encontrado referencias a una frase de un hombre sabio —sí, hay libros sapienciales en la Sagrada Escritura y también existen hombres llenos de sabiduría— según la cual una vez dije que este año todas nuestras Hermanas deberían hacer una peregrinación a José Engling. De verdad lo haya dicho o no creo que todos deberíamos hacerlo. ¡Se han hecho tantas propuestas en esa dirección! A todas quisiera darles mi apoyo. Sin embargo, quisiera permanecer en todo lo que significan las tres palabras. Ustedes saben lo que habría que responder: en José Engling tenemos el espejo clásico de la integración, de la consolidación y de la continuación. O sea, todo coincide. Si tienen otros deseos… creo que ya son ustedes capaces por sí mismos de integrarlos y de incorporarlos en esta tripartición. Así pues, de todos modos ¿qué esperamos especialmente este año como milagro de gracia, como milagro de la Nochebuena? Esperamos adentrarnos y crecer más profundamente en la integración; crecer, adentrarnos y crecer más profundamente en la continuación; y crecer, adentrarnos y crecer más profundamente en la consolidación de la corriente del Padre.
En sí, con lo dicho yo ya habría terminado de cantar mi cancioncita por esta tarde, pero como solamente estaremos un par de días juntos y quiero suponer que no están ustedes demasiado cansados, quizá pueda arriesgarme a empezar desde ya a desarrollar los grandes pensamientos.
Las líneas que queremos acometer son dos.
Por un lado, dicho muy psicológicamente, queremos entrar en sintonía de forma muy general; es decir: no se trata ahora del pensamiento. Es decir, parece no tratarse del pensamiento, pero de todos modos después nos detendremos en él. No obstante, la intención del pensamiento es más el entrar en una cierta sintonía con el contenido de valores, con el contenido de sentido de las tres expresiones. Podemos hacerlo de forma relativamente breve ya por el solo hecho de que se trata de un mero trabajo preparatorio el trabajo principal se realizará después.
Por otro lado, tenemos un segundo desarrollo de ideas que complementa el primero y se trata de hacer transparente, de penetrar intelectualmente en todas direcciones qué pasa ahora con esta integración, esta continuación y esta consolidación.
Ahora voy a intentar explicarles un poco todo esto a fin de transmitir una impresión general de todo lo que nos ocupa en estos días.
Desde luego nos detenemos primero en la integración.
A. Integración de la corriente del Padre
¿Qué se entiende por integración? No quiero hablar de forma abstracta, por lo menos al principio. Quien haya participado en los cursos —sea en el curso para sacerdotes, en el curso de ejercicios o en la Semana de Octubre— y entienda más o menos lo que pretende significar la palabra «integración» podría pensar que se trata de integrar, de complementar, de completar la imagen de Dios por la cual tanto nos hemos esforzado. La imagen del Dios de la vida en dos otras direcciones, es decir girando en torno al Dios de los altares y al Dios de nuestro corazón. Este es un punto de vista, una interpretación.
Pero creo que debería escoger mejor otra interpretación y partir de otro punto de vista. Por supuesto esto entra ya más profundamente en lo que pensamos y queremos en el plano intelectual.
El segundo punto de vista cuando se trata de la integración, parte de la idea de las constantes orgánicas, o mejor dicho de las leyes de desarrollo orgánico y de la estructura integral de la corriente del Padre.
Ya sospecharán qué tan lejos y en qué dirección tendremos que movernos después, aunque vislumbrarán también que, si hacemos todo el recorrido de este discurso, si nos atrevemos a hacer esta investigación, el primer punto de vista10 no quedará insuficientemente tratado. Por el contrario: más tarde veremos cómo de ese modo resuenan todas las necesidades que de algún modo anidan en nosotros.
¿Por qué escojo este punto de vista? Creo que debería señalar dos motivos. Ahora bien, en tal caso comenzamos ya a asumir puntos de vista bien firmes. Así pues, en primer lugar, lo que propiamente me impulsa es una peculiar manera de pensar. ¿He de decir una manera de pensar primigenia, congénita? Si así es, entonces es también una manera de pensar cultivada con el mayor cuidado. Una manera de pensar pronunciadamente orgánica. Y en segundo lugar amor a la ley de contraposición. Con esto empezamos desde ya a cavar hacia lo hondo. Tal vez sea muy imprudente hacerlo ya en la primera tarde juntos. No obstante, como los pensamientos que ahora exponemos son la base para todas las investigaciones posteriores, tenemos que contar con que más tarde serán repetidos con frecuencia, de modo que al final tendremos a pesar de todo la estructura íntegra.
¿Cuáles son los dos motivos de la selección, los dos motivos del punto de vista desde el cual partimos? Permítanme repetirlo: el cultivo