Andrea Blasco

La sexualidad en el siglo XXI


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ello dice también que surge cuando el sujeto no puede tramitarla psíquicamente, cuando no está preparado y esa marca inicial la sella para siempre. Dice Freud: “Creo, por extraño que suene, habría que ocuparse de que haya algo en la naturaleza de la pulsión sexual misma desfavorable al logro de una satisfacción plena” En este sentido no hay liberación sexual ya que nada libera a la sexualidad de este destino. Si Freud hablaba de su cultura en términos de represión, hoy podemos caracterizar la nuestra, a modo de Lacan, como de forclusión o rechazo ya que lo que se rechaza es este principio. Todo parece posible en términos de sexualidad y nada, en términos de economía. Las ofertas de consumo en este campo arrastran a los sujetos al sin límite: hay que experimentar nuevos placeres, incursionar en ámbitos no conocidos, vivir intensamente, explorar, no detenerse. La sujeción a lo que “debe hacerse” pone en cuestión a la ilusión de libertad que acompaña a la idea de que ya no hay restricciones. Lacan advirtió que la muerte de Dios deja al hombre expuesto a la orden de otro poder, revelado en los imperativos que lo sujetan. Ello se explica si tenemos en cuenta que el superyó de la época actual no deja de ordenar… gozar, y esa orden que se declama universal atenta contra los placeres singulares no regidos por tales imposiciones. Cuando las figuras que encarnan la autoridad entran en crisis, el sujeto se ve bombardeado en todo momento por ofertas continuas para que se pronuncie sobre lo que quiere. El peso de la elección parece estar en nosotros, pero ella es puro simulacro ya que, donde creemos ser libres, la dominación del Otro es más completa. Tanto más importante el psicoanálisis como camino al encuentro con nuestra real singularidad. El tema nos llevará a dilucidar qué sostiene el psicoanálisis acerca de la elección ya que tanto Freud como Lacan la ubican en torno a la elección de objeto como a la elección del sexo. Tal elección, a diferencia de la que generalmente se pregona es inconsciente y el goce la torna incalculable. Seguramente el tema de la elección nos llevará al tema de la libertad y San Agustín, Erasmo Lutero y Kierkegaard se harán oír ya que sus voces no fueron ajenas a Lacan.

      *- Silvia Ons es AME de la Escuela de la Orientación Lacaniana y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis. Directora del CID Jujuy (Saliente).

      Luego de una breve referencia a algunos rasgos de nuestra contemporaneidad que signan la sexualidad en el siglo XXI, me detendré en el término “elección”, para abrir estas Jornadas hacia el trabajo propuesto en cada una de las mesas que la componen, hasta la conferencia final sobre “La elección del sexo” a cargo de Silvia Ons.

       I. Algunas puntuaciones sobre la “sexualidad en el siglo XXI”

      1. El vértigo: es la idea del salto al vacío, es angustia y a la vez fascina. Vértigo en tres dimensiones: 1. por el origen, 2. frente a la diferencia de los sexos y 3. al devenir: a la diferencia en las generaciones.

      2. La realización de los fantasmas: la biotecnología puede hacer realidad un fantasma: la posibilidad de fabricar vida totalmente artificial.

      3. La biopolítica en el discurso estandarizado del ”todos iguales” en la clínica transgénero de los adolescentes, donde el discurso colectivo se superpone a lo íntimo, a lo singular y,

      4. prevalencia del pasaje al acto, como acto de pasaje, como un acto que funda un origen: un nuevo cuerpo, una identidad, una sexualidad, una nueva filiación: ¿la hermandad trans?

      Época contemporánea que es la de nuestra “sexualidad en el siglo XXI”.

       II. La palabra “elección”

      Podríamos decir que “elegir” se encuentra con el gusto, en lo que se deja o se extrae por fuera de los con-dicionamientos del Otro. También que la elección no es sin relación con la respuesta, es decir la responsabilidad en juego del que elige y sin relación con el acto: las consecuencias del mismo, ambas vías estarán también, intrínsecamente involucradas, y las encontraremos en algunos de los trabajos presentados.

      ¿Dijimos elección?

      a. ¿Qué sucede desde la biología? No hay más opción, se nace nena o varón.

      Hay una determinación respecto de los órganos de la reproducción como femenino o masculino; sin embargo, a veces, no se puede decidir a simple vista, la naturaleza no es siempre determinante en este tema pues hay los indeterminados, los intersexuados que a la vez generan un problema jurídico, el de la inscripción legal del bebé, situación que activa la participación de la ciencia y la tecnología a fin de permitir su definición, para así resolver la atribución del sexo –como dijimos–, masculino o femenino, y poder lograr su identidad civil.

      b. ¿Y en lo subjetivo?

      Aún en los casos en que la biología determine sin ambigüedades los órganos… la subjetividad no necesariamente acuerda con ella,