de Bogotá. Bogotá: Academia de Historia de Bogotá - Tercer Mundo Editores, 1990 (versión facsimilar tomada de la edición publicada por la Academia de Historia de Colombia, 1959), pág. 23.
127 VOLTI Panayota. Les couvents… Op. cit., pág. 90.
128 Francisco de Tordehumos fue uno de los grandes benefactores del convento dominicano de Santa Fe, en sus primeros años de vida. Participó en la expedición de Gonzalo Jiménez de Quesada, recibió como recompensa varias encomiendas entre las que se encontraba la de Cota. Era muy devoto a la Virgen del Rosario, por lo que al morir dejó parte de sus bienes para la construcción del convento del mismo nombre en Santafé. Fue alcalde de la ciudad en 1575. ACOSTA DE SAMPER Soledad. Biografías de hombres ilustres o notables, relativas a la época del Descubrimiento, Conquista y Colonización de la parte de América denominada actualmente EE. UU. de Colombia [en línea]. Bogotá: Imprenta La Luz, 1883, 446 págs. [consultado en enero de 2006]. Disponible en http://babel.banrepcultural.org/cdm/ref/collection/p17054coll10/id/3168
129 Razón general de las donaciones, fundos de capellanías y demás obras pías que han entrado en este Convento de Nuestra Señora del Rosario... Santafé: 1806. En Archivo de la Provincia de Colombia de la Orden de Predicadores (Bogotá), San Antonino, Conventos - Bogotá, carpeta 1, folio 1r.
130 DE ZAMORA Alonso. Historia... Op. cit., libro II, cap. VII, págs. 176-177; ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 377.
131 Ibid., pág. 377.
132 LORETO LÓPEZ Rosalva. Los conventos femeninos… Op. cit., pág. 15.
133 El 22 de marzo de 1564, la Diócesis de Santa Fe del Nuevo Reino de Granada fue ascendida al rango de Arquidiócesis, lo que la convirtió en la cuarta sede metropolitana de América, en orden cronológico, después de Santo Domingo, México y Lima. ARQUIDIÓCESIS DE BOGOTÁ. Historia de la arquidiócesis de Bogotá. En arquidiócesis de Bogotá [en línea] [consultado en marzo de 2018]. Disponible en http://arquibogota.org.co/es/quienes-somos?
134 Los conventos de las órdenes religiosas establecidas en América se fundaron en la práctica solo con autorización real, si bien poco antes de mediados del siglo XVI se llegaron a fijar disposiciones para que estos conventos se establecieran con la aprobación de los diocesanos. Esto duró poco tiempo, pues los obispos empezaron a demorar la concesión de licencias de fundación y construcción. Por eso, las órdenes mendicantes acudieron al rey de España y obtuvieron en 1557 la confirmación de que, sin previa licencia del ordinario, con la sola de su virrey o presidente de audiencia se podían edificar monasterios y conventos «en los lugares que parecieran más convenientes a la enseñanza de los indios». Previamente, los religiosos habían comunicado al rey que si la construcción de los conventos dependiera de la voluntad de los obispos, «nunca se haría ninguno». Tal era el secular recelo que los prelados diocesanos mantenían frente a las órdenes mendicantes, a quienes veían simple y llanamente como usurpadoras de su autoridad. ESPARZA Manuel. Santo Domingo Grande... Op. cit., pág. 228.
135 LORETO LÓPEZ Rosalva. Los conventos femeninos... Op. cit., pág. 41.
136 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 374.
137 Ibid., pág. 383.
138 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia... Op. cit., cap. VIII, pág. 160.
139 Ibid., cap. VIII, pág. 177.
140 Citado en ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 289 y en ARAÚJO VÉLEZ Angelina. Las órdenes mendicantes en el Nuevo Reino de Granada y Felipe II. Peticiones y mercedes según documentos inéditos del Archivo General de Indias. Trabajo de grado en Filosofía y Letras. Bogotá: Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Filosofía y Letras, Departamento de Historia y Geografía, enero de 1980, pág. 65.
141 Ibid., pág. 65.
142 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 390. A propósito, el informe presentado por la Real Audiencia sobre la construcción del Convento decía que «con 6.000 pesos se podría hacer una buena (iglesia), pero el provincial (fray Alberto Pedrero) da de cabeza, y ha de acabar conforme a la traza». Citado en MESANZA Andrés. El Convento dominicano de Nuestra Señora del Rosario en Santa Fe y su Universidad tomística. Chiquinquirá: Imprenta La Rotativa, 1938, pág. 5.
143 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia... Op. cit., libro IV, cap. XVIII, pág. 360.
144 Esto puede considerarse una generalidad para el continente. Todos los autores consultados que han trabajado casos similares en México y Perú coinciden en tal afirmación. GARCÍA HERNÁNDEZ Marcela. “Las capellanías fundadas en los conventos de religiosos de la Orden del Carmen Descalzo. Siglos XVII y XVIII”. En MARTÍNEZ LÓPEZ-CANO María del Pilar, VON WOBESER Gisela y MUÑOZ CORREA Juan Guillermo (coords.). Cofradías, capellanías y obras pías en la América colonial. México: UNAM, 1998, pág. 214. ISBN: 968-36-6537-3.
145 DE ZAMORA Alonso. Historia de la Provincia... Op. cit., cap. XVIII, pág. 358.
146 ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 378.
147 ESPARZA Manuel. Santo Domingo Grande... Op. cit., pág. 161.
148 Ibid., pág. 179.
149 En las décadas de 1640 y 1650 se destaca Fr. Antonio Zambrano: ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 426.
150 Los repartimientos consistían en el trabajo rotativo y obligatorio del indígena en proyectos de obras públicas o trabajos agrícolas considerados vitales para el bienestar de la comunidad. Esta modalidad de trabajo se basaba en reclutamientos laborales preexistentes antes de la llegada de los españoles, como fueron el coatequitl mexicano y la mita peruana, que los españoles aplicaron con un sentido diferente al que tenía en las sociedades nativas.
151 GROOT José Manuel. Historia eclesiástica y civil del Nuevo Reino de Granada. Tomo I. Bogotá: Editorial Cosmos, 1956, pág. 469
152 Cédula del 29 de julio de 1560. Citada en ARIZA Alberto. Los dominicos... Op. cit., t. 1, pág. 381.
153 Carta del Maestro de la Orden de Predicadores a las