J.C. Escobedo

Enciclopedia de la mitología


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en las manos el símbolo de las profetisas.

      CARNA

      Divinidad romana, protectora de la salud de los hombres. Carna era invocada también por las madres para proteger la salud de sus hijos. Su fiesta, de carácter meramente popular, tenía lugar el primer día de las calendas de junio. En honor de la diosa se comía tocino y habas, de donde deriva el nombre de Calendas de las habas o fiestas Carnarias.

      CARONTE

      Hijo de Erebo y de la Noche, vivía en el Hades, donde, como barquero infernal, le correspondía la misión de transportar las almas de los difuntos a la otra orilla del Aqueronte. Era el primer demonio y el primer obstáculo con que estas se encontraban. Representado como un anciano con barba blanca, ojos luminosos y penetrantes, y aspecto sombrío y amenazador, Caronte no dejaba subir a su barca a las almas de aquellos cuyos cuerpos todavía no habían recibido sepultura o no podían pagar el pasaje, cuyo coste era un óbolo. Esta creencia dio origen a la costumbre de meter en la boca del difunto, antes de quemarlo en la hoguera o de enterrarlo, una moneda destinada a Caronte. Sin embargo, se admitía en la barca a los que llevaban una rama de oro para Perséfone. La llevó consigo Eneas cuando descendió al Infierno para visitar a su padre.

      La literatura evoca con frecuencia a Caronte. Virgilio en la Eneida, libro VI, nos ofrece una descripción magnífica, en la que se inspira, superándola en vigor, Dante, al presentarnos al «Nocchier della livida palude» en el canto III del Infierno. Caronte es recordado también por el poeta griego Luciano, por los latinos Séneca y Estacio, y más tarde por Boccaccio, Tassoni y Alfonso de Valdés.

      CARPO

      Una de las Horas. Simbolizaba la germinación otoñal.

      CASANDRA

      Casandra y Áyax

      Hija de Príamo y de Hécuba, profetisa troyana. Amada por Apolo, a quien no correspondió, se atrajo el resentimiento y la venganza del dios. Para seducirla, este le concedió el don de la profecía, pero cuando Casandra se negó a unirse con él, hizo que no fuese creída. Así se reían de sus predicciones sobre las terribles desdichas de Troya, y no la tomaron en consideración. Impotente, vio aproximarse la destrucción de su ciudad. En vano intentó por todos los medios que no dejasen penetrar en el interior de las murallas el caballo de madera. De nuevo la hicieron callar. Después de la ocupación de Troya, durante la cual fue forzada por Áyax de Oileo en el templo de Atenea, Agamenón la condujo a Argos como esclava, siendo víctima de la matanza llevada a cabo por Clitemnestra cuando asesinó a su marido.

      CASIOPEA

      1. Esposa de Cefeo, rey de Etiopía, y madre de Andrómeda, la bellísima muchacha salvada por Perseo del terrible monstruo. De ella tomó nombre la constelación boreal.

      2. Mujer de Enero y madre de Tideo.

      CASTALIA

      Célebre fuente del monte Parnaso entre Beocia y Fócida, consagrada especialmente a Apolo y a las Musas. La fuente se encontraba a poca distancia del celebérrimo santuario de Apolo en Delfos. Antes de consultar al oráculo, la Pitia tenía que llevar a cabo algunas abluciones especiales en la fuente de Castalia a fin de purificarse para poder acercarse al dios e interpretar su voluntad.

      CÁSTOR

      Uno de los Dioscuros, era hermano gemelo de Pólux.

      CATARSIS

      La catarsis (término griego que significa «purificación») era una condición indispensable para el vaticinio; en muchos oráculos se preceptuaba que los sacerdotes, antes de entrar en contacto con la divinidad, se lavasen, ayunasen y se untasen con aceites perfumados; se necesitaba, además, una auténtica preparación espiritual para prepararse a recibir el mensaje divino (véase Oráculo).

