la población mundial actual si nadie moría? A estas alturas, ¡solo habría lugar para estar de pie! Esto le presentaría a Dios un gran dilema: ¿qué hacer con todos esos seres humanos extra? Como yo lo veo, habría tenido dos opciones para resolver el problema:57
Después de varios cientos de años, cuando el planeta hubiera alcanzado su número ideal de habitantes, Dios podría hacer que cada ser humano fuera estéril (o al menos esterilizar un género).
Podría crear más planetas como nuestro mundo, que serían capaces de sostener la vida y trasladar a algunos seres humanos de la Tierra para poblar esos nuevos mundos.
Creo que Dios tenía la intención de implementar la segunda opción. Después de todo, estaba buscando seres inteligentes adicionales con quienes pudiera tener relaciones fraternales, y se le ocurrió la brillante idea de que en lugar de crear a cada nuevo ser humano individualmente, haría a dos seres humanos inteligentes, un hombre y una mujer, que pudieran reproducirse. Su descendencia, en parejas de machos y hembras, crearía más machos y hembras para reproducirse y crear más machos y hembras ad infinitum. Y ahora que entendemos la vastedad del universo y los billones y trillones de otros planetas que existen ahí fuera, podemos empezar a entender para lo que Dios estaba trabajando. Tuvo que empezar por crear este vasto universo de soles y planetas para tener lugares donde poner a la siempre creciente multitud de seres humanos. Luego creó la primera pareja humana que comenzó el proceso de reproducción.
Así que, ahora la pregunta es, ¿cuánto tiempo le tomaría a la raza humana crear suficiente descendencia para llenar todos los planetas en el universo? Ese es un problema que dejaré que Dios resuelva.
El sábado
Hace varios años, el Departamento de Transporte de Idaho construyó un nuevo puente a través de la carretera interestatal 84, que pasa por Nampa, Idaho, cerca de donde vivo. Cuando la construcción estuvo terminada, la ciudad y el Estado planearon una gran ceremonia para celebrar la apertura del nuevo puente, como recuerdo (no estuve allí), con una ceremonia de inauguración, con corte de cinta incluido. Mi familia nunca pudo dejar de reírse de eso. ¿Una gran ceremonia para celebrar la apertura de un puente? ¡Vamos! Sin embargo, la gran apertura del puente ilustra un hecho importante de la vida en nuestro planeta: los seres humanos celebramos los eventos importantes en nuestras vidas, ya sean graduaciones, bodas o incluso la finalización de un nuevo edificio, como un salón de ciencias o un centro estudiantil universitario. Planificamos programas especiales para estos eventos e invitamos a las partes interesadas a unirse a nosotros para celebrarlos.
Dios también celebró su obra creadora de nuestro mundo en ese primer sábado. Así es como lo describe Génesis: “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación” (Gén. 2:1-3).
Así como tenemos celebraciones como cumpleaños, matrimonios, reuniones de exalumnos y días de independencia nacional, Dios hizo del sábado un recordatorio semanal de su creación del mundo. Podemos extraer varias lecciones de lo que Génesis 2:1 al 3 nos dice sobre el origen del sábado.
¿Creación o evolución? Estos versículos sacuden la sentencia de muerte a cualquier noción de evolución.58Noten: “Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra”, y “acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo” (énfasis añadido).59 La creación de nuestro planeta con todos sus seres vivientes tomó solo seis días, y nada más. Al final del sexto día, la creación se detuvo. La teoría popular de la evolución considera que esta “creación” transcurrió durante un largo período de millones de años y todavía continúa. No es así según la Biblia. La Palabra de Dios dice que la creación fue terminada, hecha y detenida.
Algunos cristianos están tan convencidos de que la evolución es verdadera que tratan de unirla con el relato del Génesis. La llaman evolución teísta. Dios es el Creador, dicen, y la evolución es la manera en que él creó. En este escenario, los días de la creación se convierten en eones de tiempo que Dios usó para crear nuestro mundo y sus seres vivos mediante el proceso evolutivo. Sin embargo, la evolución teísta no resuelve el problema. Los versículos 1 y 2 de Génesis 2 dicen que en el séptimo día Dios acabó su obra de la creación. Tanto la evolución naturalista como la evolución teísta no cumplen con ese requisito bíblico. Por lo tanto, tenemos una opción: podemos aceptar el relato bíblico de los orígenes o el relato científico moderno, pero no podemos aceptar ambos. Son mutuamente excluyentes.
