Bibiana Belsasso

Muy personal con... Bibiana Belsasso


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y no eres terca, no tienes nada qué hacer ahí.

       Bueno, decía un político, Ruiz Massieu, que él como amigo era el mejor amigo, pero que como enemigo, igual, ¿te queda esta frase?

      No, para nada. Yo no sé si tengo enemigos, yo no soy enemiga, no me dejo llevar ni por la venganza, ni por el odio, ni por el rencor, son emociones que no me gustan y que no me ayudan en nada.

       Pero cuando alguien deja de ser leal contigo sé que se te cierra el corazón y ya no hay forma de llegarte.

      Eso sí, porque cuando se acaba algo, se acaba, pero eso no tiene que ver con lo otro.

       Sé que te encanta el budismo. Tengo amigas que han viajado contigo y que me dicen: “estamos en las peores condiciones, desierto, sin dormir 48 horas, sin bañarnos, y ves a Pati y sigue con una paz y una tranquilidad, y con una felicidad que no sé cómo lo logra”. ¿Es verdad esto?

      Pues sí, porque se tiene que trabajar para lograr estar en el aquí y en el ahora, para lograr esa estabilidad o esa paz o esa ecuanimidad.

      ¿Y cómo se trabaja?

      Bueno, de muchas formas. Una: jamás he pensado que soy mejor o peor que cualquier persona; otra, cualquier cosa que suceda no tiene nada que ver con lo personal y me refiero a cuestiones de trabajo. ¡Ojo!, muchas veces cuando sucede algún terremoto emocional en tu familia, sí tiene que ver con algo personal, pero en el trabajo las cosas no son personales, son cosas que tienes que solucionar. A lo mejor yo hago una propuesta y en ese momento a la otra persona no le interesa, y pues si no le interesó ahí quedó.

       No está peleado tener una parte muy profunda, muy espiritual, con estar en un programa de chismes, porque el otro día también me comentaban: “es que es un programa de chismes, pero si tú te fijas, Pati jamás va a insultar”.

      Tienes que tener cierta línea de respeto hacia la gente.

       ¿Y cómo lo has podido lograr?

      Es obligatorio. Tú puedes ser de lo más crítico sin insultar a una persona y eso es parte de ser humano, a lo mejor puedes no estar de acuerdo con la crítica, pero a veces la crítica es muy buena. Cuando inició Ventaneando, la crítica tenía mucho que ver con la forma en que hacían televisión muchas empresas, incluyendo obviamente Televisión Azteca, y criticábamos mucho la escenografía, y la ropa, etcétera, etcétera, y un día platicando con varios compañeros de Televisa, productores, me decían: “¡qué bueno que te diste cuenta de esto, Pati, en la escena fulana de tal, porque lo pude corregir!”

       Pero se necesita madurez para poder aceptar la crítica.

      Pues sí, pero hay personas a las que no les gusta y, pues ni modo. Estamos en un medio público y en el momento en que es público como periodista puedo tener la habilidad de hacer una crítica o no.

       Eres una mujer de trabajo, trabajas tu parte personal para poder estar en paz, trabajas tu parte profesional aquí en Televisión Azteca y trabajas para tener una familia estable. Eso no se da gratis.

      No, por supuesto que no. Desde que nos casamos mi marido y yo teníamos clarísimo que queríamos tener una buena vida y una buena vida en pareja, una buena vida en familia y nos permitimos lograrlo. En su momento Álvaro se psicoanalizó, en su momento yo me psicoanalicé, después vinieron las prácticas de meditación, después vino nuestro interés por el budismo, que seguimos fomentando, y es válido que cada quien quiera tener una buena vida. No tiene que ver con el dinero, no tiene que ver con la posición, ni con el reconocimiento, tiene que ver con que tú quieras tener una buena vida y eso implica ser una persona saludable, tener buenos pensamientos.

