Jorge Enrique Salcedo Martínez S J

Historias del hecho religioso en Colombia


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partirían igualmente los primeros grupos de religiosos dominicos y franciscanos a fundar conventos e iniciar su trabajo espiritual entre naturales e ibéricos:

      Y así el mismo año que determino el Emperador Carlos V viniesen de España Oidores, y se plantara Audiencia en este Nuevo Reino [...] ordenó también pasasen en compañía de los Oidores buena copia de religiosos de ambos estados y órdenes para que en el gobierno espiritual y temporal tuviesen con estos medios el crecimiento que en todo se deseaba en estas dilatadas Provincias.29

      Ante la orden del rey, el general de la orden franciscana, padre fray Andrés “Insulano o de la Insula”, comisiona al padre fray Francisco de Victoria, para que

      [...] siendo comisario como lo nombró, pasara con gran número de frailes a estas provincias del Nuevo Reino, y distribuyéndolos por todas ellas y otras convecinas para la predicación evangélica, plantase una Custodia con título de San Juan Bautista, sujeta inmediata y totalmente al Ministro General, no a ningún provincial de ninguna provincia de las de estas partes de Indias ni España.30

      Fray Francisco Gonzaga, acerca de la llegada de los fran-ciscanos al Nuevo Reino, menciona:

      Y para que esta desventurada aunque opulenta tierra, hace poco sujeta al poder del poderosísimo rey de España y emperador de los germanos, Carlos V, por extrema manera engañada del demonio, no pereciera miserablemente, con muy buen acuerdo dispuso, año de 1550, el Reverendísimo Padre que el padre fray Francisco de Victoria, de la provincia de Santiago, pasase allá con una porción selecta de franciscanos atravesando las irritadas olas del mar, en un buque cedido por los españoles, y erigiera allí una custodia con el título de San Juan Bautista, sujeta en un todo e inmediatamente al mismo General Ministro, y no a otro ministro provincial.31

      El territorio que comprendía la nueva custodia de San Juan Bautista, como lo expone fray Esteban de Asensio, estaba conformado por

      […] todo el Nuevo Reino con los distritos de cinco gobernaciones comarcas es, a saber, la gobernación de Popayán, a la parte occidental, la gobernación de Cartagena y la de Santa Marta a la parte del norte, la gobernación de Venezuela y la de Margarita a la parte del mediodía. // La distancia de la Margarita hasta Popayán, los extremos de la Custodia, son trescientas leguas.32

      El mismo padre Asencio, reconocido como uno de los cronistas coloniales de la historia franciscana, muestra que en los inicios de la Provincia:

      En el subceso de su fundación hubo en ella seis custodios los cuales se elegían por votos de todos los frailes moradores de la Custodia que se podían juntar, guardándose en su elección lo demás que se tiene y guarda en la elección de los ministros de provinciales, eligiéndose asimismo difinidores en el mesmo capítulo, como ahora se hace en los capítulos provinciales.33

      Fray Francisco de Victoria, según los cronistas franciscanos fray Esteban de Asencio y fray Pedro Simón, es el responsable del primer grupo de religiosos de la orden que llegó al Nuevo Reino, a pesar de que el religioso comisionado para esta empresa fue fray Francisco de Soto, quien no pudo tomar partida en esta. Según documentos de la Casa de Contratación mencionados por Mantilla, este primer grupo estuvo conformado por: fray Blas Moreno, fray Antonio de Paredes, fray Manuel Gama, fray Buenaventura de Orihuela, fray Gregorio de Cárdenas, fray Miguel de la Cruz, fray Gaspar de Mendaño, fray Buenaventura García, fray Pedro Jaca, fray Miguel de Castilforte, fray Pedro de la Iglesia y fray Francisco de Madrid; a esta lista habría que agregar el nombre de fray Jerónimo de San Miguel, quien sería el primer custodio elegido y primer organizador de la custodia, del cual se ignora si a su llegada al Nuevo Reino ya era custodio o había llegado a reemplazar al encargado de este cargo.

      Fray Esteban de Asensio34, en su obra Historia memorial, brinda otra lista con los nombres de este primer grupo de misioneros franciscanos llegados al Nuevo Reino de Granada, entre los que se encontraban: Fray Joseph Maz, predicador de la provincia de los Ángeles; Fray Ricardo de Santamaría, francés; Fray Pedro de Avenillas, predicador; Fray Esteban de Asencio; Fray Gaspar Sarmiento; Fray Miguel de los Ángeles, confesor de la provincia de Cartagena; Fray Jerónimo de San Miguel y fray Antonio de Paredes.

