Eve Rickert

Más allá de la pareja


Скачать книгу

círculo, y que me incluía, cambiaban mis interacciones con las personas más cercanas a mí. Esa visualización ahora ya se ha convertido en algo habitual.

      Franklin ha hablado con mucha gente que dice cosas como «soy una persona insegura», como si la inseguridad fuese algo con lo que naces. En realidad, es algo que puedes controlar. Esa «inseguridad» es algo que puedes, si quieres, decidir dejar de sentir. Creemos firmemente en la capacidad reafirmativa de poder decidir, y creemos que la gente a menudo se siente insegura porque toma decisiones, decenas de veces al día, que confirman y refuerzan su propia inseguridad.

      Cambiar la idea que tienes de ti es doloroso e incómodo. Por esa razón mucha gente elige, sin que necesariamente sea consciente de haber hecho esa elección, mantener ideas destructivas sobre sí misma en lugar de enfrentarse a la incomodidad y miedo que provoca cambiar esas ideas.

      La autoimagen, como tocar el piano, es algo en lo que mejoras practicando. Si tú practicas tu inseguridad (si aceptas pensamientos e ideas que destrozan el concepto que tienes de ti, si te pasas la noche en la cama pensando sobre las razones que hacen que no valgas nada o no seas suficiente), terminas volviéndote muy hábil en sentir inseguridad. Por otro lado, si practicas sentir seguridad (si rechazas pensamientos e ideas que destrozan el concepto que tienes de ti y aceptas ideas que lo refuerzan, si te pasas la noche en la cama pensando en las razones que te hacen especial y que le aportan algo a las personas en tu vida) entonces terminas volviéndote muy hábil para sentir una mayor autoestima y seguridad personal.

      En la web de Franklin, la «Guía para convertirse en una persona segura» es uno de los textos más populares que ha escrito nunca. Este es el ejercicio en tres pasos que él ha encontrado increíblemente valioso para reforzar la seguridad personal:

      Paso 1: Sé consciente de que puedes elegir. No pudiste elegir las experiencias del pasado, por supuesto (la gente que se reía de ti en el colegio, o tu ex que te dijo que no estabas a la altura) pero en este mismo momento puedes elegir si seguir creyéndoles o si cambias las ideas que tienes sobre ti. Lo más duro de cambiar tu propia imagen es darte cuenta de que puedes elegir. El resto es más fácil.

      Paso 2. Actúa como una persona con seguridad en sí misma, incluso si no lo eres. «Aparenta ser algo hasta que llegues a serlo» es una estupenda estrategia personal. No puedes controlar tus sentimientos, pero puedes controlar tus actos. Controlas tu cuerpo: puedes elegir actuar con confianza aunque no te sientas así. Cuando te enfrentes a algo que te da miedo o te amenaza, piensa en qué decisión tomarías si sintieras esa seguridad interior… y decide hacer eso. Incluso si te aterroriza. Nadie se va a enterar. ¿Sientes inseguridad cuando ves cómo la persona con quien tienes una relación besa a otra de sus relaciones delante de ti? Inspira profundamente, piensa «siento inseguridad cuando veo esto, pero aun así quiero hacerlo» y permite que suceda. Actuar con seguridad va a dar la sensación de algo falso y forzado al principio, pero se volverá algo normal gradualmente.

      Paso 3: Practica. Mejoras en algo cuando lo practicas. Una persona insegura se vuelve muy hábil para sentirse insegura porque practica todo el tiempo. Estás practicando para sentir inseguridad cuando recuerdas aquellos antiguos insultos en el colegio y te dices que son verdad. Practicas tu inseguridad cuando repasas las razones por las que no mereces estar con la persona con quien tienes una relación.

      La gente segura practica a ser segura. Deja de pensar sobre esos viejos insultos: cuando te vengan a la mente, repítete: «No, son mentira, y decido no seguir creyéndolos». Cuando te encuentres pensando en todas las cosas malas que tienes, detente y piensa: «No, están equivocadas. Aquí está la lista de cosas buenas y atractivas que tengo». (A pesar de lo trillado que suena, escribir una lista de las cosas que te gustan de ti y llevarla en el bolsillo, ayuda.) Cuando te encuentres pensando sobre por qué la persona con quien tienes una relación no te desea o no debería hacerlo, detente y piensa: «No, eso no es cierto».

