que Lucifer. ¡Miguel incluso tenía la autoridad para dar órdenes a Lucifer! Sin embargo, Miguel parecía ser un ángel como los otros ángeles. Al principio, Lucifer probablemente sintió una punzada de resentimiento: ¿Quién es él para mandonearme? Con cada orden que Miguel le daba, el resentimiento de Lucifer aumentaba. Luego comenzó a comparar su propia apariencia y su propia posición con la de Miguel, y llegó a la conclusión de que en realidad era más grande que Miguel. De hecho, puesto que la humildad es una de las características más particulares de Cristo (Fil. 2:5-11; Juan 13:2-17), es completamente posible que su apariencia fuera más simple que la de Lucifer. Pero aun así los celos se apoderaron de él.
Ahora, por favor, presta mucha atención a lo que estaba ocurriendo. Elena de White dijo que Dios el Padre había explicado muy claramente por qué Cristo tenía una posición más elevada que Lucifer. Esto significa que Lucifer tenía la información que necesitaba para entender por qué Cristo gozaba de una posición superior a la suya. Y “la influencia de los santos ángeles pareció por algún tiempo arrastrarlo con ellos [...]. El espíritu del mal parecía vencido; indecible amor conmovía su ser entero; al igual que los inmaculados adoradores, su alma se hinchió de amor por el Padre y el Hijo”.40 Lucifer no solo entendió el papel de Cristo, sino también por un tiempo se regocijó en él. Sin embargo, “en su corazón se libraba un extraño y feroz conflicto. La verdad, la justicia y la lealtad luchaban contra los celos y la envidia [...]. Pero luego se llenó del orgullo de su propia gloria. Volvió a su deseo de supremacía, y una vez más dio cabida a su envidia de Cristo”.41 Así que, Lucifer tuvo que tomar una decisión: seguir lo que él sabía que era verdad o seguir sus sentimientos. Desdichadamente, como todos sabemos, eligió seguir sus malos sentimientos.
Lucifer intensifica su rebelión
Habiendo escogido seguir sus sentimientos en vez de seguir aquello que sabía que era verdad, Lucifer abandonó “su lugar en la inmediata presencia del Padre, [y] salió a difundir el espíritu de descontento entre los ángeles [...]. La exaltación del Hijo de Dios como igual con el Padre fue presentada como una injusticia hacia Lucifer, quien, según alegaba, tenía también derecho a recibir reverencia y honra. Si este príncipe de los ángeles pudiese alcanzar su verdadera y elevada posición, ello redundaría en grandes beneficios para toda la hueste celestial; pues era su objeto asegurar la libertad para todos. Pero ahora, aun la libertad que habían gozado hasta ese entonces llegaba a su fin, pues se les había nombrado un Gobernante absoluto, y todos ellos tenían que prestar obediencia a su autoridad”.42
Nota la intensificación de los sentimientos de Lucifer. Aparentemente, antes de la gran reunión a la que Dios el Padre llamó para explicar el verdadero papel de su Hijo, los ángeles no habían entendido completamente quién era Cristo. Dios tuvo que explicarles eso a ellos, y Lucifer disputó la explicación. También, antes de la aclaración de Dios, Lucifer ostensiblemente acababa de hablar acerca de su insatisfacción con la autoridad de Cristo; pero después de que Dios había hablado, Lucifer comenzó a volverse hacia una rebelión total. Al principio, sin embargo, se esforzó por no encontrarse en ese camino con los demás ángeles.
