Jorge Carlos Adame Goddard

Historia de Jesús de Nazaret


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      Después de la visita de los magos, José retoma el papel protagónico. Recibe, otra vez en sueños, el aviso, por parte de un ángel, de huir con el Niño y con su madre porque Herodes pretende matarlo. Esto debió ocurrir algunas semanas después de que Herodes se entrevistó con los magos. Mateo dice que José tomó inmediatamente al Niño y a su madre y se fue a Egipto.

      José, una vez avisado, toma al Niño y a su madre y se encamina a Israel. Posiblemente se dirigiría de nuevo a Belén, donde había nacido el Niño y era la ciudad de origen de José, y donde tal vez tendría alguna tierra. Pero en el camino se entera de que Arquelao, uno de los hijos de Herodes, conocido por su crueldad, reina en Judea, y esto lo hace dudar de si debe ir allá. Nuevamente, recibe un aviso “en sueños”, y se dirige a Galilea, para asentarse en Nazaret, donde vivían antes.

      Con la indicación del establecimiento de la Familia en Nazaret, se vuelven a unir los relatos de Lucas y Mateo.

      [1] Mt 1,1-17.

      [2] Lc 1,5 y 26.

      [3] Por ejemplo, Pablo en Rom. 1,3 dice de Jesús “nacido del linaje de David según la carne”, en una carta escrita a finales de los años cincuenta; el añadido “según la carne” indica que eso se afirma de Jesús teniendo en cuenta los modos de pensar humanos, pero no vale a los ojos de la fe, que ve a Jesús como Hijo del Eterno Padre.

      [4] Mt 22,44; Mc 12,35; Lc 20,41.

      [5] Lc 3,23-38.

      [6] Son muchos los lugares de los evangelios sinópticos donde Jesús se llama Hijo del Hombre, y son especialmente significativas las veces en que se dice que el Hijo del Hombre volverá al final de los tiempos, como en Mt 24,29-31; Mc 13,24-27 y Lc 21,25-28.

      [7] Jn 1,1-14.

      [8] Mt 26,63; Mc14, 61-62; Lc 22,70-71.

      [9] Mt 1,18-2,23.

      [10] Lc 1,1-2,38.

      [11] Véase Ratzinger I, pp. 20-23.

      [12] Esa es la opinión de Joachim Gnilka, cit. por Ratzinger I, p. 23.

      [13] Lc 2,19 y 2,51.

      [14] En Lc 24,6 el ángel les dice a las mujeres que recuerden cómo Jesús les explicaba que tenía que padecer, morir y resucitar.

      [15] Lc 24,27.

      [16] Lc 1,5-25.

      [17] Lc 1,6.

      [18] Erik Petersen, citado por Ratzinger, p. 27, dice: “Era el lado sur del altar. El ángel está entre el altar y el candelabro de siete brazos. En el lado izquierdo del altar, que da al norte, había una mesa con los panes de la proposición”.

      [19] Malaquías vivió entre el año 515 y el 445 antes de Cristo.

      [20] Ml 3,1.

      [21] Ml 3,23.

      [22] Lc 1,19. Este nombre del ángel aparece en el Antiguo Testamento únicamente en el Libro de Daniel, 9,21.

      [23] Lc 1,26-38.

      [24] De acuerdo con las costumbres judías, la mujer prometida o desposada seguía viviendo en el hogar paterno por un año, bajo la potestad de sus padres, y pasado el año, el esposo la recibía en su casa, es decir, tenía lugar el matrimonio. Gnilka, cit. por Ratzinger I, p. 45.

      [25] Lc 1,27.

      [26] Lc 1,28-30.

      [27] So. 3,15: “El Señor, Rey de Israel, está en medio de ti; no temerás más la desgracia”; 3,17: “El Señor, tu Dios, está en medio de ti como poderoso Salvador. Él disfrutará de ti con alegría, te renovará su amor, se regocijará en ti con canto alegre, como en los días de fiesta”.

      [28] El nombre de Jesús también lo señala Mateo, quien dice que significa que Dios salvará al pueblo de sus pecados.

      [29] 2S 7,16.

      [30] Lc 1,38.

      [31] También el Evangelio de Juan, que es independiente respecto de estas narraciones de Lucas y Mateo, afirma lo mismo en 1,13, si se lee en singular: “que no ha nacido de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni del querer del hombre, sino de Dios”.

      [32] Is 7,14: “Miren, la Virgen está encinta y dará a luz un hijo…”.

      [33] Lc 1,39-56.

      [34] María de Jesús de Agreda, op. cit., pp. 452-454.

      [35]