Jorge Carlos Adame Goddard

Historia de Jesús de Nazaret


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de historia romana (véase Casciario, op. cit., p. 42, n. 55; Meier I, op. cit., pp. 212-213; Ratzinger I, p. 69), se sabe que Quirino pudo tener mando en Siria entre los años 10 a 6 a. C., y luego un segundo mandato, como gobernador de Siria, del año 6 al 7 d. C., y que llevó a cabo un censo en Judea (no en Galilea) el año 6 d. C., que no puede ser aquel al que se refiere Lucas. Se puede fijar mejor la fecha del nacimiento con la referencia de la vida y muerte de Herodes, como se explica en el texto.

      [38] Véase Comentario, p. 974.

      [39] Fillion I, p. 164, quien también se apoya en Orígenes (Cfr. Celso, 1,5), y en varios evangelios apócrifos, da esto como bien conocido en su tiempo (185-254) y también lo consignan varios de los evangelios apócrifos.

      [40] Is 1,3.

      [41] María de Jesús de Agreda, op. cit., libro IV § 485, p. 561. Ahí dice que María mandó a los animales que “adorasen”, en cuanto ellos podían a su Creador, y que “obedecieron los humildes animales al mandato de su Señora y se postraron ante el niño y con su aliento le calentaron y sirvieron con el obsequio que le negaron los hombres”.

      [42] Lc 2,9-10. En los evangelios se presenta de manera constante este “llenarse de temor” ante la presencia divina, como cuando Gabriel se aparece a la Virgen o a Zacarías; es un temor de asombro, no de miedo ni de pánico.

      [43] Lc 3,21.

      [44] Todos sería María y José, pero quizá hubiera otros que habían acudido espontáneamente al saber que ahí había nacido un niño.

      [45] Se ha conjeturado que Lucas pudo entrevistarse con la virgen María en el tiempo en que había ido a Jerusalén con Pablo, y cuando éste fue puesto en prisión en Cesarea. Lucas acompañó a Pablo en Cesarea y desde ahí pudo hacer viajes a Jerusalén y otros lugares donde vivió Jesús para entrevistar a testigos de la vida de Jesús, y especialmente a la virgen María. Véase J. Holzner, San Pablo, Barcelona, Herder, 1955, p. 401.

      [46] Lc 2,21.

      [47] Gal 4,4.

      [48] María de Jesús de Agreda, op. cit, libro iv § 530, p. 581.

      [49] Lc 2,22-38.

      [50] Lev 12,1-4.

      [51] Lc 2,24.

      [52] Ex 13,2; 13,12 y ss.

      [53] Lc 2,25-38.

      [54] Is 46,13: “Mi justicia está cerca, no se alejará, mi salvación no se demorará, daré la salvación a Sión, y mi gloria a Israel”.

      [55] Is 42,6 y 49,6: “Muy poco es que seas siervo mío para restaurar las tribus de Jacob y hacer volver a los supervivientes de Israel. Te he puesto para ser luz de las naciones, para que mi salvación alcance hasta los extremos de la tierra”.

      [56] Dice Ratzinger (La infancia, p. 92) que, aunque Dios es amor, se puede odiar el amor cuando exige. Hoy, Cristo sigue siendo signo de contradicción para los hombres que ven en él un límite a su libre voluntad.

      [57] Lc 2,39-40.

      [58] Mt 2,1-23.

      [59] Así se entiende que no es que José adopte a Jesús, sino que Dios Padre, de quien procede toda paternidad, instituye a José como padre de Jesús. No es José el padre adoptante ni el padre putativo, sino el padre que Dios quiere para su Hijo.

      [60] Mi 5,1: “Pero tu Belén Efrata, aunque tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser dominador en Israel”.

      [61] En los Hechos de los Apóstoles 13,10 se usa la palabra “mago” en el sentido de charlatán o embustero, cuando refieren (13,6-10) a un mago llamado Barjesus, que era consejero de Sergio, el gobernador romano (procónsul) de Chipre, y como tal mago se oponía a la predicación de Pablo y Bernabé, Pablo le dijo: “¡Tú, lleno de todo engaño y de toda malicia, hijo del diablo, enemigo de toda justicia!”.

      [62] Esta expectativa la aprovechó Flavio Josefo para congraciarse con Vespaciano, quien, mientras llevaba su ejército contra Jerusalén, fue aclamado emperador en Roma, por lo que Flavio Josefo dijo que el propio Vespaciano era el dominador del mundo surgido en Judá.

      [63] Num 24,17.

      [64] Sal 72,10.

      [65] Is 60,3.

      [66] Mt 2,2. La expresión “rey de los judíos” es típicamente pagana; un judío habría dicho “el rey de Israel”.

      [67] Mi 5,1: “Pero tú, Belén Efrata, aunque tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser dominador en Israel”.

      [68] 2Sam 5,2.

      [69] Es interesante notar que el oficio del rey es el de ser “pastor”, cuidador del rebaño, y no su dueño.

      [70] Is 60,6: “Te cubrirá una multitud de camellos, dromedarios de Madián y Efá, todos vendrán de Sabá, cargados de oro e incienso, y pregonando alabanzas al Señor”. De ahí se ha formado la tradición de que procedían de Arabia, Persia y África (Etiopía); Isaías se refiere a lugares al este de Jerusalén.

      [71] Mt 2,12.

      [72] Mt 2,13-23.

      [73] Mt 2, 7 dice que Herodes “se informó cuidadosamente por ellos [los magos] del tiempo en que había aparecido la estrella”.

      [74] La cifra se calcula, considerando que la población de Belén era de unos 2 mil habitantes, que podrían tener un promedio de 30 nacimientos anuales, de los cuales quince serían mujeres y quince varones. Véase Filion I, op. cit., p. 198.

      [75] Ratzinger, La infancia, p. 113.

      [76] Filion I, p. 197.

      [77] María de Jesús de Agreda, segunda parte, capítulo 25, p. 640.

      [78] Una iglesia copta, en el antiguo Cairo está, según alguna tradición, en el lugar donde habitó la Sagrada Familia.

      [79] Os 11,1: “Cuando Israel era niño, Yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo”. La profecía se refiere, en primer lugar, al pueblo de Israel, al que Dios sacó de Egipto; pero también se puede entender, como lo hace Mateo, referida al Hijo de Dios, a Jesús, al que llamó de Egipto para volver a Israel.

      [80] Filion I, op. cit., p. 200.

      [81]