“Trabajó con misterioso sigilo, y por algún tiempo ocultó sus verdaderos propósitos bajo una aparente reverencia hacia Dios [...]. Mientras aseveraba tener perfecta lealtad hacia Dios”, a la vez “secretamente fomentaba discordia y rebelión, con pericia consumada aparentaba que su único fin era promover la lealtad y preservar la armonía y la paz”.43
Desgraciadamente, “muchos ángeles fueron cegados por las supercherías de Lucifer”.44 Afortunadamente, no todos los ángeles fueron engañados por las astutas falsedades de Lucifer. “Los ángeles leales podían ver solo terribles consecuencias como resultado de esta disensión, y con férvidas súplicas aconsejaron a los descontentos que renunciasen a su propósito y se mostrasen leales a Dios mediante la fidelidad a su gobierno”.45
Los ángeles no eran los únicos que buscaban sacar a Lucifer de su rebelión. “Para convencerlo de su error, se hizo cuanto esfuerzo podían sugerir la sabiduría y el amor infinitos. Se le probó que su desafecto no tenía razón de ser, y se le hizo ver cuál sería el resultado si persistía en su rebeldía. Lucifer quedó convencido de que se hallaba en el error. Vio que [...] los estatutos divinos son justos, y que debía reconocerlos como tales ante todo el cielo”.46
“Lucifer mismo, al principio, no entendía la verdadera naturaleza de sus sentimientos”.47 Eso nos sucede a todos nosotros. En un repentino destello de perspicacia, reconocemos dónde hemos sido egoístas, irritables o celosos. De repente, entendemos algo que no sabíamos antes. Y ahora tenemos que tomar una decisión. ¿Seguiremos nuestra nueva percepción, que sabemos que es la elección correcta, o seremos guiados por nuestros sentimientos? Desafortunadamente, Lucifer eligió ser guiado por sus sentimientos.
Para entonces, había ganado un gran número de seguidores entre los ángeles del cielo; hasta un tercio de la “vasta e innumerable muchedumbre” de la que hablaba Elena de White.48 Apocalipsis 12:4 sugiere que alrededor de un tercio de los ángeles se pusieron del lado de Lucifer, y eso fue suficiente para convencerlo de que, si persistían, podría ganar. Él declaró a sus leales seguidores que si “se mantenían firmes de su parte [...] podrían conseguir todo lo que deseaban [...]. El gobierno de Dios incluía no solo los habitantes del cielo sino también los de todos los mundos que había creado; y Lucifer llegó a la conclusión de que, si pudiera arrastrar a los ángeles celestiales en su rebelión, también podría arrastrar a todos los mundos”.49
¡Lucifer realmente tenía grandes ambiciones!
En ese momento, Lucifer “defendió persistentemente su conducta, y se dedicó de lleno al gran conflicto contra su Creador”, y declaró que “nunca más reconocería la supremacía de Cristo”.50
Los ángeles leales advirtieron a Lucifer y a sus seguidores que “el que los había creado podía abatir su poder y castigar severamente su rebelde osadía”.51 Tenemos que preguntarnos cómo Lucifer pudo ser tan insensato para pensar que podría oponerse con éxito al gran Dios del cielo, el Todopoderoso, el Anciano de días, en cuya presencia había estado y cuyos mandatos había llevado a cabo. Pero él se negó a doblegarse. Tal es el poder de una fuerte emoción que se niega a escuchar la lógica y la razón.
Esa es una característica del deseo y la emoción de la cual también debemos estar atentos. Podemos pensar que no permitiremos que nuestras emociones dominen tan fácilmente lo que sabemos que es verdad. Pero día tras día, cada uno de nosotros se enfrenta a elecciones, a menudo muy pequeñas y que parecen insignificantes. Pero a medida que cedemos a nuestros deseos en lugar de nuestro conocimiento en estas situaciones menores, establecemos gradualmente un patrón. Ceder al deseo se vuelve más fácil cada vez; y cuando llega la gran elección, cedemos una vez más. Eso es lo que les sucedió a Lucifer y a sus seguidores.
El amor, la ley y la autoridad
Señalé en el capítulo 1 que es fácil para nosotros, los seres humanos, en nuestra manera de pensar, tener miedo a la autoridad. Eso es en parte porque a menudo se abusa de la autoridad en nuestro mundo. A escala nacional y mundial, piensa en Hitler, Corea del Norte e ISIS. En una escala doméstica, piensa en el abuso conyugal e infantil. Cuando una figura de autoridad nos ordena, ¿temblamos por dentro, quizá nos encogemos de miedo o atacamos con ira (una respuesta que también se desencadena por el miedo)? ¿O podemos mantenernos firmes? O, por otro lado, ¿tenemos una presencia dominante y la utilizamos para liberarnos de las personas tímidas? De cualquier forma, estamos permitiendo que nuestras emociones controlen nuestro comportamiento, en lugar de seguir lo que sabemos que es correcto.
¿Cómo crees que se sienten los ángeles leales en el cielo respecto a la autoridad? Puedo asegurar que no tienen miedo de eso. Por el contrario, ¡creo que lo aceptan! Estoy bastante seguro de que aprendieron a apreciarlo aún más viendo el caos que la rebelión de Lucifer causó en el cielo cuando se rebeló contra la autoridad de