Sergio Hernández Roura

Edgar Allan Poe y la literatura fantástica mexicana (1859-1922)


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estudios. Sin embargo, es importante señalar que el empuje que encontramos en lo que respecta a los estudios sobre el siglo XX se ha visto frenado cuando se intenta vislumbrar los orígenes de este género en nuestro país, debido a que el siglo XIX es una etapa en la historia de la literatura mexicana considerablemente menos estudiada y en la que aún falta mucho por investigar tan sólo en lo que respecta a obras canónicas. A esto se suma el hecho de que la aproximación a él implica la consulta de textos de difícil acceso diseminados principalmente en la prensa periódica.

      Consciente de la titánica labor que subyace a la escritura de una historia de la literatura fantástica en México y de las dificultades particulares que implica una investigación sobre ese siglo, he decidido enfocar la investigación en un periodo clave, el de la asimilación de la obra de Edgar Allan Poe; un fenómeno de recepción cuyo estudio resulta esencial para entender el rumbo que adoptó lo fantástico en la segunda mitad del siglo XIX. Las creaciones de este autor representan un hito no sólo para el desarrollo de la literatura fantástica en general, sino para la literatura mexicana; su manera de entender la poesía y el cuento cambió radicalmente las concepciones de la época y fue determinante para las manifestaciones literarias posteriores.

      Al partir del hecho de que el fenómeno de traducción ha sido ajeno a los estudios sobre la literatura fantástica del siglo XIX, ya que se ha tendido a narrar la historia desde una “estética de la producción y la exposición” (Jauss, 1967: 159), decidí realizar un estudio de la recepción y la influencia de lo fantástico a partir de la figura de Poe como una alternativa viable para entender su lugar en la cultura mexicana decimonónica. Considero que esta perspectiva permite dar cuenta de la adopción de un género o modo literario considerado ajeno a la sensibilidad mexicana, dentro de un proceso dinámico que se aparta de la imagen monolítica con la que se tiende a contemplar las obras del periodo y que permite tener conciencia de la complejidad del fenómeno:

      La obra literaria no es un objeto inexistente para sí que ofrezca a cada observador el mismo aspecto en cualquier momento. No es ningún monumento que revele monológicamente su esencia intemporal. Es más bien como una partitura adaptada a la resonancia siempre renovada de la lectura, que redime el texto de la materia de las palabras y lo trae a la existencia actual (Jauss, 1967: 161).

      El presente estudio sobre la recepción de Poe ayudará a responder un conjunto de interrogantes que sin duda pueden brindar una mayor compresión de la historia de la literatura fantástica, tales como su significado para los autores mexicanos y los motivos que los condujeron a expresarse mediante esta modalidad textual, además de esclarecer qué dicen los textos de la sociedad de su tiempo. Asimismo, explicará, por un lado, las causas del retraso de su arribo con respecto a otros países, como España o Francia y, por el otro, “su falta de originalidad”, dos constantes que algunos críticos se han encargado de señalar, pero a las que no han dado explicación.

      La acotación del periodo que abarca esta investigación (1859-1922) corresponde con la aparición de la primera mención a Poe que me ha sido posible encontrar, hasta su normalización; es decir, cuando su presencia ya forma parte del bagaje cultural del lector promedio. He decidido extender el estudio hasta este año ya que no me parecía apropiado dejar a medias el proceso de transición que ocurre a principios del siglo XX, aún conectado íntimamente con el modernismo.

      La búsqueda de material bibliohemerográfico, principalmente en el Fondo Reservado de la Biblioteca y la Hemeroteca Nacional de México, así como en la Biblioteca de Catalunya y en la Benson Latin American Collection de la Universidad de Texas en Austin, ha permitido reunir tres clases de textos: 1) las traducciones que se hicieron de las obras de E. A. Poe; 2) los textos críticos que dan cuenta de la manera en la que fue recibida su obra; y 3) los textos de creación de carácter fantástico en los que es evidente su asimilación. Dicho material ha permitido realizar una interpretación que permita explicar el fenómeno de recepción. En él se hacen presentes tanto los lectores especializados, que dan sus opiniones en diarios y revistas de la época, como los lectores comunes, que se hacen visibles en el incremento de ediciones y son responsables de que Poe se haya convertido en un referente de uso común, incluso en ámbitos distintos al literario. También es posible observar el papel que jugó en este fenómeno el intermediario o mediador, ya fuera editor, traductor, crítico, reseñista, articulista, intérprete o librero. Y, por supuesto, se considera la reacción de los escritores mexicanos mediante un corpus de textos de carácter fantástico que permiten dar cuenta de la asimilación que tuvo en México este autor.

      Antes de terminar esta introducción debo señalar las principales limitaciones de este trabajo. Primero es necesario aclarar que no pretendo agotar todas las posibilidades de lo fantástico que existían a finales del siglo XIX en México, ni tampoco llegar a generalizaciones esencialistas consistentes en definir el carácter mexicano en la literatura fantástica; esto último es algo que no me parece muy productivo en un trabajo que muestra la permeabilidad de las fronteras. Este libro ha sido el resultado de una investigación más amplia a la que remito al lector interesado en ahondar con respecto a los datos y la ampliación de argumentos (Hernández Roura, 2016).

      Así, en las siguientes páginas mostraré que la asimilación de este autor fue un paso fundamental para el desarrollo en México de una rica producción fantástica.

      No me queda sino expresar mi agradecimiento a David Roas, Ana Laura Zavala por su interés y guía en la realización de este proyecto; a Lilia Vieyra y Vicente Quirarte, quienes me brindaron la información de una investigación en proceso sobre Poe. A Eduardo Becerra y Víctor Martínez-Gil, quienes me brindaron consejos muy útiles para ampliar esta investigación.

      Mi agradecimiento al personal de la Biblioteca y la Hemeroteca Nacionales de México, así como a la Hemeroteca Nacional Digital de México. A la Biblioteca de Catalunya, la Biblioteca Nacional de España y de la Universidad de Texas en Austin, en particular a Michael O. Hironymous, encargado de Rare Books and Manuscripts, Benson Latin American Collection.

      A los miembros del GEF y en particular a mis compañeros del Colectivo Lofantastico.com, en especial a Ada Cruz y Consuelo Sella.

      También a Juan Luis Bonilla, editor de este libro, por su interés y por el reto de poner al alcance de un público amplio una investigación bastante compleja.

      El cuento fantástico en México

      Antes de hablar de la recepción que la obra de Edgar Allan Poe tuvo en México, es imprescindible que señale algunos antecedentes que permitan entender las particularidades del arribo de su obra, así como su relevancia para la literatura mexicana decimonónica; para ello, haré un breve recorrido por la literatura fantástica mexicana anterior a la década de 1860, periodo en cuyos últimos años aparece la referencia más antigua que he podido encontrar al autor estadunidense.