estaba vigilante, lo vio ascender por las nubes y le envió un pequeño tábano, que picó a Pegaso en los riñones. El caballo se encabritó y empezó a dar violentas sacudidas, derribando de esta manera a su jinete. Lisiado y ciego después de la caída, Belerofonte vivió todavía unos años de miseria y de amarga ancianidad. Pegaso, al verse libre, se elevó hasta el cielo, donde quedó inmortalizado en forma de constelación.
BELO
Hijo de Poseidón y de Libia, descendiente, por tanto, de Zeus por línea materna. Reinó en Egipto y tuvo dos hijos de su esposa Anquínoe, una de las hijas del Nilo: Egipto y Dánao.
BELONA
Diosa romana de la guerra, emparentada con Marte, tal vez de origen sabino. Se la llamaba también Duelona. En cumplimiento de un voto hecho por Apio Claudio Ceco en el año 296 a. de C. durante las guerras samnitas, se le dedicó un templo en el Campo de Marte, junto al que el sacerdote, cada vez que se declaraba la guerra, realizaba el rito simbólico de arrojar una lanza ensangrentada en el interior del recinto, que figuraba ser el territorio enemigo. Se consideraba a Belona una divinidad inseparable de Marte y fue identificada con la deidad griega Enyo.
BEOCIA
Una de las regiones más fértiles y ricas de la Grecia antigua. Situada al norte de Ática, en ella nacieron Hesíodo y Píndaro; no obstante, se consideraba a sus habitantes torpes y cortos de ingenio. Se la llamó Beocia en recuerdo del rey Neoto, que reinó en esta región tras haber heredado el trono de su abuelo materno Eolo. En ella tienen su asiento algunos de los montes más célebres de la mitología griega, el Parnaso, el Citerón y el Helicón, y por ella discurren también las aguas de las famosas y míticas fuentes Hipocrene y Aganipe.
BIANTE
La historia reconoce en él a uno de los Siete Sabios de la antigua Grecia, nacido en Jonia en el siglo VI a. de C. La mitología lo considera hijo de Amitaón y hermano de Melampo. Se casó con Pero, hija de Neleo, y tuvo tres hijos (Areo, Leodoco y Tálao), que participaron en la expedición de los Argonautas.
BIENAVENTURADOS, ISLA DE LOS
Según Hesíodo, era el lugar donde descansaban en perpetua paz los que durante su vida habían sido gratos a Zeus; al parecer, se encontraba en el confín occidental del mundo conocido.
BITÓN
Hijo de la sacerdotisa Cídipe de Argos. Junto a su hermano Cleobis soportó la fatiga de transportar el carro de su madre durante una procesión en honor de Hera, porque faltaban los bueyes necesarios para arrastrar el vehículo. Cídipe pidió a Hera que recompensase a sus hijos el esfuerzo por rendirle homenaje. Hera hizo que los dos hermanos se durmiesen para no despertar nunca más.
BONA DEA
Divinidad romana, considerada esposa de Fauno. Deidad benévola, dotada del poder de la adivinación, cuya intervención favorable hacía prosperar los frutos de la tierra. Una fiesta especial estaba dedicada a Bona Dea, que tenía un templo en el Aventino, donde se le rendía culto. Durante la noche del tres al cuatro de diciembre, las mujeres – los hombres habían sido terminantemente excluidos– honraban a la diosa en casa del cónsul y del pretor con ritos y sacrificios. Las vestales eran admitidas en dichas ceremonias.
BÓREAS
Viento muy temido y respetado, hijo de Astreo, uno de los Titanes, y de la Aurora. Procedía del Norte y con su soplo podía conmover la superficie de la tierra e impedir la navegación. Una leyenda antigua narra que Bóreas raptó a Oritía, hija de Erecteo, a orillas del Iliso. De su unión nacieron los dos Boréadas, Calais y Zetes, que intervinieron en la historia de los Argonautas.
