Domingo Sánchez-Mesa Martínez (Ed.)

Claudio Magris


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otro que el de la propia satisfacción inmediata de los propios deseos y pulsiones. O en palabras del mismo Magris: «La epopeya era la armonía entre exigencia y presencia de sentido, la novela era la inarmonía entre su búsqueda y su ausencia; la nueva épica es una nueva armonía entre la carencia de significado y el individuo que no experimenta la necesidad de buscarlo» (Magris, 1993: 414).

      Frente a esa nueva épica y su nueva inocencia toma su posición este volumen, estimulado por la presencia en el mismo de la palabra del propio Magris, provocado por su obra literaria y ensayística y, finalmente, animado por el ejemplo personal que nos ofrece el maestro triestino, fuente permanente de cuestionamiento de lo ya «dado» y de disfrute en la comprensión de los mecanismos y la historia de las formas de «lo creado».9 Magris, maestro tanto del rigor filológico y crítico como del humor de la tradición de la literatura carnavalizada, es también un autor imprescindible en la investigación histórica y la ficcionalización de la frontera, el cronotopo literario que habitan muchos de los grandes escritores y pensadores del último cambio de siglo. La frontera, a pesar de todo, es una necesidad, da forma y contorno a una realidad, construyendo tanto la individualidad como lo colectivo como si de una forma de arte se tratara (Magris, 1999: 58). El conflicto y las recurrentes tragedias sobrevienen cuando la frontera obliga, y a menudo de forma violenta, a encerrarse en uno mismo, a limitarse a la propia identidad renunciando al encuentro con la otredad que solo puede darse en los cruces de las fronteras, en las intersecciones provocadas en sus espacios. La resistencia o defensa frente a las consecuencias más reductoras y violentas de esa limitación, como a las que se derivan del movimiento radicalmente opuesto, esto es, la absoluta indefinición y disolución en el magma de la no-diferencia, tendrán mucho que ver con nuestra capacidad de aprender las lecciones de Magris en los usos y estrategias discursivas de la ironía, una forma de estar en el mundo que es un reto permanente y una invitación festiva al juego verbal, un juego muy serio, en un bucle infinito entre la inteligencia y la sensibilidad:

      L´ironia dissolve i confini rigidi e coatti, ma construisce confini umani, flessibili e tenaci; l`ironia si oppone a ogni misticismo indistinto e a ogni totalitaria assemblea pulsionale, perché distingue, articola, ridimensiona e autoridimensiona. L´ironia è guerriglia contro l`enfasi addominale e il minamalismo postmoderno; è una virtè tenera e forte (Magris, 1999: 59).10

      NOTAS

      1 En 2003 la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid; en 2004 el Premio Príncipe de Asturias de las Letras; en 2006 Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid.

      2 Byung-Chul Han (2016) El aroma del tiempo. Un ensayo filosófico sobre el arte de demorarse, trad. de Paula Kuffer, Barcelona, Herder, pág. 41.

      3 Entre las excepciones que es preciso mencionar se encuentran los volúmenes editados, respectivamente, por Álvaro de la Rica (2000) Estudios sobre Claudio Magris (Pamplona, EUNSA) y Pedro L. Ladrón de Guevara (2005) El universo literario de Claudio Magris (Jornadas sobre Claudio Magris, Murcia 11, 12 y 13 de mayo, Murcia, Cajamar), así como el núm. 80 de la revista Turia (2006-2007), cuyo «Cartapacio» estaba dedicado al autor de A ciegas.

      4 The Works of Claudio Magris. Temporary Homes, Mobile Identities, European Borders. Palgrave McMillan US [eBook], 2015: pos 1697 (la traducción es nuestra).

      5 Siguiendo a Edmond Cros, M.ª-Pierrete Malcuzynski definía el ideosema como «la semantización crítica, la concreción textual de la interdiscursividad» (entramado de discursos sociales) «en tanto que fenómeno semiótico» (la traducción es nuestra) M-P. Malcuzynski (1992) Entre-Dialogues avec Bakhtin ou Sociocritique de la [dé]raison polyphonique, Ámsterdam, Rodopi, pág. 65.

      6 De hecho el autor parte de un coloquio entre ambos publicado en el Corriere della Sera (22 de mayo de 1998) a propósito de unas Conversazioni de Raimondi recogidas por Davide Rondoni (Conversazioni. Una speranza contesa, Guaraldi, 1998).

