AAVV

Universidades, colegios, poderes


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in Sicilia tra liberty e paroliberismo», en Rivista di Letteratura Italiana, 33, nn. 1 y 2, 2005, pp. 235 y ss.

      82. F. T. Marinetti: «Agli studenti futuristi», La Balza, 3, Messina, 12 de mayo de 1915, p. 14.

      83. B. Primerano: La formazione di Piero Calamandrei. Scritti di guerra, con un’Appendice sulla corrispondenza con Ernesta Bittanti Battisti e Bice Rizzi, tesis doctoral, tutor profesor Diego Quaglioni, Scuola di Dottorato in Studi Giuridici Comparati ed Europei, Università degli Studi di Trento, a.a. 2009-2010, p. 125.

      84. Banti: Le questioni dell’età contemporanea, op. cit., citando P. Fussel: La Grande Guerra e la memoria moderna, Oxford, 1975.

      85. Sobre la «necesidad de escritura» determinada por la Gran Guerra, véanse F. Caffarena: Lettere dalla Grande Guerra. Scritture del quotidiano, monumenti della memoria, fonti per la storia. Il caso italiano, Milán, 2005; A. Baglio: «Voci dalle trincee. L’esperienza della grande guerra nelle lettere e nei diari dei combattenti siciliani», en Da queste sponde sicule che stan di fronte a Scilla, op. cit., pp. 47-76.

      86. El fragmento del diario de Luciano Nicastro, escrito en 1917, está tomado de A. G. Ricca: «Figure della mascolinità nell’immaginario della Grande Guerra», en L. Guidi (ed.): Vivere la guerra. Percorsi biografici e ruoli di genere tra Risorgimento e primo conflitto mondiale, Nápoles, 2007, p. 63. Cfr., además, L. Nicastro: La nostra salvezza, lettere di guerra 1915-1918, Florencia, 1918.

      87. Cfr. Ricca: Figure della mascolinità nell’immaginario della Grande Guerra, op. cit., p. 91.

      88. Léase el fragmento en Annuario della R. Università di Palermo, a.a. 1925-1926, Palermo, 1926, p. 20.

      89. F. Lamiani: Lettere ‘siciliane’ dal fronte. La Grande Guerra vista da qui, en línea: <www.archivio..blogsicilia.it/lettere-dalla.trincea-della-grande-guerra-così-il-siciliano-vincenzo-racconta-la-neve>.

      90. Cfr. Granata: «Forza dello spirito…», op. cit., pp. 79-80.

      91. R. M. Monastra: «Di Giacomo, Giovanni Antonio(Vann’Antò)», en Dizionario Biografico degli Italiani, 40, 1991, ad vocem.

      92. El asunto ha sido tratado ampliamente en Romano: Studi e cultura nella Messina del primo Novecento, op. cit.

      93. Conti: Majorana, Giuseppe, op. cit., p. 650.

      94. Cianferotti: 1914…, op. cit., p. 125.

      95. Así se expresaba el rector de la Universidad de Messina, Gaetano Vinci («Relazione letta dal Magnifico Rettore On. Prof. Comm. Gaetano Vinci per l’inaugurazione dell’anno accademico 1929-30 il giorno 10 novembre 1929-A. VIII», en Annuario della Regia Università di Messina per l’anno accademico 1928-1929 […] e per l’anno accademico 1929-1930, Messina, 1930, p. 32).

      96. Así, Francesco Ercole, rector de la Universidad de Palermo, en «Discorso […] per l’inaugurazione dell’anno accademico e per lo scoprimento delle targhe in memoria degli studenti caduti in guerra», en Annuario della R. Università di Palermo, a.a. 1924-1925, Palermo, 1925, pp. 5-8.

      97. Sobre la iconología del caído y en particular del estudiante universitario, F. Caberlin: «Legittimazione della grande Guerra e culto dei caduti: il caso delle università toscane», en Quaderni su guerre e memoria del 900, 1, 2010, p. 124; para observaciones interesantes al respecto, véase F. Tamarzio: «Innoxia Corpora. Il corpo del soldato nei monumenti celebrativi di Giuseppe Guerrisi tra il 1918 e il 1923», en Crepuscoli dottorali. Quaderni di arte, musica, spettacolo, en línea: <www.opuscoli.wordpress.com/2012/05/06>.

