del pueblo griego.
CRÍO
Uno de los Titanes. Junto con Temis y Mnemósine era uno de los gigantes que no encarnaban la fuerza física sino la espiritual. Crío simbolizaba precisamente la potencia moral.
CRISAOR
Hijo de Medusa y de Poseidón. Nació, como su hermano el caballo alado Pegaso, de la sangre de su madre muerta.
Uniéndose con Calírroe, engendró a los monstruos Equidna y Gerión, protagonista el último de una de los trabajos de Heracles.
CRISEIDA
Hija de Crises y esclava predilecta de Agamenón.
CRISES
Sacerdote de Apolo, padre de Criseida, la muchacha convertida en esclava por los aqueos y asignada a Agamenón. Para recuperarla, su padre se trasladó al campo griego y ofreció un elevado rescate, pero fue rechazado por Agamenón. Crises acudió entonces a Apolo, quien envió una grave epidemia de peste al campo aqueo, por lo cual Criseida fue restituida. Agamenón pretendió, sin embargo, que a cambio se le entregase a Briseida, la esclava de Aquiles, provocando así la retirada de este último de la lucha.
CRISIPO
Hermanastro de Atreo y Tiestes. Estos eran hijos de Pélope y de Hipodamía, en tanto que Crisipo había nacido de los amores de Pélope con la ninfa Asíoque. Víctimas de la maldición divina que pesaba sobre su familia, Atreo y Tiestes realizaron toda suerte de acciones nefandas. Una de sus primeras desdichadas hazañas fue el asesinato, por instigación de Hipodamía, de su hermanastro Crisipo.
CRONIDA
Apelativo de Zeus, hijo de Crono (Saturno).
CRONO (SATURNO)
Crono
Su origen como divinidad parece remontarse a una época prehelénica. Era hijo de Urano y Gea, es decir, del Cielo y de la Tierra, y el más joven de los Titanes. Se rebeló contra su padre, lo mutiló y destronó para vengar a sus propios hermanos, que Urano ocultaba en el seno de la tierra, temiendo que pudiesen arrebatarle el dominio del mundo. Siendo a su vez rey del Olimpo y habiéndose casado con su hermana Rea, engendró las divinidades mayores. Al temer el cumplimiento de la profecía de su padre Urano, que le había predicho que uno de sus hijos le arrebataría el poder, acostumbraba a tragárselos. Tal fue la suerte de Hera, Deméter, Hades, Poseidón y Hestia, pero cuando le tocó el turno a Zeus, el más joven, su madre Rea recurrió a una estratagema para sustraerlo a la ferocidad del padre. Le presentó envuelta en pañales una piedra que Crono se tragó sin advertir la diferencia, mientras encomendó a Zeus a la custodia de los Coribantes y de los Curetes. Así se salvó Zeus. Adulto, destronó a su padre, obligándole a restituir los hijos que había devorado, y que, por ser inmortales, seguían con vida. Los romanos identificaron a Crono con Saturno, que originariamente era el dios de la siembra, venerado como fundador y protector de la agricultura itálica. Cuando la mitología griega penetró en Roma, surgió la leyenda de que Crono-Saturno, expulsado por Zeus, se ocultó en Lacio, siendo acogido piadosamente por Jano, rey de Itálica, y estableciendo su morada sobre el Capitolino. Allí se edificó un templo en su honor, en cuya cripta se custodiaba el tesoro del Estado (aerarium). Se identificó con el reinado de Saturno la Edad de Oro del género humano, ya que se decía que fue el primero en hacer vivir a los hombres de forma sedentaria, gobernándolos con sabiduría. Para conmemorar este periodo feliz, se introdujeron fiestas en honor de Saturno, las Saturnalia, que tenían lugar del diecisiete al veintitrés de diciembre. Eran fiestas turbulentas, en las que el pueblo se entregaba a manifestaciones de alegría desenfrenada. Se olvidaban las diferencias sociales, mientras que los tribunales, tiendas y escuelas cerraban en señal de júbilo
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CTÉATO
Uno de los Moliónidas. Su nombre aparece en el ciclo de leyendas referentes a Heracles, concretamente en la hazaña de los establos de Augias. Cuando Augias, de quien eran sobrinos, se negó a dar a Heracles el pago convenido por su trabajo, este envió contra él un ejército. Pero los Moliónidas, Ctéato y Éurito, sorprendieron al ejército en un desfiladero y lo destruyeron. Heracles, indignado, mató a los Moliónidas y a Augias.
