Daniel Cestau Liz

Las claves del éxito


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es “el combustible más potente para obtener altos rendimientos personales”.

      En nuestros días, la autoestima puede ser el recurso psicológico más importante que tenemos para ayudarnos a afrontar los desafíos del futuro. Estos son especialmente evidentes en el lugar de trabajo, en donde empieza a verse con claridad que la autoestima no es un lujo emocional, sino un requisito para la supervivencia.

      Porque la alta autoestima es también el resorte principal de la motivación.

      Las investigaciones recientes contribuyen a esclarecer el importante rol que ella juega en nuestra capacidad para asumir riesgos, adquirir nuevas aptitudes, ser creativos, recibir realimentación, relacionarnos con los demás con justicia y benevolencia, ser productivos y positivos. Necesitamos cultivar estos rasgos tan importantes para funcionar realmente bien en nuestras familias, organizaciones y comunidades.

      Por otro lado, los desarrollos en el lugar de trabajo en esta época de cambio acelerado, elecciones y desafíos, exigen una mayor capacidad de innovación, autonomía, responsabilidad personal e independencia; todas ellas cualidades de la autoestima positiva.

       LA AUTOESTIMA Y LA SALUD

      Las personas con autoestima baja tienen mayores probabilidades que el promedio de contraer enfermedades cardíacas o pulmonares, porque disminuye la eficacia de su sistema de autoinmunidad, y puede favorecer el avance rápido de los tumores malignos. El estrés puede ayudar en esto, ya que, en general, la persona de baja autoestima se siente ineficiente, y los problemas que debe afrontar le preocupan más de lo normal. Los análisis de sangre confirman esto: los individuos con mecanismos de defensa psicológica bajos tienen niveles mayores de circulación de hormonas del estrés que aquellos que tienen mayor confianza en sí mismos.

      Esta relación entre el pensamiento destructivo y el mal cuidado de la salud es fácilmente comprensible. Las personas que creen que tienen poco control sobre lo que les sucede en la vida, o no tienen un compromiso concreto con objetivos futuros (ejemplos de un escaso pensamiento constructivo), no se preocupan por cuidar de sí mismos.

      Después de todo, si piensan que ellos no importan o que lo que hacen no tiene sentido, para qué se van a molestar en cuidar su cuerpo. Quienes piensan en forma destructiva pueden no ir al dentista todo lo que debieran, quizá sigan dietas deficientes, o no duerman lo suficiente, o no se preocupen por hacer ejercicio en la medida en que deberían.

       “A TÍ MISMO SÉ FIEL Y ASÍ CON NADIE PODRÁS SER FALSO”.

      William Shakespeare

       ALGUNAS MANERAS DE PROTEGER Y AUMENTAR NUESTRA AUTOESTIMA

      La actitud ante el éxito y el fracaso puede enfocarse como un proceso de ensayo y error.

      Primer paso: al cometer un error, entienda que usted no es el error. Esto se llama “distanciamiento estratégico”: saber que usted es más que sus problemas.

      Por lo tanto, no escape simplemente echándose la culpa. Tampoco es cuestión de echársela a los demás.

      Segundo paso: encare el fracaso como temporal, circunstancial. Piense de esta manera: “Lo he hecho lo mejor que he podido, teniendo en cuenta como soy yo. La próxima vez, todavía lo haré mejor”.

      Tercer paso: cuando no se ha alcanzado un nivel determinado, refuerce su motivación pensando: “HASTA AHORA...”.

      Además, recuerde que un obstáculo o un traspié puede transmutarse en algo positivo. ¿Puede una experiencia que, en principio, es negativa, tener, a la larga, un impacto favorable sobre el pensamiento constructivo del individuo?

      Los psicólogos Carl Rogers, Seymour Epstein y Abraham Maslow hablan de un “principio del crecimiento”, según el cual una experiencia inicialmente destructiva, se vuelve constructiva cuando la persona acepta el desafío de superarla.

      El éxito, también hay que reconocerlo como transitorio. La autoestima, lo diremos otra vez, no es engreimiento. De acuerdo con el gran escritor John Ruskin: “EL ORGULLO SE ENCUENTRA EN EL FONDO DE TODOS LOS GRANDES ERRORES”.