Una creación inmaterial. Todo lo que Dios hizo durante los primeros seis días fue físico: luz, aire, tierra y vegetación; sol, luna y estrellas; pájaros y peces; y animales terrestres y seres humanos. Pero el sábado está hecho de tiempo, no de materia. Los animales son muy conscientes del día y de la noche; pero para ellos, cada día de la semana es como cualquier otro día. No tienen mentes que puedan entender el concepto del sábado. Por lo tanto, Dios hizo el sábado estrictamente para los seres humanos, que tienen la inteligencia para distinguir entre el tiempo que es sagrado y el tiempo que no lo es.
El propósito del sábado. La pregunta entonces es: ¿por qué Dios creó el sábado para los seres humanos? En realidad, él no creó el sábado solo para la raza humana. Dios creó el sábado tanto para sí mismo como para nosotros. Ten en cuenta que Dios es el Dios de las relaciones, y creó a los seres humanos para que ellos pudieran relacionarse con seres inteligentes y, a la vez, que también pudieran relacionarse con él. No hace falta decir que Dios quiere relacionarse con nosotros los otros seis días de la semana, pero creó el sábado como un tiempo especial para que él tuviera una relación más íntima con nosotros. Ese es un pensamiento asombroso: esta Deidad que creó el vasto universo con sus galaxias, soles y planetas anhela una relación íntima con nosotros. Esa es la razón por la cual Dios nos creó y, por eso, apartó el sábado como un día especial de cada semana para profundizar esa relación.
El sábado como tiempo santo. ¿Qué hay en el sábado que lo hace santo? El hecho de que Dios declare el día como santo es parte de la respuesta a la pregunta de arriba. “Dios lo dijo, y yo lo creo, eso lo confirma”. Suficientemente cierto. Pero propongo que la razón principal por la cual el sábado es santo es porque la presencia de Dios está en él. En cualquier momento y en cualquier lugar, Dios está presente, ese tiempo y lugar son sagrados. Por eso, Dios le dijo a Moisés que el terreno alrededor de la zarza ardiente era santo (Éxo. 3:5). Y esto refuerza lo que ya he dicho sobre el sábado: es un momento en el cual Dios se encuentra con nosotros de una manera especial, y es un tiempo para que nos reunamos con él de un modo particular. Entonces, es la presencia de Dios lo que hace que el día de reposo sea santo. Debido a que el sábado es tiempo santo, no hay tierra santa. El sábado es santo en todo el mundo. Dios nos ha dejado crear espacios sagrados con iglesias, templos y catedrales. Cuando construimos estos espacios sagrados, Dios se compromete a encontrarse con nosotros dentro de ellos. De hecho, cada individuo puede crear su propio lugar sagrado donde él o ella puedan encontrarse con Dios en el estudio de la Biblia y la oración.
Las relaciones entre nosotros. El sábado también trata de las relaciones entre los que guardan el sábado. Aquel primer sábado solo había dos personas. Pero Dios hizo el sábado para la raza humana, no solo para Adán y Eva. Esto es evidente en la declaración de Jesús de que “El día de reposo fue hecho por causa del hombre” (Mar. 2:27; énfasis añadido). El plan de Dios era que Adán y Eva tuvieran hijos, y estos tendrían hijos que tendrían más hijos. Pronto el mundo estaría lleno de personas que se reunirían unas con otras y con Dios en el santo sábado.
Algunas se niegan a reunirse con otros el sábado porque dicen que pueden adorar a Dios en su casa. En nuestro mundo quebrantado, a veces hay razones válidas por las cuales una persona aquí y allá no puede reunirse con otros cristianos el sábado. La enfermedad y la vejez son dos de esas razones, y hay otras. Pero cuando somos físicamente capaces de hacerlo, el plan de Dios es que cada observador del sábado se reúna con otros cada sábado para que podamos adorarlo corporativamente.
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