      Gregorio Arcila Robledo, por su parte, menciona que los religiosos que llegaron con fray Francisco de Vitoria para fundar custodia fueron: fray José Mas, fray Ricardo de Santamaría (francés), fray Pedro de Avenillas, fray Gaspar Sarmiento, fray Miguel de los Ángeles, fray Jerónimo de San Miguel y fray Antonio Paredes. Fray Pedro Simón afirma que también llegan fray Juan de Velmés y fray Esteban de Asencio35.

      Por otra parte, José Manuel Groot afirma que la primera expedición franciscana al Nuevo Reino estuvo conformada por: el padre José Maz, fray Juan de Velmes, fray Ricardo de Santamaría, teólogo y jurista francés, fray Pedro de Avenillas, fray Esteban de Asencio, fray Gaspar Sarmiento, fray Miguel de los Ángeles, fray Jerónimo de San Miguel, Fray Antonio de Paredes y Fray Francisco Victoria, primer custodio36.

      Mantilla asevera que no todos los frailes llegaron en el mismo barco:

      En consecuencia, quienes llegaron al puerto de Santa Marta, debieron ser solamente dos y pasaron en la nao “La trinidad” del maestre Juan Canelas por cuyo flete y mantenimiento se pagaron en Sevilla 10.000 maravedís; los otros dos en cambio pasaron así: 6 en la nao “San Antón” del mestre Francisco Navarro y los otros cuatro en la nao “Santa María de Guadalupe” del maestre Francisco Ramírez.37

      Llegados a Santafé y

      […] superando toda aquella serie de dificultades, para el mes de agosto de 1550 los frailes se encontraban ocupados en levantar sus lugares de residencia, que ciertamente eran bien pobres y desacomodados. De la fábrica material de las dos casas que tenía en febrero de 1533, se daba la siguiente descripción: “son de paja y muy peligrosas de fuego y se llueven todas […]” y la cerca de dichas casas es tal que las bestias se entran y nos dan gran desasosiego.38

      El cabildo de Santafé, a la llegada de este primer grupo de franciscanos, resuelve y les concede licencia para fundar convento en dicha ciudad, el cual se instaura: “junto al camino que salía de ella para la de Tunja, cerca de donde ahora está fundada la iglesia y parroquia de Nuestra Señora de Las Nieves”39. Dicha concesión causa tensión entre los religiosos franciscanos y los dominicos, llegados también en ese año de 1550 a la capital del Nuevo Reino, con el deseo de instaurar un convento.

      Acto seguido a la fundación del convento el padre Custodio fray Francisco de Victoria llama a congregación, eligiéndose como primer custodio al padre fray Jerónimo de San Miguel, quien es el que inicia la edificación del convento de Nuestra Señora de la Purificación:

      Luego que se dio asiento a la fundación de este convento de Santafé y se asignaron los religiosos que habían de quedar en él, pasaron los demás a la ciudad de Tunja, donde comenzaron luego el mismo año de 1550 a fundar otro convento con título de Santa María Magdalena, en el sitio y lugar que hoy permanece, y con la buen ayuda que dieron los conquistadores y encomenderos con sus indios, se pudo disponer y acomodar la Iglesia de manera que a los primeros de febrero del año siguiente de 51 se pudo colocar el Santísimo Sacramento y poner lámpara con el aceite de la Merced que había hecho su Majestad para todos los conventos que se fueron fundando.40

      La fundada Custodia de San Juan Bautista solo duraría 15 años, tiempo en el cual la conformarían los conventos de la Purificación en Santafé, Santa María Magdalena de Tunja, San Luís de Vélez y Nuestra Señora de Loreto de Cartagena. Los primeros años de la Custodia serían precarios, pues para 1553 en Santafé solo había un fraile, precisamente fray Jerónimo de San Miguel, quien desempeñaba el cargo de custodio y se encontraba en la cárcel por las desavenencias tenidas con los oidores, debido al maltrato que estos daban a los indígenas, lo cual motivó al dicho religioso a denunciar esta situación ante el Consejo de Indias, pues: “Los franciscanos se habían dado cuenta de la oposición que sufrían los indios, y desde el púlpito comenzaron a fustigar a los conquistadores por las injusticias que se cometían con los indios”41. Finalmente, el fraile San Miguel es conducido al destierro, como lo menciona el cronista fray Esteban