      Practicar tu seguridad personal significa centrarte constantemente en tu mejor versión. Cada creencia sobre ti que decidas mantener, en cada momento, es un paso que te acerca o te aleja de la persona que quieres ser. Como dice la empresaria canadiense Lynn Robinson, «Nuestras propias creencias sobre cómo somos son todas inventadas. Así que es buena idea inventarse algunas creencias positivas».

      Miedo a la pérdida

      Amamos a nuestras relaciones. En el mejor de los casos, estamos con nuestras relaciones porque nos hacen felices. Y darnos permiso para esa alegría interior nos hace vulnerables, porque la vida es impredecible. La felicidad viene acompañada del miedo a perder lo que nos hace felices. Para la mayoría, el tipo de vulnerabilidad que produce permitirnos sentir felicidad sincera y profunda da un poco de miedo. A alguna gente nos resulta aterradora, y nos protegemos de ese miedo no permitiéndonos nunca abrirnos del todo o insensibilizándonos a costa de imaginarnos las peores situaciones posibles. En otros casos, nos protegemos intentando controlar a las personas que tenemos a nuestro alrededor, para mantener a raya la posibilidad de perderlas.

      Nuestra preocupación puede agravarse debido a la idea popular que dice que si no te destroza la idea de perder una de tus relaciones, significa que no la amas realmente. En realidad, el compromiso y el miedo a la pérdida solo tienen una relación indirecta. A menudo el miedo a la pérdida va más estrechamente ligado al miedo a la soledad que al compromiso con una de nuestras relaciones; en las relaciones monógamas, perder una relación significa quedarse a solas. Y paradójicamente, si deseas algo demasiado, el miedo a perderlo puede superar la alegría de tenerlo. Cuando sucede eso, nos aferramos a las cosas no porque nos hacen felices, sino porque la idea de perderlas nos hace sufrir. Tanto tenerlas como no tenerlas se convierten en fuentes de sufrimiento.

      Todo esto es un poco irónico, porque la verdad es que lo perderemos todo. Cada una de nuestras relaciones, amistades, miembros de nuestra familia, todo lo que nos hace felices un día desaparecerá de nuestra vida, sea debido a la impredictibilidad y cambio propios de la vida, o por la inevitabilidad de la muerte. Por lo que tenemos dos opciones posibles: acoger y amar lo que tenemos y sentir felicidad todo lo profunda y plenamente que podamos aunque al final lo perdamos todo, o blindarnos, ser infelices… y que al final lo perdamos todo. Vivir en el miedo no evitará que perdamos lo que amamos, solo impedirá que lo disfrutemos.

      ¿Cuál es el antídoto de ese miedo? La gratitud. Da la bienvenida a las personas que se preocupan por ti y a las experiencias que compartís. Disfruta de ellas, demuestra gratitud por poder estar con ellas. Eve ha encontrado increíblemente útil escribir un diario dando gracias por todo lo que tiene y experimenta. Convertir la gratitud en una práctica activa nos sirve como un recordatorio constante de lo que tienes en tu vida. Sé consciente de que tienes la suerte de tener personas en tu vida con el poder de romperte el corazón porque eso significa que amas y te aman.

      La inevitabilidad del cambio

      Sabemos que quienes nos leen se aproximan al poliamor desde muchos enfoques diferentes. Hay quienes nunca han tenido una relación monógama. Quienes explorarán el poliamor después de décadas de monogamia. Quienes se aventurarán dentro del poliamor sin tener ninguna relación mientras que otras abrirán su relación, monógama hasta entonces.

      La experiencia de Eve es de ese último tipo. Como muchas parejas que se aventuran en el poliamor, al principio Peter y ella intentaron hacer los mínimos cambios posibles, especialmente en su relación. Y como otras muchas parejas, se orientaron hacia reglas y estructuras que conservaran todo como siempre había sido para mantener cierta sensación de seguridad y estabilidad. Acordaron que su matrimonio era la relación principal, y establecieron unas normas: «Nunca pasaremos más tiempo con otras relaciones que el que compartamos tú y yo», y «Nadie tiene permiso para intentar ponerse entre tú y yo». De hecho, el primer perfil online de Eve decía (siente escalofríos cuando lo recuerda): «Intenta meterte entre mi relación principal y yo, y estarás fuera de mi vida más rápidamente de lo que tardas en decir “poliamor”».

      Es fácil entender por qué Eve y Peter querían normas como esas. La seguridad, cierta