Néstor Alfonso Rodríguez Espinosa

Medio siglo de historia del cooperativismo financiero colombiano


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de cumplimiento de objetivos sociales. Son dos caras de la misma moneda, que se articulan y fusionan para hacer de las organizaciones solidarias una forma alternativa de organización.

      En relación con la dimensión económica se puede decir que una organización solidaria está sometida a las presiones del entorno económico, y por ende, a los criterios de efectividad, eficiencia y eficacia, como ocurre con las organizaciones privadas con ánimo de lucro que se le contraponen (Ayala, 1999). Por tanto, debe actuar siendo eficaz y eficiente económicamente (Sánchez Cabrera, 2006: 13-15). Probablemente nadie colocaría recursos en una organización solidaria si supiera de antemano que éstos se perderían.

      Sin embargo, esta gestión económica en las organizaciones solidarias difiere de sus homólogas privadas con ánimo de lucro, por cuanto sus dueños (asociados) no las fundan con expectativas de rendimientos o dividendos, y no esperan que en periodos determinados haya ganancia adicional por el capital invertido. El sentido de la asociación no es obtener utilidades de capital, sino el fin único consiste en prestar el servicio para el cual fue constituida por sus asociados7 (Sánchez Cabrera, 2006: 13-15).

      El asociado en sí se convierte en el objeto de la organización cooperativa. Él es el punto de partida y al mismo tiempo de llegada de la actividad financiera cooperativa. Al respecto cabe señalar:

      La selección de las actividades por parte de las cooperativas debe responder a criterios de servicios a los asociados, que contribuyan a la solución de sus necesidades y las de sus familias. Los servicios de las cooperativas no pueden servir a criterios mercantilistas, ni a decisiones caprichosas de sus directivos. (Solano & Cañola, 1997: 15) citado por (Sánchez Cabrera, 2006: 15).

      En las cooperativas no se habla de ganancia sino de excedentes para fortalecer la estructura financiera en el cumplimiento de sus objetivos, a fin de reducir la volatilidad y el costo de los recursos. Al respecto Sánchez Cabrera señala:

      El sin ánimo de lucro no implica para las organizaciones cooperativas financieras que el proceso organizacional enfocado a la prestación de servicios (de ahorro y crédito o financieros) se hiciera en condiciones onerosas o trabajando a pérdida. Debía primar el principio económico en el sentido de obtener el máximo resultado posible con una suma dada de medios, o bien alcanzar un resultado determinado con el mínimo posible de instrumentos. (Sánchez Cabrera, 2006: 15).

      Esta orientación económica, entonces, exige –entre otras cosas– buena administración de los recursos independientemente del resultado económico, claridad y transparencia en los negocios, justa rentabilidad en las operaciones, gestión adecuada de riesgos, eficiencia en el cumplimiento de los objetivos.

      La dimensión social, por su parte, se fundamenta como lo dice Sánchez en una lógica de “cooperación” y “solidaridad” (Sánchez Cabrera, 2006: 15), lo que entra realmente a diferenciar las organizaciones solidarias del resto de organizaciones.

      Cooperación, entendida como “acometer acciones y obras de forma conjunta (formas de trabajo) en las que la responsabilidad recae sobre grupos de personas comprometidas que se reúnen para ayudarse, y no sobre individuos aislados y separados unos de otros” (Sánchez Cabrera, 2006: 16). En este sentido se podría entender la cooperación en las organizaciones cooperativas de carácter financiero, en la medida en que los asociados dejan recursos de capital bajo las figuras del ahorro y el aporte, conformando una masa de recursos económicos, que se dispone para satisfacer las necesidades financieras y de crédito de los mismos asociados.

      Solidaridad, asimilado por Sánchez Cabrera al concepto de sociabilidad, “como la inclinación natural que todo ser viviente tiene al trato y relación con los de su misma especie, es la necesidad experimentada de asociarse con los congéneres” (Sánchez Cabrera, 2006: 16). Basado en las tesis aristotélicas que el hombre no es sólo un ser racional, sino principalmente un ser social.