CTONIO
Héroe griego, cuyo nombre figura en la gesta de Cadmo al fundar la ciudad de Tebas. Cuando este último mató al dragón consagrado a Ares, aconsejado por Atenea sembró los dientes de dicho dragón y vio surgir por encanto una tropa de hombres armados, que comenzaron a luchar entre sí ferozmente. Cinco fueron los supervivientes de aquella épica y extraña lucha: Equión, Udeo, Peloro, Hiperenor y Ctonio. Ayudaron a Cadmo en la edificación de Tebas y fueron también los fundadores de otras tantas familias nobles.
CUADRIGA
Carro tirado por cuatro caballos, usado por Zeus, Poseidón y Plutón.
CUERNO DE LA ABUNDANCIA O CORNUCOPIA
El mítico cuerno de la abundancia es considerado todavía como portador de la fortuna. La leyenda lo describe como un cuerno roto de toro, cuya figura tomó Aqueloo para combatir a Heracles por la posesión de Deyanira. Las Náyades recogieron el cuerno después del combate, llenándolo de flores y frutas, y, desde entonces, quedó convertido en símbolo de la abundancia. Según otra narración, se trata de uno de los cuernos de la cabra Amaltea, recogido por la ninfa Melisa. La palabra cornucopia deriva del latín cornu copiae, literalmente «cuerno de la abundancia».
CUPIDO
Nombre que los latinos daban a Eros.
CURETES
Genios tutelares que, según se decía, inventaron el arco, la espada y el yelmo. Pausanias les atribuye la institución de los juegos olímpicos. Posteriormente se convirtieron en sacerdotes de la diosa Cibeles. Durante las fiestas a ella dedicadas, danzaban con frenesí al son de flautas y címbalos, cayendo luego al suelo presas de un delirio profético. Los Curetes, junto con los Coribantes, desempeñaron un papel importante en la mitología griega, pues fueron ellos quienes salvaron a Zeus de la voracidad de Crono e impidieron a este último oír los vagidos del recién nacido, bailando una salvaje danza guerrera y, al mismo tiempo, lanzando gritos espantosos.
D
DÁCTILES
Pequeñas divinidades o geniecillos de la mitología griega, habitantes de los montes Ida (el de Creta y el de Frigia); su número variaba desde tres hasta cinco o diez como los dedos de la mano. Se les llamó también Idei, por el nombre de la montaña donde residían. Algunas fuentes los hacen hijos de Helios y de Atenea, otras de Crono y de Alcíope, o de Zeus y de la ninfa Ida. Muy hábiles, estaban especializados en forjar los metales con el fuego subterráneo. En época más tardía fueron agrupados junto con los Curetes y los Coribantes.
DAFNE
Ninfa, hija del dios Peneo, del río Ladón o de Amiclas. Era, como Ártemis, amante de la caza y de la soledad, y cuando Apolo, enamorado de ella, se le presentó de improviso, rehusó atemorizada sus requerimientos amorosos y huyó. El dios la persiguió, y en su afanosa carrera atravesaron valles y bosques, hasta que la joven, a punto de ser alcanzada (su larga cabellera, que durante la fuga se había soltado y ondeaba al viento, estaba próxima a ser asida por el dios enamorado) y viéndose perdida, se arrojó al suelo e invocó con desespero la ayuda de la Tierra. La diosa, apiadada, transformó su cándido cuerpo en un tronco rugoso, sus brazos en ramas y sus hermosos cabellos en hojas duras y verdes. Cuando Apolo, finalmente, consiguió abrazarla, se había transformado ya en un árbol, que le estuvo consagrado, ciñendo con una corona de lalurel las sienes de los poetas y de los héroes. Esta leyenda inspiró