      7 «Recordar es también un proceder hacia adelante, casi un revivir el pasado en el futuro. Del mismo modo leer bien es a fin de cuentas un acto ético, una elección, una orientación vital» (la traducción es nuestra).

      8 El film fue producido para la exposición «La Trieste de Magris» del CCCB de Barcelona y presentado en la 68.ª Mostra de Venecia (2011) en el espacio «Giornate degli Autori».

      9 Entre «lo dado» y «lo creado» cifraba Mijaíl Bajtín las claves de la Estética de la creación verbal (1979, trad. al español de Tatiana Bubnova, México, Siglo XXI, 1982).

      10 La ironía disuelve las lindes rígidas y coactivas, pero construye lindes humanas, flexibles y tenaces; la ironía se opone a todo misticismo indistinto y a toda totalitaria asamblea pulsional, porque distingue, articula, redimensiona y autorredimensiona. La ironía es una guerrilla contra el énfasis abdominal y el minimalismo posmoderno; es una virtud tierna y fuerte (Magris, 2001: 64).

      CLAUDIO MAGRIS

       (Conversación con Domingo Sánchez-Mesa)

      Permítame el lector, antes de dar inicio a esta conversación, una breve reflexión sobre el porqué del encuentro académico que la hace posible, de este homenaje a la figura y la obra de Claudio Magris en su primera visita a la Universidad de Granada.1 Los reconocimientos y galardones podrían ser sin duda una razón suficiente pero hay razones adicionales. Estamos en una facultad de Filosofía y Letras, casa de la Filología y otras disciplinas humanísticas. Claudio Magris, antes que fabulador en letra impresa es filólogo (germanista) y profesor de literatura (Universidad de Turín), ensayista, teórico de la literatura y crítico ubérrimo en las páginas de los periódicos. Y este es un encuentro de literatura comparada, organizado por un grupo de investigación en teoría de la literatura que, tras distintos homenajes en torno a la figura de Francisco Ayala en el pasado, sigue buscado referentes lúcidos y coherentes como pocos otros se han dado en la historia de la literatura europea reciente. Por ello nos volvemos decididamente hacia la figura de Claudio Magris, el más digno, y también el más brillante heredero de la literatura «mittleeuropea», del pensamiento y de las literaturas que configuraron la escena de ese gran colapso espiritual que se desenvolvió en Europa, desde Nietzsche y Dostoievski, a Kafka, Musil, Roth o Canetti. Hablamos de la crisis del sujeto, «la conciencia de la crisis del sentido» y el estallido del «gran estilo» de la épica, metaforizado en el fascinante proyecto del imperio habsbúrgico, quimera de unidad en la diversidad que, aunque condenada al hundimiento en las aguas de la historia y la política de los hombres, permanecería como utopía del espacio de la cultura… sueño de la literatura que, entre las variadas geniales descripciones magrisianas, podría resumirse (parafraseando) en la siguiente afirmación: «aquel país donde un genio podía ser tomado por un tonto, pero donde sería del todo imposible que un tonto fuera tomado por un genio…».

      DOMINGO SÁNCHEZ-MESA: Trieste es indispensable para conocer el universo literario, el imaginario y hasta casi la ética vital de Claudio Magris: ¿Qué significa ser «triestino» y como marca la primera edad, los años de juventud y formación? ¿Ha cambiado esta condición en las últimas décadas?

      CLAUDIO MAGRIS: Cuando yo escribo instintivamente, lo hago como europeo. Esto no quiere decir que escriba bien o mal. No es un hecho ideológico, es el hecho de una identidad. En relación con esta identidad, yo creo que cada uno de nosotros, nuestra identidad, es como una matrioska, una muñeca que contiene otras. Yo ciertamente soy triestino, he nacido en Trieste, no en Bolonia. Esto no significa ser menos italiano. Soy italiano, lo cual no significa ser menos europeo y viceversa. Ser europeo no significa ser menos italiano, triestino, granadino, etc.

      Estoy muy agradecido a mi querido amigo Domingo Sánchez-Mesa (no es la primera vez que le estoy agradecido) y respondo enseguida a su pregunta. Una sola observación: no estoy de acuerdo con lo que ha dicho en relación con que las respuestas a sus preguntas están ya en mis libros. Y no estoy de acuerdo, porque cuando