William Plata

Vida y muerte de un convento


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según lo indica Esparza, el mandato surtió efecto inmediatamente en algunas regiones, bien pronto las amenazas de excomunión para los infractores debieron olvidarse, pues en 1619, fray Leandro de Garcías, quien venía de ser prior del Convento del Rosario de Santafé obtuvo la noticia de la Real Audiencia del Nuevo Reino de Granada de que los indígenas fueran enviados de nuevo a ayudar con días de trabajo a la terminación de la iglesia conventual154. Tal parece que así como los funcionarios públicos locales acataban, pero no obedecían las órdenes reales, los religiosos (dominicos en este caso) tampoco tenían mayor disposición de aceptar órdenes o recomendaciones de alguien que se encontraba muy lejos y que, además, tenía sus poderes recortados por efectos del Real Patronato y de las constituciones mismas de su orden religiosa.

      ¿Cómo se construyó?

      Si la primera piedra del convento y de su primera iglesia fue puesta en 1577, la construcción, que dependía de la llegada de dineros para tal fin, se adelantó tan despacio, que solo a fines del siglo XVII pudo considerarse concluida. Vale decir que las obras del templo y del convento se hicieron simultáneamente. En 1598 se instaló la silletería del coro. En 1619, todavía sin concluir la obra, el templo fue consagrado por el arzobispo Hernando Arias de Ugarte.

      En las primeras décadas del siglo XVII se construyó el noviciado, y, asimismo, se ornamentó la capilla del Rosario, trabajo concluido hacia 1630. En las décadas de 1630 y 1640 se construyó la sacristía, la sala capitular y la escalera mayor del claustro. Luego se levantó la torre y el claustro sur, y a finales de los años de 1640 se construyó el claustro oriental en dos plantas y la segunda escalera. Estos trabajos fueron dirigidos por un arquitecto dominico, Fr. Antonio Zambrano.

Img Convento NS Rosario siglo XVIII

      Figura 9. Plano del Convento de Nuestra Señora del Rosario, siglo XVIII. Plano hipotético del conjunto conventual al finalizar el siglo XVIII, con su primera (abajo) y segunda iglesia. Fuente: dibujo de Óscar Millán García (Universidad Santo Tomás, Málaga), a partir de interpretación realizada por la arquitecta e historiadora Liliana Rueda Cáceres sobre fuente primaria.

      ¿Cómo quedó?

      Un convento dominicano o de las órdenes mendicantes, en general, se construía según los siguientes requerimientos y funciones inherentes: la celebración de la liturgia y el oficio divino; la predicación y la confesión, dos actividades fundamentales en las órdenes mendicantes; el estudio; la acogida al visitante y al enfermo; y la sepultura a los muertos.

      Las celdas contaban con ventanas con reja en hierro, pintadas de verde y con remates dorados. Sobre algunas ventanas