      CATREO

      Rey de Creta, hijo de Minos y de Pasífae, sucedió a su padre en el trono de la isla. Tuvo tres hijas, una de las cuales, Erope, se casó dos veces, primero con Plístenes y luego con Atreo, con quien tuvo dos hijos: Menelao y Agamenón. Casada con Nauplio, dio a luz a Éaco y a Palamedes. De acuerdo con la sentencia de un oráculo, Catreo murió a manos de su único hijo varón, Altemenes.

      CÉCROPE

      Primer rey de Ática. Según las más antiguas tradiciones mitológicas, Cécrope, como fundador de la estirpe, nació directamente de la tierra. Con frecuencia se le representaba con figura humana en la parte superior del cuerpo y de serpiente en la parte inferior. Según tradiciones más recientes, llegó procedente de Egipto, y concretamente de Sais, una ciudad del actual Sudán. En todo caso, las fuentes concuerdan en considerarle el primer rey, el primer legislador y el primer sacerdote. Se le atribuye la construcción de Atenas, llamada también Cecropia; introdujo los antiquísimos cultos de Zeus Hypatos y de Atenea Políade. Durante la famosa disputa entre Atenea y Poseidón por la posesión de Ática, se inclinó a favor de la diosa de la sabiduría, contribuyendo a su victoria. Esta leyenda tiene una interpretación naturalística. En Ática la estación más favorable a los cultivos era la seca, que hacía posible cultivar el olivo; Poseidón, dios de los mares, era, en cambio, protector de la estación húmeda, perjudicial para los atenienses si se prolongaba demasiado. Podemos dar también una interpretación naturalística al hecho de que Cécrope tuviese tres hijas, Herse, Aglauro y Pándroso, cuyos nombres unidos significan rocío, muy benéfico para la tierra durante la estación seca. Teniendo en cuenta esta interpretación, se comprende que se le atribuyera el cultivo del olivo y la elaboración del aceite.

REYES DE ÁTICA HASTA LA GUERRA DE TROYA

      CÉCROPE

      CRÁNAO

      ANFICTIÓN

      ERICTONIO

      PANDIÓN

      ERECTEO

      CÉCROPE II

      PANDIÓN II

      EGEO

      TESEO

      MENESTEO

      CÉFALO

      Valeroso cazador, Céfalo era hijo de Hermes y muy feliz en su matrimonio con Procris, hija de Erecteo, y bastante hábil también en el lanzamiento de la jabalina. Sin embargo, Eos se enamoró de él y trató de infundirle celos. Sugestionado por sus insinuaciones, Céfalo se disfrazó de hombre rico y cortejó a su mujer, que cedió a sus requerimientos sin reconocerlo. Avergonzada, la infeliz Procris huyó a Creta, donde pasó a formar parte del séquito de Ártemis, pero Céfalo, arrepentido de haberle tendido aquel vil engaño, la buscó por los bosques de la isla. Encontró a su esposa sin reconocerla y se enamoró perdidamente; Procris no quería continuar el engaño y le reveló su verdadera identidad, dejándolo confundido y humillado, tal como se había sentido ella anteriormente. Sin embargo, Eros hizo que se reconciliasen; así queda interrumpida la fábula mitológica. Otra versión nos da un desenlace más amargo, según el cual su turbulenta pasión les ocasionó la muerte. La celosa Procris, escondida en un matorral, espiaba a Céfalo mientras cazaba. Cuando este oyó el crujido de las hojas, creyó que allí se ocultaba un jabalí o un ciervo y, arrojando con violencia su lanza, mató a su amada. El enamorado no pudo sobrevivir; enloquecido de dolor, anduvo errante por tierras extranjeras, hasta que se arrojó al mar desde el promontorio de Leuca. Según algunos autores, se retiró a una isla que de él tomó el nombre de Cefalenia (actualmente Cefalonia).

      CEFEO

      Rey de Etiopía, estaba casado con Casiopea y tenía una hija muy hermosa llamada Andrómeda, que Perseo salvó cuando estaba a punto de ser sacrificada a Poseidón; luego se casó con ella. Cefeo participó en la expedición de los Argonautas y regresó de ella. Después de su muerte, subió al cielo, transformándose