      LA INMACULADA EN LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA DEL SIGLO XVIII

      ARMANDO PAVÓN ROMERO

      Universidad Nacional Autónoma de México

      YOLANDA BLASCO GIL

      Universitat de València

      LA UNIVERSIDAD DE VALENCIA Y LA DOCTRINA DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

      El Reino de Valencia se afirmó como cristiano después de la conquista de Jaime I. El rey intentó la creación de una universidad, por medio de una bula de Inocencio IV en 1245. El proyecto no se llevará a cabo y en los Fueros de Valencia se establecerá una cierta libertad de enseñanza: «Atorgam que tot clergue o altre hom pusque francament e sens tot servii e tribut, tener studi de gramàtica e de totes altres arts, e de fisica e de dret civil e canònich en tot loch per tota la ciutat».1

      Esta libertad significaba el fracaso de la creación de la Universidad y de una institución que otorgara grados válidos en toda Europa. Hasta el siglo XV no se darán los elementos necesarios para su creación. En 1498 el Consell General de la ciudad se reúne y aprueba la remodelación de la casa de estudios y la redacción de nuevos estatutos: las constituciones de 1499. El Consell Municipal, de acuerdo con el arzobispo, solicitará la bula en agosto de 1498: bula pontificia de 1501 y privilegio real de 1502. El 13 de octubre de 1502 se inaugura el Estudio General. Se aprovecha la buena coyuntura con el papa valenciano para que surja una universidad de patronato municipal. Su estructura y poderes durarán, con matices menores, hasta la revolución liberal. Habrá cambios en 1611, 1660, 1673, 1733, 1720, 1786…, y constituciones en 1499, 1561, 1563, 1611, 1651, 1674, 1733 y 1787… Las primeras constituciones de 1499 comenzaban con una invocación a dios y a la virgen:

      Los capítols e ordinacions per lo legir en lo Studi General

      En nom de la Sancta Trinitat Pare, e Fill, e Sanct Sperit, e de Jesús, redemptor nostre, e de la gloriosa e intemerada Verge Maria, mare sua, Sàpien tots que dimarts, comptant trenta del mes de abril de l’any mil quatre-cents noranta-nou, los magnífichs mossèn Jaume Vallés, cavaller, en Damià Bonet, en Bernat Vidal, en Luís Amalrich, e en Pere Belluga, ciutadans, jurats en lo any present de la insigne ciutat de València, ensemps ab lo magnífichs mossèn Joan de Vilarasa, absent per sa indisposició de aquest acte, en Gaspar Amat, ciutadà, racional, en Bernat de Assió, notari, sindich de la dita ciutat, ajustats en lo studi de la casa del dit magnifich racional, la qual té en la parròquia de Sent Martí, davant la ecclésia de Sent Martí…2

      Más tarde, en 1530 –refiere Ortí Figuerola–, la Universidad de Valencia sería la primera en el mundo hispánico en establecer el juramento de defensa de la Inmaculada Concepción de la Virgen para la colación de los grados.3 París impondría un juramento semejante, le siguieron Colonia y Maguncia.

      En el derecho valenciano será en cortes de 1645 cuando por primera vez aparezca la imposición del misterio de la Inmaculada, declarando el día festividad en el primer fuero aprobado:

      Primerament la devoció que los vehins y habitadors de la present ciutat y regne sempre han tengut y tenen a la Inmaculada Concepció de la gloriosa sempre Verge Maria, Mare de Deu, nostre Senyor, és molt gran, y per la molta reverència que se li deu. Supliquen a vostra magestat los tres braços sia servit intercedir ab sa Sanctedat per a que lo dia de la festa de la Concepció sia de precepte en la dita ciutat y regne manant a son embaixador que assistix en Roma obtinga lletres o breu per a dit efecte. Plau a sa magestat.4

      Veremos la gran devoción de los valencianos a la Inmaculada y cómo piden que sea precepto su dogma ante su santidad el papa.5

      En el siglo XVIII, Felipe V impondrá la nueva planta borbónica a los reinos de la Corona de Aragón… Unos días después de la victoria en Almansa, el rey suspende el patronato de la ciudad sobre el estudio general. En un primer momento pretendió la reforma de las universidades de la Corona, suspendió su funcionamiento y en Cataluña trasladó las existentes a Cervera, que funda en 1717 aplicando el modelo castellano de Salamanca.6 Valencia, a pesar de sus dificultades, mantuvo su organización municipal; pasó años difíciles aunque no sufrió cambios tan profundos. El decreto de 30 de mayo de 1707 suspendía el patronato de la