William Plata

Vida y muerte de un convento


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medida que la comunidad creció y la construcción también, estas se separaron y se aislaron unas de otras, de manera que cada fraile poseía su propia celda a fin que pudiera estudiar tanto de día como de noche. Los estudiantes más brillantes, los profesores y directivas tenían el derecho a una celda totalmente cerrada y aislada de las demás.

      También, en el primer piso, se encontraba un gran refectorio, que acogía a toda la comunidad para el almuerzo y las comidas. Las mesas eran alineadas a lo largo de los muros, de suerte que el medio de la pieza permaneciera vacío. El claustro contaba con dos escaleras en piedra para subir de la primera planta a la segunda. Cada una de ellas estaba adornada con cuadros de santos de la orden.

      Figura 10. Plano de la primera iglesia del Convento de Nuestra Señora del Rosario. Fue elaborado en 1785 por el arquitecto Domingo Esquiaqui, y en él se evalúan los daños sufridos en el Convento a causa del terremoto de ese año. Constituye el único plano que existe de la primera iglesia conventual. Fuente: Archivo General de Indias, Mapas y Planos, Libros Manuscritos, n.° 7.

      El primer gran templo conventual, llamado Santo Domingo, fue consagrado en 1621, y permaneció hasta 1785, cuando un terremoto lo derrumbó, luego de haber sufrido los rigores de un incendio en 1761. Era una iglesia grande, decorada al estilo barroco americano y que seguía patrones similares a los de otros conventos de la ciudad y de la región. La iglesia conventual estaba separada en dos partes: una para los frailes, justo al lado o cerca del altar, y la otra para los fieles. Esta separación se materializaba por una reja cuya altura y tamaño variaba según el lugar, que tenía como fin impedir que los fieles miraran directamente a los frailes, pero al mismo tiempo era lo suficientemente abierta como para permitir seguir el rito de la misa, la elevación y la predicación. En medio de esta clausura se encontraba generalmente una puerta por medio de la cual los frailes salían a la nave principal en procesión, cantando la salve.