       Y también tener una buena comunicación, porque si bien no trabajan en lo mismo, sí tienen muchos puntos en los que coinciden.

      Sí, pero aun cuando tenemos trabajos muy diferentes mi marido y yo, sí tenemos mucha comunicación. La comunicación en una pareja o en un trabajo o en una amistad es fundamental.

       ¿En la educación de tus hijos, ustedes siempre estuvieron de acuerdo? Ahora ya son dos jóvenes.

      Rodrigo desde secundaria se interesaba por la música, todo el tiempo, entonces cuando iba a estudiar preparatoria lo mandamos a un lugar en Estados Unidos para que estudiara música, quiso ir a Berklee y se fue a Berklee; en Idyllwild estudió varios años, si era lo que él quería, por qué no apoyarlo. En el caso de Pablo, quiso estudiar cine, también es un artista plástico, y pues qué maravilla.

       Y que sean lo mejor en lo que quieran ser.

      No importa si son lo mejor o no, lo importante es que estén haciendo lo que realmente quieren. Mira, yo no creo en una meta, yo creo en el camino que te lleva a donde tú quieres. Tú no quieres ser periodista o no quisiste ser periodista para estar dentro de quince años haciendo no sé qué cosa. Tú quisiste ser periodista por el camino que te estaba llevando a donde querías.

       Pero tú eres de metas, ¿ahorita dónde te ves?, ¿quieres seguir trabajando muchos años más?, ¿piensas retirarte algún día?

      No sé, trato de no abrumarme con un futuro que puede ser incierto porque igual mañana ya no estoy aquí, ¿qué tal que hoy en la noche me muera?, ¿o al ratito? Soy muy práctica en eso, procuro resolver lo que me pasa en este instante y en este momento y así es la televisión, la televisión tiene que ver con disciplina, con tiempos muy específicos, y en eso estoy.

       Te doy la razón, muchas veces estás crucificado viendo qué hiciste en el pasado o viendo hacia el futuro y dejas de vivir tu presente.

      No existe el pasado ni el futuro, lo que existe es lo que estamos platicando en este momento, es lo único valioso. Si no lo hiciste ahorita, ya no lo hiciste.

       ¿Cuál ha sido el día más feliz de tu vida?

      Éste.

       Yo pensé que me ibas a decir que había sido el día que nació Martina, tu nieta.

      Ese es uno de muchos. Yo creo que el día más feliz fue cuando Manne y Rodrigo me dijeron: “te trajimos unas fotos, ma”, y era la fotografía del ultrasonido de Martina, ahí pegué un grito, me puse realmente muy feliz y recuerdo que Álvaro comentó: “pero, ¿por qué gritas tanto?, ¿qué tienen las fotos?”, y le dije: “mira lo que tienen las fotos, a tu nieta”.

       ¿Y cuál es el día más triste?

      Definitivamente cuando se murieron mis papás.

      Completa esta frase, Pati Chapoy es

      ¡Ay! ¿Qué te puedo decir? Pues, una mujer, nada más.

      Antonio Chedraui

      Ex Arzobispo de la Iglesia Ortodoxa de México

      El poder que trasciende la Fe

       Cuando llega a México en los 60, había ortodoxos aquí, pero no tenían una Iglesia como tal y se empiezan a mezclar y entran a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana, ¿cómo funda usted y cómo empieza a recuperar la Iglesia Ortodoxa?

      Nosotros teníamos una iglesia cuando yo llegué, que era la Catedral de San Jorge, en la colonia Roma, en la calle de Tuxpan 30, construida en 1944. Llegué a México en 1966 y la comunidad ortodoxa fue la primera que empezó la construcción de su templo y después de su centro cultural. Cuando nosotros construimos nadie lo había hecho. Antes nos regalaron una iglesia que está donde se ubicaba Policía y Tránsito, junto a 20 de Noviembre, la arreglamos y todo, después llegó la Iglesia Romana, había mucho fanatismo, y nos la quitaron.