Domènec Melé

Ética Profesional


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la idea primitiva de ética como algo relativo al carácter moral y el papel central de las virtudes. Aun reconociendo la importancia de los códigos profesionales, que tipifican situaciones frecuentes en cada profesión, conviene insistir en que toda actividad profesional tiene una dimensión ética porque, de una u otra forma, siempre afecta a personas, a quienes se sirve o se perjudica.

      1. Explica con tus propias palabras qué significa ser profesional y tener profesionalidad.

      2. Considerando una actividad concreta en tu campo de especialización profesional, indica aspectos técnicos y éticos inherentes a ella.

      3. ¿Por qué son importantes las virtudes del carácter en un buen profesional?

      4. Pon ejemplos de los diversos tipos de competencias en tu profesión.

      5. Indica alguna situación en tu ámbito profesional en la que se podría aplicar “la regla de oro”.

      6. ¿Qué diferencia hay entre experiencia moral y ética?

      7. ¿Cómo definirías el concepto de “ética” y el de “ética profesional”? ¿Cómo se relacionan?

      8. ¿Por qué todo trabajo profesional tiene una dimensión ética?

      9. ¿Qué diferencia hay entre “ética profesional” y “deontología profesional”?

      10. ¿Por qué cabe afirmar que la ética es algo más que un conjunto de normas?

      11. ¿Cuáles son las ventajas y las limitaciones de los códigos de conducta profesional?

      12. Un aforismo medieval afirma: “Quien quiere llegar alto, que aprenda a servir”. ¿Tiene sentido aplicado a la vida profesional?

      2 En este caso, y en todos los demás que se proponen en esta obra, todos los nombres son ficticios, salvo que se diga lo contario.

      3 J. Todolí, Principios generales de moral profesional, en J. Todolí et al., Moral profesional. Madrid: Instituto “Luis Vives” de Filosofía, C.S.I.C., 1954, pp. 5-8.

      4 A. Peinador, Tratado de moral profesional. Madrid: BAC, 1962.

      5 T. Airaksinen, Professional ethics, en R. Chadwick (Ed.), Encyclopedia of Applied Ethics. San Diego: Academic Press, 1998, pp. 671-682.

      6 En otro lugar me he referido a estas competencias llamándolas “competencias morales”, un conjunto de virtudes que dan lugar a estas competencias entre directivos empresariales: D. Melé, Ética en dirección de empresas. Calidad humana para una buena dirección. Madrid: Pearson, 2015, pp. 165ss.

      7 A. Havard, Del temperamento al carácter - Cómo convertirse en un líder virtuoso. Pamplona: Eunsa, 2019.

      8 Véase D. Melé, Ética en dirección de empresas. Calidad humana para una buena dirección. Madrid: Pearson, 2015, pp. 17-25.

      9 También en la tradición cristiana. Jesús habla de ella, dándole una gran importancia, al afirmar: “Todo lo que queréis que hagan los hombres con vosotros, hacedlo también vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mt 7, 12).

      10 Así lo afirma Jesús: “No piensen que vine para abolir la ley o los profetas: yo no he venido a abolir, sino a dar cumplimiento” (Mt 5, 17).

      11 Con la Carta encíclica ‘Rerum novarum’, León XIII afrontó un conjunto de problemas ético-sociales generados con la Primera Revolución Industrial. También Pío XII, a mediados del siglo XX, se refirió a un buen número de cuestiones de ética profesional (véase F. del Valle, Diccionario de moral profesional según los documentos pontificios. Madrid: Compañía Bibliográfica Española, 1962). Los papas siguientes han continuado desarrollando estas enseñanzas.

      12 Ha contribuido enormemente a ello A. MacIntyre con su obra Tras la virtud (Barcelona: Crítica, 1987). El original After Vitue es de 1981, con modificaciones en la 2ª edición de 1984.