BRIAREO
Gigante mítico, con cincuenta cabezas y cien manos, hijo de la Tierra y del Cielo. Relegado a los Infiernos, junto con sus dos hermanos, Coto y Giges, por su padre, que temía que estos con su fuerza pudiesen arrebatarle el dominio del universo, fue liberado por Zeus, a quien ayudó más tarde eficazmente en la lucha contra los Titanes. Le prestó otro servicio, revelándole que Hera, su esposa, estaba tratando de sublevar a todos los dioses contra él.
Al parecer, simbolizaba la fuerza del mar, por lo que, a veces, se le consideraba también hijo de Poseidón. A los tres hermanos se les llamaba Hecatonquiros o Centímanos.
BRISEIDA
Briseida
Bellísima joven de Lineo, convertida en esclava por los aqueos durante una de sus expediciones contra las ciudades cercanas a Troya. Fue asignada a Aquiles, pero cuando Agamenón se vio obligado, para aplacar a Apolo, a restituir a su esclava Criseida, este la reclamó para sí. Todo esto fue la causa de que Aquiles se retirase indignado de la guerra, con graves consecuencias para la suerte de los aqueos. Sin embargo, más tarde Briseida fue devuelta a Aquiles.
Además de Homero, también los poetas latinos Ovidio, Propercio, Horacio y Estacio cantaron su belleza.
BRONTES
Uno de los Cíclopes. Personificación del trueno que junto con Estéropes y Arges era una evidente representación de los fenómenos producidos por la electricidad de la atmósfera. En su memoria se llamó Bronteión en el teatro griego y latino al mecanismo que imitaba el ruido del trueno.
BUTASTE
Divinidad egipcia, símbolo del fuego. Se la consideraba hija de Isis y Osiris.
BUTES
1. Hijo del viento Bóreas, fue expulsado de Tracia por su hermano Licurgo, rey de aquella región. Refugiado en Tesalia, durante una fiesta en honor de Dioniso raptó a una muchacha llamada Corónide, a la que obligó a casarse con él y con quien más tarde tendría a Hipodamía. Para castigarlo, el dios le hizo enloquecer, atendiendo los ruegos de Corónide.
2. Hijo de Teleonte y Zeuxipe, hija de Erídano. Héroe que tomó parte en la expedición de los Argonautas. Era sacerdote de Atenea y a él se remonta el origen de la casta sacerdotal llamada precisamente de los Butadas. En la Acrópolis se hallaba un altar dedicado a él, con paredes decoradas con hermosas pinturas.
3. Rey sículo que se unió en matrimonio con Afrodita y tuvo por hijo a Erix.
C
CABIROS
Pequeños geniecillos de la mitología griega, que suelen representarse prestando ayuda a Hefesto. Para algunos, eran sus hijos y poseían su misma habilidad para forjar armas y trabajar todos los metales. Eran también, al parecer, genios marinos, que desencadenaban y calmaban las tempestades. Posiblemente fueron también divinidades de los nacimientos, que contribuyeron al desarrollo del género humano en sus comienzos. En cualquier caso, su culto se remonta a los tiempos más remotos y estaba difundido también por diversos lugares de la Italia meridional. En Samotracia se creía que custodiaban los misterios de la fecundación. Durante sus fiestas, el iniciado se sometía a terribles pruebas, luego se le revestía con vestiduras suntuosas, después se le colocaba sobre un trono con una corona de ramas de olivo en la cabeza y un cinturón de púrpura, mientras se ejecutaban ante él danzas rituales y propiciatorias.
CACA
Antigua divinidad romana del fuego que, como Vesta, tenía un templo en Roma. Con ella está relacionado Caco, considerado también como divinidad del fuego.
CACO
Gigante mítico, considerado hijo de Hefesto, que habitaba en las grutas del Aventino y vivía de la rapiña. Al pasar un día Heracles por aquellos parajes con su rebaño, Caco le robó algunas cabezas de ganado, cuatro toros y cuatro terneras, y los ocultó en su propia