      Con el ánimo de buscar concreción de la lógica de la cooperación y la solidaridad en la gestión de la organización solidaria8, se acude a los principios y valores del cooperativismo9, los cuales son tenidos en cuenta de alguna forma en la legislación colombiana, que regula la actividad de las organizaciones solidarias, en especial la Ley 79 de 1988 y la Ley 454 de 1998.

      La aplicación de los principios y valores que identifican a las organizaciones solidarias permiten la constitución y fortalecimiento de redes sociales y económicas entre quienes las conforman y su entorno, que posibiliten sacar el mejor provecho de los recursos y capacidades con las que se cuenta y la creación de alternativas novedosas para resolver los problemas y satisfacer las necesidades.

      Basados en la definición tradicional de red como “sistema de vínculos entre nodos orientado hacia el intercambio de apoyo social” según el profesor psicólogo chileno Víctor Martínez. Para este psicólogo, se encuentran cinco componentes básicos de la red, a saber: nodos (actores, personas, grupos organizaciones que participan); vínculos (relaciones entre los actores); sistema de vínculos (conjunto de vínculos que conforman un sistema); intercambio (las relaciones entre los nodos producen intercambios); apoyo social (resultante del proceso de intercambio). (Martínez, sin fecha).

      Una organización como COOPDESARROLLO se constituye en una red social teniendo en cuenta la interacción con su estructura interna y con su entorno. Con el interior, por cuanto se configura en un espacio donde confluyen seres humanos, con características de asociados, trabajadores, directivos, que se interrelacionan creando un sistema complejo de vínculos en los diferentes planos afectivo/emocional, material, financiero, social, etc., constituyendo apoyos y redes de acuerdo con el plano donde se desarrollen estas relaciones.

      Con su entorno, puesto que las organizaciones no están solas sino que, a su vez, tienen que interactuar con el exterior. Se puede decir que también constituyen redes con su entorno; así, por ejemplo, COOPDESARROLLO se relacionó con grupos sociales u otras organizaciones públicas y privadas.

      Es probable que si las redes internas están fortalecidas, su relación con el mundo exterior también se verá fortalecida por cuanto se puede dar la tendencia de proyectar lo vivido internamente en sus relaciones con el exterior.

      En este punto vale la pena destacar lo señalado por Martínez:

      La red, entonces, no es un conjunto de nodos, sino más bien un sistema de vínculos. Así, por ejemplo, si queremos describir una red social personal, no nos debemos centrar en las características específicas de cada uno de los individuos que la componen (nodos), sino en las características de las relaciones que se establecen entre ellos (vínculos). (Martínez, sin fecha).

      Las organizaciones solidarias, dando fundamento a su dimensión social10, basan su gestión en la aplicación de principios y valores con los cuales se cualifican las relaciones (vínculos) y permiten la construcción y el fortalecimiento de redes sociales, con las cuales se logra cohesión y confianza y mejores condiciones para actuar en el entorno. Al haberse construido redes sociales fortalecidas, es de esperarse que en momentos de crisis, la organización esté mejor preparada para responder a los condiciones adversas que se le presenten.

      Al fortalecerse las redes sociales provocan mejor disposición para la conformación de redes productivas, propias de la actividad económica que se desarrolle.

      En relación con las redes productivas, Marleny Cardona señala:

      […] la comunicación disminuye la asimetría de la información y consolida el aprendizaje, por lo tanto se reducen los comportamientos oportunistas de actuar sobre el precio. Las redes mueven relaciones de diferente orden permitiendo encuentros para el desarrollo productivo y crean muchas exigencias como condicionamiento para formar parte de ellas. Además, estas toman importancia cuando apoyan y fortalecen intereses comunes y tienden a evitar la trampa de la centralización del poder, por eso la red no puede estar definida sólo por la institucionalidad, mientras ésta más se intensifique, más se aleja de la noción de red. Las redes