Jacques Fontanille

Cuerpo y sentido


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       La carne móvil, la intencionalidad y la analogía

       El ajuste tímico-icónico

       La envoltura y la forma sensible del

       Funciones y recorridos figurativos de la envoltura

       Para terminar: despliegue de las dos manifestaciones figurativas

       Los dos aspectos de la semiosis

       Desarrollo de las figuras de la envoltura y de la carne móvil

       II. La huella y la memoria figurativa

       La huella como significante de las interacciones pasadas

       La huella como significante en busca de su significado

       Las figuras del cuerpo y la tipología de las huellas

       Formas de la huella en los procesos interpretativos

       III. Cuando el cuerpo da testimonio: el ethos del reportaje

       Enunciación y testimonio

       El ethos del reportaje

       Estética, ética y racionalidades discursivas

       El «corpus»: tres reportajes

       Cuerpo a cuerpo: percepción de lo específico y firma sensorial

       El cuerpo-testigo, superficie de inscripción del mundo recorrido

       Historias, creencias, prótesis discursivas y participación en la experiencia

       La proporción analógica

       La cadena del viviente en cuanto memoria

       Conclusión

       Anexo: tres reportajes

       IV. La huella del uso y el cuerpo de los objetos

       La constitución semiótica del objeto

       El surtidor de Hubert Robert

       La pátina o el tiempo de los cuerpos

       Introducción

       Efectos temporales: huella y enunciación

       Tradición y continuidad

       La pátina y la ergonomía: la moral de los objetos

       La pátina sensibiliza los cuerpos-objetos

       Conclusión. Semiótica de la huella

       Bibliografía

       Índice de nociones y temas

      Introducción

      Algunos efectos del cuerpo en las ciencias humanas

      En el discurso de la mayor parte de las ciencias humanas, el cuerpo es un tema omnipresente desde hace una veintena de años: la historia, la sociología, la poética, la antropología y la filosofía, así como la comunicación y el marketing, entre varias otras, hacen de él un motivo de renovación y de actualización. Sin embargo, esa «encarnación» de las ciencias humanas se presenta con figuras muy diferentes.

      Cuando el historiador se interesa por los olores1, es, ante todo, porque pone en perspectiva la historia de las prácticas científicas, y principalmente las de la medicina2, pero también porque su concepción de la historia integra las formas de la socialidad y de la vida colectiva. El cognitivista, al otro extremo de la cadena, se interesa por el cuerpo, por lo esencial, en nombre del realismo neurológico: los esquemas cognitivos están «encarnados» porque adquieren forma en las redes de neuronas, indisociables del cuerpo/carne al cual están inseparablemente conectadas3, y porque es también el centro de experiencias del que han salido. Entre esos dos extremos, para el estudioso de la poesía, el cuerpo es, ante todo, la sede de la experiencia sensible y de la relación con el mundo en cuanto fenómeno4, en la medida en que esa experiencia puede prolongarse en prácticas significantes o en experiencias estéticas. Por lo que se refiere al antropólogo, sabe desde tiempo atrás que el cuerpo es todo eso a la vez: uno de los vectores de la socialidad y de la relación con el otro; el objeto y el soporte de prácticas terapéuticas, rituales y simbólicas; el anclaje principal de las «lógicas de lo sensible» y de las formas de relaciones semióticas con el mundo circundante características de cada cultura.

      De hecho, las ciencias del hombre, habitadas permanentemente por el dualismo (cuerpo y alma, cuerpo y mente, cuerpo y espíritu, etc.), tanto si se adhieren a él como si lo rechazan, no han cesado de balancear entre la integración y la exclusión del cuerpo. Sin embargo, esas elecciones no se hacen, como acabamos de sugerirlo, ni en nombre del dualismo ni tampoco en nombre de su contestación monista: el alejamiento del cuerpo, lo mismo que su retorno, es, de hecho, el instrumento de otras decisiones epistemológicas o metodológicas. Por ejemplo, las figuras del cuerpo confirman la pertinencia de las dimensiones sociológicas y antropológicas en las investigaciones históricas, y, por eso mismo, no tienen derecho de ciudadanía si no es en el interior de una corriente metodológica y de una concepción de la historia a la que le otorgue