el estudio sistemático y concienzudo de los Salmos.
2 La Mishnah es una obra de gran importancia literaria y teológica pues revela las convicciones fundamentales de la comunidad judía antigua. Respecto a este tema, véase los comentarios y las reflexiones en J.L. Crenschaw, The Psalms: An Introduction (Grand Rapids: Eerdmans Publishing Co., 2001), 1-2, y en C. Hassell Bullock, Encountering the Book of Psalms (Grand Rapids: Baker, 2001), 92-94.
3 Para estudiar con más profundidad el uso de los salmos en la iglesia primitiva, véase a Michel Gourgues, Los salmos y Jesús. Jesús y los salmos (Estella, Navarra: Editorial Verbo Divino, 1989); de particular importancia exegética, pastoral y teológica es la tabla que presenta los salmos en los relatos de la pasión; p.27.
4 En la conclusión del libro de McCann, op.cit., pp.163-175 se incluye una magnífica presentación de la relación de los salmos en diferentes momentos de la vida de Jesús; p.e., en el nacimiento, en el bautismo, en sus enseñanzas y ministerio, y en la narraciones de la entrada a Jerusalén, la pasión y la resurrección. Respecto al mismo tema, véase a P.D. Miller Interpreting the Psalms (Philadelphia: Fortress Press, 1986, pp.27-28) y a H.J. Kraus Theology of the Psalms (Minneapolis: Augsburg, 1986, pp.177-203).
5 Véase, p.e., el estudio importante de Gourgues, op.cit.
6 Véase el comentario referente a este asunto en la obra de Bullock, op.cit., pp.94-96.
7 P.ej., el famoso himno de Martín Lutero, «Castillo fuerte es nuestro Dios», se fundamenta en el Salmo 46.
8 En varias comunidades de habla castellana, tanto en las Américas como en Europa, se alude a las personas encargadas de la adoración en las congregaciones como «salmistas».
9 Hans-Winfried Jungling, «Salmos 1–41», Comentario bíblico Internacional (Estella, Navarra: Verbo Divino, p.712).
10 Véase la magnífica introducción de la traducción de los Salmos que efectuó Julio Trebolle Barrera, Libro de los Salmos: Himnos y lamentaciones (Madrid: Trotta, pp.10-11).
11 Véase, p.ej., el reciente libro de Ernesto Cardenal, muy bien prologado por Dorothee Solle, Salmos (Madrid: Trotta, 1998).
12 Léanse los importantes comentarios en torno al tema de la poesía hebrea antigua fuera del Salterio en el libro de Peter C. Craigie, Psalms 1–50. WBC (Waco, TX: Word Books, 1983, pp.25-27). Una de las obras pioneras del estudio moderno y crítico de la poesía hebrea antigua es la de W.F. Albright; posteriormente sus discípulos estudiaron aún más esta literatura y descubrieron componentes estilísticos, temáticos y literarios de gran importancia para los estudios bíblicos.
13 Los libros deuterocanónicos son obras antiguas que se incluyen en las Biblias que provienen de las traducciones de la LXX y la Vulgata. Tradicionalmente esas ediciones de la Biblia se conocen como «católicas», y las que no incluyen esos libros, también llamados «apócrifos», se relacionan con las comunidades evangélicas.
14 James H. Charlesworth and James A. Sanders, «More Psalms of David» in The Old Testament Pseudoepigrfa, vol.2, ed. James H. Charlesworth (Garden City: Doubleday, 1985), pp.609-24.
15 Samuel Pagán, El misterio revelado (Nashville: Abingdon Press, 2002).
16 El estudio de estos títulos hebreos es muy complicado, pues en ocasiones no hay mucha evidencia literaria e histórica en la cual se puedan basar las conjeturas y las especulaciones. Nosotros seguimos tradicionalmente los análisis y estudios de A.A. Andreson, op.cit., pp.42-51.
17 Para evaluar el estado actual de la comprensión e interpretación de los Salmos en función al estudio y análisis de la poética hebrea, véase el magnífico artículo de Robert Adler, «Los libros poéticos y sapienciales», en John Barton, ed. La interpretación bíblica, hoy (Santander: Sal Terrae, 2001, pp.260-276).
18 Hans-Winfried Jungling, «Salmos 1–41», Comentario bíblico internacional (Estella, Navarra: Verbo Divino, 1999, p.712).
19 En la traducción griega de la Biblia hebrea, conocida como la Septuaginta o versión de los Setenta o LXX, esta referencia aparece en 14 salmos adicionales.
20 Véase el interesante comentario de Weiser, op.cit., p.172, que alude a la interpretación de la expresión por Lutero.
21 Véase a Mays, op.cit., pp.9-11.
22 Varios salmos ponen de relieve temas que se manifiestan también en la literatura común de la región: p.e., las alusiones a Dios y a Sión en fraseologías que se utilizan en la literatura extra bíblica de la época (Sal 2; 24; 48); y las referencias a luchas mitológicas antiguas características de la religión de Canaán (Sal 29; 82; 93). Véase a Mays, op.cit., p.9.
23 Respecto a esa división en cinco partes del salterio las tradiciones judías indican que de la misma forma que Moisés legó al pueblo cinco libros de la Ley, David brindó a la comunidad judía cinco libros de cánticos y oraciones. Esta percepción de los salmos los ubica en un lugar teológicamente prominente, al lado de la Ley de Moisés; además de reconocer la autoridad de David al nivel del famoso legislador del pueblo de Israel. Véase el Midrash Tehilim en torno al Salmo 1; Mays, op.cit., p.15.
24 Longman III, Cómo leer los salmos: Una introducción a la Poesía Hebrea (Barcelona: CLIE, 2000, pp.54-55).
25 En el comentario a estos salmos se explicarán las peculiaridades teológicas y literarias de cada salmo, y se destacará también la importancia de cada uno de ellos como introducción a la antología religiosa del salterio.
26 Jungling, op.cit., pp.724-725.
27 Vease a S. Pagán, op.cit.
28 Seguimos en nuestro análisis el estudio de John Eaton, The Psalms. A Historical and Spiritual Commentary with an Introduction and New Translation (London y New York: T&T Clark International, 2003, pp.6-7).
29 Véase la importante obra de John Eaton, op.cit., p.8.