      Si usted está teniendo mucho éxito, cuidado con el engreimiento. Recuerde que hasta los enormes transatlánticos necesitan la ayuda de minúsculos remolcadores para ser conducidos hacia aguas profundas.

       AUMENTAR LA ESPIRAL DE AUTOESTIMA

      En primer lugar, debemos recordar la célebre frase de Eleanor Roosevelt: “NADIE PUEDE HACERNOS SENTIR INFERIORES SIN NUESTRO PERMISO”.

      En cuanto a nuestro desempeño, cualquiera sea este, debemos comenzar, gradualmente, de menor a mayor dificultad, para evitar la frustración, experimentando, desde un principio, el éxito en pequeña escala.

      No olvide que LA BAJA AUTOESTIMA SE ENCUENTRA LIGADA CON EL PLANTEO, A UNO MISMO, DE EXIGENCIAS IMPOSIBLES DE CUMPLIR.

      Las expectativas elevadas, no realistas, significan grandes decepciones; y la decepción golpea a la autoestima. Cierra las llaves del impulso.

      Para evitar esta circunstancia, es necesario evaluar nuestras habilidades y nuestros logros, objetivamente, sin negarlos ni exagerarlos.

       TENER EN CUENTA QUE LA AUTOESTIMA ES CONTAGIOSA

      DE TODOS LOS JUICIOS QUE EMITIMOS EN LA VIDA, NINGUNO ES MÁS IMPORTANTE QUE EL JUICIO QUE EMITIMOS SOBRE NOSOTROS MISMOS.

      Pero no es el único. También EL MEDIO AMBIENTE HACE LO SUYO. Y el medio ambiente son los demás. Por lo tanto, fomente la autoestima en quienes lo rodean, y agradezca la realimentación que le den ellos a la suya propia.

      Y tenga siempre en cuenta que el propio hogar es, normalmente, el lugar principal donde se gana o se pierde la autoestima.

       LA AUTOESTIMA Y NUESTROS HIJOS

      La opinión de los especialistas es contundente: “LA AUTOESTIMA ES EL FACTOR QUE DECIDE EL ÉXITO O EL FRACASO DE CADA NIÑO COMO SER HUMANO”.

      “¿Alguna vez se imaginó usted a sí mismo como un espejo? Pues sepa que lo es: un espejo psicológico que su hijo emplea para construir su propia identidad. Y sepa también que toda la vida de él ha de resultar afectada por las conclusiones que obtenga de la observación implícita.

      “Los niños nacen sin sentido del yo. Cada uno de nosotros debe APRENDER a ser humano, en el sentido que usted y nosotros asignamos a esa palabra. En ocasiones, se han hallado niños que lograron sobrevivir en completo aislamiento respecto de otras personas. Carentes de lenguaje, de conciencia, de necesidad de los demás y de sentido de la identidad, el ‘niño lobo’ es humano sólo en apariencia.

      “El estudio de semejantes casos nos enseña que la personalidad consciente no es instintiva. Se trata, en cambio, de una realización social, que aprendemos de la vida en contacto con los demás”.

      Todo niño normal viene al mundo con la potencialidad necesaria para alcanzar la salud mental. Pero que esa potencialidad florezca o no, estará determinado por el clima psicológico en que le toque vivir.

      La autoestima, por lo tanto, DEPENDE DE LA CALIDAD DE LAS RELACIONES QUE EXISTAN ENTRE EL NIÑO Y AQUELLOS QUE DESEMPEÑAN PAPELES IMPORTANTES EN SU VIDA.

      Esta es la gran responsabilidad al criar hijos. LA CLAVE DEL ÉXITO DE LOS PADRES RESIDE EN AYUDAR A LOS NIÑOS A DESARROLLAR ALTOS NIVELES DE AUTOESTIMA.

      Porque TODO NIÑO SE VALORA A SÍ MISMO TAL COMO HAYA SIDO VALORADO.

      Amar verdaderamente a los hijos es, desde luego, fomentar su autoestima. Al sentirse digno de ser amado, la confianza en su propia persona permite al niño