line/>
Ramón Ortega y Frías
La Gente Cursi: Novela de Costumbres Ridículas
Publicado por Good Press, 2019
EAN 4057664166586
Índice
CAPÍTULO I La mujer casamentera.
CAPÍTULO II Los amigos de doña Robustiana.
CAPÍTULO III La paloma y el gabilan.
CAPÍTULO VI Juanito representa un triste papel.
CAPÍTULO VII Juanito empieza á vengarse.
CAPÍTULO VIII Cómo se llega al fondo del abismo.
CAPÍTULO IX Las primeras lágrimas.
CAPÍTULO X Dos bribones que se entienden.
CAPÍTULO XI Lo que para algunos hombres vale la honra de una mujer.
CAPÍTULO XII Otro celoso que quiere vengarse.
CAPÍTULO XIII Borrascas matrimoniales.
CAPÍTULO XV El último esfuerzo.
CAPÍTULO XVI La honradez y el corazon de don Pascual.
CAPÍTULO XVIII La fortuna vuelve la espalda á Juanito.
CAPÍTULO XIX El hombre bueno sigue probando que no es bonachon.
CAPÍTULO XX Bonacha se explica con su mujer.
CAPÍTULO XXI Alfredo se empeña en hacer algo bueno.
CAPÍTULO I
La mujer casamentera.
Hay quien tiene al ridículo más miedo que á la muerte, así como hay quien pone todo su empeño en caer en el ridículo más lastimoso.
Sabemos que es trabajo perdido hacer advertencias á los tontos y á los nécios; pero de estos los hay de dos clases: los que lo son por naturaleza, y los que pudiéramos llamar contagiados. Si los primeros son incurables, porque no puede modificarse su organizacion, para los segundos hay remedio, y hé aquí por qué escribimos este libro.
No temas, lector, que te fatiguemos con disertaciones morales ó científicas, pues sabemos demasiado bien que una obra como la presente es preciso que ante todo encierre el interés del drama, y que si se escribe con el buen fin de enseñar, de corregir vicios sociales, es preciso que enseñe recreando, que corrija deleitando.
Por más que los tipos que vamos á presentarte, amado lector, estén copiados del natural, y aunque son verdaderos casi todos los episodios que vamos á darte á conocer, este libro es al fin una novela, que unas veces te hará reir y otras llorar; una novela cuyo artificio habrás de seguir detalle por detalle, paso á paso, hasta el desenlace, que de seguro desearás conocer. Léela como quien no piensa más que en solazarse y en matar el tiempo, que es cosa que saben hacer muy bien los españoles, y aunque no quieras habrás de pensar alguna vez en lo que nunca has pensado; tal vez comprenderás lo que no has comprendido, porque no te has tomado la molestia de examinarlo, y tambien sucederá que al leer alguna página digas: «Esto ya lo sabia yo;» lo cual no ha de desagradarme, pues es precisamente lo que busco, lo que deseo, lo que me propongo.
Lo que no es de todos tiempos, lo que no es un vicio social engendrado por las pasiones inherentes á nuestra naturaleza, sino consecuencia de las costumbres de una época ó de los extravíos de una generacion, no tiene nombre en ningun idioma, y como es preciso que lo tenga, se le pone, y esto no lo hacen las academias literarias, ni los sábios aisladamente, ni siquiera los hombres de mediana ilustracion, sino la masa popular, el vulgo, y entre el vulgo el más ignorante quizá de sus indivíduos. La nueva palabra, rechazada primero porque no reconoce una etimología griega, ni siquiera latina, hace fortuna á despecho de las eminencias científicas, se acepta, y todos la usan como absolutamente indispensable para hacerse comprender.
Decimos esto, para justificar el título de la presente obra.
Hay en la sociedad un crecido número de indivíduos que han llegado á formar verdadera clase, y que no tenian calificacion. Este tipo, que no se parece á ninguno, es digno de ser estudiado. Como no tenia nombre, se le puso. ¿Quién? No lo sabemos, aunque sí tenemos la seguridad de que se fraguó en la cabeza de un hijo de la risueña Andalucía.
¿Qué significa este nombre?
Nada por su etimología, y sin embargo, dice mucho al oido y es preciso reconocerle un gran mérito. La combinacion y sonido de las sílabas de una palabra expresa por sí una idea triste ó alegre, una cosa sublime ó grotesca, delicada ó ruda, y esto sucede con el calificativo de las gentes que nos proponemos pintar. Los que no conozcan nuestro idioma, no pueden comprender lo que significa la palabra cursi; pero al oirla pronunciar no ha de quedarles duda de que se refiere á algo que es ridículo, grotesco ó cosa por el estilo, y en esto precisamente consiste el mérito de la calificacion.
No busqueis otra, porque no la tenemos en nuestra rica lengua, y en vano le buscarán equivalente en otro idioma los que quieran honrar una vez más nuestro ingenio y traducir este libro.
El tipo que nos ocupa lo encontrareis en todas las clases de la sociedad; pero donde abunda es en esa clase desgraciada que está entre el obrero y el aristócrata, entre el capitalista y el mendigo; esa clase que es rica y se muere de hambre; que es pobre y gasta como los ricos; que tiene todas las necesidades y ningun recurso, y que disponiendo de grandes recursos, sabe hacer abstraccion de todas las necesidades.