      CAPÍTULO 2

      EL TRABAJO PROFESIONAL EN EL DESARROLLO PERSONAL

      El trabajo reviste dignidad y encierra diversos significados sobre los que conviene reflexionar. Por otra parte, el trabajo se inserta en la vida personal y se relaciona con la vocación humana a crecer y desarrollarse como persona. Mediante el trabajo se adquieren y perfeccionan capacidades técnicas. Pero no solo eso. Con el trabajo se puede servir a los demás y, de este modo, contribuir al desarrollo humano personal. Esto exige trabajar buscando el bien de los demás y no solo el éxito por lo realizado al trabajar.

      Aquella noche de noviembre, Vicente Sastre había llegado a su casa con una gran noticia. Por fin sería promovido, aunque tendría que cambiar de ciudad. Para sorpresa de Vicente, la reacción de Maribel, su esposa, no fue la que esperaba.

      Antecedentes

      Vicente Sastre había nacido en un pequeño pueblo próximo a Valencia, España, donde realizó los estudios primarios y secundarios. Después cursó formación profesional en Química y Farmacia. Una vez graduado, pasó a formar parte de una importante empresa farmacéutica multinacional como vendedor-técnico, donde amplió su formación en ventas. Tras dos años de trabajo en Valencia, Vicente fue trasladado a Murcia, una ciudad del sureste de España. Antes de trasladarse a Murcia, contrajo matrimonio con Maribel, su novia de toda la vida. Maribel había cursado Magisterio y su ilusión era dedicarse a la docencia infantil.

      Tras dos años de actividad en Murcia, fue traslado a petición propia a Alicante, donde había un mercado más amplio. Seguirían en la costa de Levante español, que tanto les gustaba, al tiempo que mejorarían sus ingresos familiares. De nuevo, un año después y por idénticas razones, Vicente, con toda su familia, se trasladó a Cataluña. Ahora su trabajo consistía en asesorar a distribuidores y apoyar las ventas de los productos en la zona que tenía asignada, que cubría la totalidad del área catalana.

      A Maribel no le gustaban tantos cambios de residencia, pero quería a su marido y trataba de adaptarse a los cambios. Una vez trasladados a Cataluña, se afincaron en una urbanización situada en una pequeña y agradable población, a unos quince kilómetros de Tarragona.

      Con el tiempo, la familia creció y tuvieron tres hijos que ahora tenían respectivamente 12, 9 y 5 años de edad. Las mayores eran dos niñas, Amparo y Josefina, que cursaban con aprovechamiento la enseñanza primaria en un prestigioso colegio situado en las afueras de Tarragona. Vicente y Maribel compartían el ideario de este centro educativo, que incluía valores cristianos, educación personalizada y diferenciada, tutorías y gran calidad docente. El hijo pequeño se llamaba Carlos y acudía a un parvulario próximo a la casa de la familia Sastre.

      Hacía un año que Maribel había conseguido ser contratada como maestra en el colegio donde acudían sus hijas. Maribel estaba muy a gusto en aquel lugar, aunque no daba abasto en cuidar de su familia y atender sus obligaciones docentes. Aunque Vicente tenía que viajar mucho, y con frecuencia no dormía en casa o llegaba muy tarde, al menos había consolidado su situación profesional y tenía un lugar de residencia estable. Se encontraba a gusto con su trabajo y se ganaba bien la vida. Al propio tiempo, Maribel estaba encantada con su trabajo en el colegio, que era compatible con una adecuada dedicación a su familia. Además, había hecho varias amigas que también tenían a sus hijas en aquel colegio.

      A lo largo de los años, Vicente demostró ser un magnifico profesional de ventas. Su esfuerzo continuado le hizo acreedor del premio al mejor técnico comercial de la compañía durante varias campañas. Este premio consistía en un bono que, como él decía, “es más de lo que gano al mes; es una paga superextra”.

      La familia Sastre estaba unida, pero Vicente se daba cuenta de que sus ausencias del hogar y las largas jornadas de trabajo originaban ciertas tensiones con Maribel. La buena reputación de Vicente como vendedor y los premios conseguidos no hacían del todo feliz a su esposa. Alguna vez Maribel le había comentado: “Preferiría menos premios y que te dedicaras más a tu familia