Samuel Pagán

Comentario de los salmos


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target="_blank" rel="nofollow" href="#ulink_b249f076-8e92-5444-a9ad-c18da654e8b8">54 Respecto al nombre de Dios y sus implicaciones teológicas y sociales, véase mi libro El Santo de Israel (Austin: AETH, 2002); en esta obra se presenta una buena bibliografía en torno al tema estudiado.

      55 Una magnífica introducción teológica y literaria al tema del nombre de Dios se encuentra en Kraus, op.cit., pp.19-28.

      56 En la tradición de las versiones de la Biblia conocidas como Reina-Valera, se ha traducido el nombre personal divino como Jehová, que revela las percepciones medievales de la pronunciación del tetragramatón

      57 Jesús García Trapiello, op.cit., p.158.

      58 En torno al desarrollo de las metáforas sobre Dios, véase a J.L. Crenshaw, op.cit., pp.68-69.

      59 Respecto a este tema del reinado de Dios, es muy importante indicar que el pueblo hebreo y sus escritores utilizaban las imágenes de poder y autoridad que transmitían sentido y fomentaban la comprensión adecuada de las ideas. La monarquía, en el período veterotestamentario, era la institución que transmitía las ideas de ordenamiento político, jurídico, religioso y social. En este sentido, los escritores bíblicos intentaban, con la metáfora del Dios-rey, poner de manifiesto que sobre las monarquías e instituciones políticas humanas se presentaba con más autoridad y poder el reinado de Dios sobre la historia y las naciones.

      60 Véase la interesante discusión en torno a este tema en Kraus, op.cit., pp.19-28.

      61 La importancia teológica y exegética de estos términos no deben subestimarse. Kraus, op.cit., pp.55-59.

      62 El amor divino se pone de relieve en casi todas las expresiones de los Salmos. Dios ama a su pueblo, y las demostraciones de ese amor divino se revelan continuamente en las diferentes manifestaciones de su reinado. El término hebreo traducido por amor incluye niveles de intensidad especial que se revelan en la demostración de su misericordia constante; véase a Ringgren, op.cit., pp.49-50.

      63 Véase a Mays, op.cit., pp.32-36.

      64 En la antigüedad se pensaba que las responsabilidades del rey se asociaban con la del pastor, que era vista como una figura política y religiosa (p.e., véase Sal 23).

      65 Véase, por ejemplo, mis comentarios exegéticos, literarios, teológicos y pastorales en Samuel Pagán, Experimentado en quebrantos (Nashville: Abingdon Press, 2001).

      66 Véase los diversos niveles de sentido de la palabra shalom en G. Kittel y G. Friedrich, Compendio del diccionario teológico del Nuevo Testamento (Grands Rapids: Libros Desafío, 2002, pp.207-208).

      67 Respecto a este tema, seguimos las ideas de Mays, op.cit., pp.163-165.

      68 En torno a estos importantes temas, que unen aspectos teológicos, culturales y lingüísticos, seguimos particularmente a R. Murphy, The Gift of the Psalms (Peabody: Hendrichson, 2003, pp.32-58).

      69 Esta idea se manifiesta de forma clara en la famosa épica mesopotámica de Gilgamesh, donde se presentan los infructuosos esfuerzos humanos para llegar a la inmortalidad; véase ANET, p.90; Murphy, op.cit., p.34.

      70 Para el estudio de la poesía hebrea la siguiente literatura es de singular importancia: R.L. Alden, «Chiastic Psalms: A Study in the Mechanics of Semitic Poetry in Psalms 1–50» JETS 17 (1974) 11-28; G.B. Gray, The Forms of Hebrew Poetry. With a Prolegomenon by D.N. Freedmen (New York: Ktav, 1972); T.H. Robinson, The Poetry of the Old Testament (London: Duckworth, 1947); D.K. Stuart, Studies in Early Hebrew Meter. HSM 13 (Missoula: Scholars Press, 1976); J. Kugel, The Idea of Biblical Poetry (New Haven: Yale University Press, 1981); L. Alonso Schokel, Estudios de poética hebrea (Barcelona: Herder, 1963); S. Geller, Parallelism in Early Biblical Poetry (Missoula: Scholars Press, 1979); M. O’Connor, Hebrew Verse Structure (Winona Lake: Eisenbrauns, 1980).

      De singular importancia para la comprensión y traducción de la poesía en la Biblia es la obra de Lynell Zogbo y Ernst Wendland, traducida y adaptada por Alfredo Tépox Varela, La poesía del Antiguo Testamento: pautas para su traducción (Miami: SBU, sf ).

      71 Durante las últimas décadas se ha manifestado entre los eruditos bíblicos que estudian el Salterio un marcado interés por el análisis literario de los Salmos. Esa tendencia metodológica se pone de relieve de dos formas básicas: en primer lugar, se ha tratado de definir con mucha más precisión la naturaleza y el carácter de la poesía bíblica; además, se ha descubierto que la poesía bíblica –y en el caso particular nuestro, la poesía del Salterio–, comprende aspectos que sobrepasan el tradicional estudio de los paralelismos. Para un resumen de estos análisis, véase, en primer lugar, a Miller, op.cit., pp.16-17; y más específicamente la reseña de J. Barr al libro de J. Kugel, The Idea of Biblical Poetry, en Times Literary Supplement (December 25, 1981), 1506.

      72 Aunque los especialistas no han llegado aún a una definición universal de la poesía, hay evidencias de la manifestación de rasgos poéticos en cada cultura y lenguas del mundo. La poesía utiliza un tipo de lenguaje distinto al cotidiano en prosa que puede ser reconocido por su valor artístico, emotivo y agradable al oído. Referente a diversas definiciones de poesía que se han propuesto, véase a Zogbo y Wendland, op.cit., pp.2-5. Según Don Miguel Antonio Caro, famoso escritor colombiano, la poesía es «una manera ideal y bella de concebir, de sentir y de expresar las cosas».

      73 Mervin Breneman, Salmos (El Paso: Casa Bautista de Publicaciones, 1997, p.25).

      74 El ritmo o metro en la poesía hebrea es la sucesión de palabras monosilábicas acentuadas, sin la intervención de sílabas no acentuadas; además, dos sílabas acentuadas a veces están separadas por cuatro o hasta cinco sílabas no acentuadas.

      75 El paralelismo es también una de las peculiaridades retóricas más prominentes y características de la literatura poética de Medio Oriente antiguo, y se manifiesta en escala menor en las narraciones en prosa; véase Adelle Berlin, «Parallelism», The Anchor Bible Dictionary. Vol. 5, pp.155-166.

      76 Los estudios contemporáneos de la poética hebrea estudian y analizan no solo los paralelismos sino los diversos componentes estéticos de los Salmos; véase particularmente a Geller, op.cit. y Kugel, op.cit.

      77 El nombre «quiasmo» proviene viene del idioma griego, y se deriva de la letra chi, que tiene la forma de dos líneas cruzadas como una «X» mayúscula. Tremper Longman III, Cómo leer los salmos: