Marvin Moore

Camino al Armagedón


Скачать книгу

él puede asistir a tus concilios divinos y yo no?” La respuesta fue muy simple: Cristo (Miguel) tenía supremacía sobre Lucifer y fue honrado sobre Lucifer porque Cristo era un miembro de la Deidad, mientras que Lucifer era un ser creado. La Biblia deja muy en claro que Cristo es un Ser divino: “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1). Elena de White dijo que “Cristo el Verbo, el Unigénito de Dios, era uno con el Padre Eterno –uno en naturaleza, carácter y propósito–, el único ser en todo el universo que podía entrar en todos los consejos y propósitos de Dios”.28

      El problema no era la pregunta de Lucifer. El problema radicaba en la motivación que lo llevó a preguntar. Fue el orgullo lo que motivó la pregunta de Lucifer. Ezequiel lo dijo claramente: “Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor” (Eze. 28:17).

      Anteriormente señalé que Dios tiene la intención de que nuestro intelecto y nuestra razón controlen nuestras emociones. Pero según Ezequiel, Lucifer dio marcha atrás a esos dos. El orgullo por su belleza (emoción) le hizo corromper su sabiduría (intelecto).

      Pablo dio consejo sobre este tema a los cristianos en Roma. Dijo: “Por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura” (Rom. 12:3). Imaginar que eres importante puede sentirse realmente bien. Sin embargo, ese es un pensamiento emocional, que es exactamente lo que Lucifer se permitió tener. Pablo aconseja: “Que piense de sí con cordura”. En otras palabras, ¡usa la cabeza! Deja que tu intelecto esté a cargo de tu autoestima. No permitas que tus emociones anulen su buen juicio. Ese es un consejo muy sabio para cada uno de nosotros hoy.

      Dios interviene

      ¿Alguna vez has experimentado un conflicto como ese, en el que tus deseos te arrastran hacia un lado, y la voluntad revelada de Dios te arrastra hacia otro? La respuesta es ¡por supuesto! Todos lo hemos vivido, si tomamos en serio nuestra relación con Dios y con Cristo. ¡Podemos entender exactamente lo que estaba pasando por la mente de Lucifer!

      El verdadero problema

      El punto crítico aquí son las emociones de Lucifer. Se había enorgullecido de su belleza y de la alta posición que ocupaba como querubín protector que estaba junto al Trono de Dios. Después de todo, él, Lucifer, hizo importantes mandados para el Dios Todopoderoso, ¡el Anciano de días y el Creador de todo lo que existe! Él, Lucifer, era el querubín protector que estaba junto a Dios en su Trono. Él, Lucifer, estaba bellamente decorado con muchas joyas que estaban engastadas en oro. Cómo debió de hincharse su pecho al pensarlo. ¡Cómo debió de pavonearse al mirar su reflejo en el mar de cristal!

      El orgullo es una emoción, y si se usa correctamente es una buena emoción. Completar una tarea difícil se siente bien, y debería ser así. Crear una obra de arte hermosa se siente bien, ¡y debería ser así! El éxito se siente bien, y debería ser así. Todos estos son motivos poderosos. Lucifer seguramente tuvo esta buena clase de orgullo durante años, quizá siglos o incluso milenios, antes de su caída. Y estaba bien. Dios nos creó para tener estos sentimientos satisfactorios acerca de nuestros logros.