debería ser capaz de hacer que la escuela dijera alguna cosa sobre lo que ella es.
Para enmarcar el ejercicio (para sugerir la relación entre las formas de nombrar y las formas de ver, y para sugerir la importancia de elegir y de cuidar las palabras) utilicé dos citas de Peter Handke. La primera:
Lenguajes oscurantistas (ennegrecen literalmente los ojos). (7)
La segunda:
Producir el mundo en la luz, sí. Pero ¿cuál es la luz del mundo? –El lenguaje (8).
De lo que se trataba era de ir construyendo entre todos una especie de vocabulario material de la escuela que fuera, a la vez, un vocabulario del oficio de profesor. Algo parecido a lo que yo mismo había hecho en un Abecedario del oficio de profesor que fue grabado en Rio de Janeiro y cuyo enlace pasé a los estudiantes por si querían darle una ojeada. (9)
La lista de palabras que los estudiantes propusieron y elaboraron fue la siguiente: biblioteca, mochila, patio, apertura, encuentro, sala, gesto, imagen, novedad, perspectiva, representación, recreo, dibujo, extraescolar, excursión, comedor, atención, escribir, leer, silencio, presente, zoquete, valores, cuaderno, campana, pizarra, uniforme, profesor, saber, paciencia, disciplina, estudiante, materia (de estudio), amor, común, cotidiano, emplazamiento, interés, maestra, relación, campana, fila, clase, amateurismo, libertad, tiempo, encarnación, horario, humanización, poder, público, espacio, alumno, aprendiz, mirada, juego, pupitre, amigos, descontextualización, autonomía, artesanía, alteridad, experiencia, reflexividad, bolígrafo, esfuerzo, hábito, libro, escuela, delantal (bata), inclusión, lápiz, respeto, emociones.
Transcribiré algunos fragmentos de las palabras que fueron glosadas.
* * *
La primera palabra que copio fue elaborada por Beatriz Serrano, graduada en antropología, cooperante en la India durante algunos años, que en el momento del curso era profesora de español de personas solicitantes de asilo y estaba interesada por los espacios educativos como lugares de “suspensión” del conflicto.
PATIO. Es un espacio libre dentro del espacio separado de la escuela y se halla liberado, a su vez, del aula, de cierta disciplina, del curso, de la materia, del profesor.
En la escuela Rafael Alberti de Badalona (Barcelona), los alumnos de segundo realizaron un pequeño corto para retratar su patio. Son poco más de 3 minutos en los que van sucediéndose fotografías del patio, sin niños, al principio solo con el sonido de pájaros de fondo, y más tarde con esa banda sonora tan reconocible de un patio escolar lleno de chavales jugando. Se da a entender así, a pesar de que no haya en ningún momento personas ni movimientos en las imágenes, la transición entre el patio vacío y el patio lleno. Cuando se habita el patio se desocupan las aulas, y viceversa. Cuando se sale al patio se corre, cuando se entra al aula, se hace fila (no deja de ser interesante que al patio “se salga” y que, por el contrario, al aula “se entre”). A lo largo de la sucesión de fotos, todas ellas de árboles reales o dibujados, aparecen insertadas palabras escritas con caligrafía infantil: Juegos Pájaros Árboles Raíces Cielo Corteza Imaginación. Aquí se entiende el patio ilustrado desde el Árbol y desde muchas de las cosas que con él se podrían relacionar: el cielo que enmarca, el aire “libre” que contribuye a limpiar, la imaginación que despierta en su abrir de ramas, las raíces como metáfora de ese principio que quizá implica la escuela, el juego como posibilidad (el árbol puede ser un fuerte, una cabaña, un mirador), los pájaros como habitantes temporales, la corteza como textura árida pero hermosa.
Según la etimología (documentos al menos desde el siglo XII) la palabra “patio” vendría de las variantes patuum, patium y el diminutivo patulum, que primero se refieren a un prado o lugar para pastar, después a un lugar cercado para pasto y por último a un recinto cercado abierto y no techado que abunda en los pueblos y ciudades. Esto tiene mucho sentido si damos cuenta de la importancia que se le da en el corto al elemento natural y construido que lo hace propiamente patio. Ahora, en los patios, no son los animales los que pastan sino los niños los que corren.
Quizá sea interesante recalcar que existen aún otras líneas de separación, puesto que dentro del patio existen o pueden existir aún otras separaciones ya sean por género, por edad, o por áreas. En mi escuela existía una de esas separaciones internas y el patio “de los de infantil” estaba cercado por una valla metálica verde botella, fea y vieja, allí en la esquina a la izquierda de las pistas. Recuerdo cómo queríamos escaparnos a pesar de los esfuerzos de las maestras por mantenernos cautivos, recuerdo cómo ese espacio era poco mayor que el del aula, que los columpios no daban para todos y que los rincones no eran suficientes para poder aislarse en compañía de algún grupo de niños. Uno de los momentos más importantes de la trayectoria escolar fue, sin duda, cuando pude salir al patio “de los mayores”.
Otra definición que he encontrado por ahí del patio escolar es: “Donde los alumnos pueden distenderse y distraerse durante los recreos cotidianos”. De esta definición sería interesante destacar la separación entre atención y distracción, entre distenderse y tensarse. Se entiende pues el patio en contraposición al aula como un lugar donde no necesariamente se le invita a estudiante a estar atento y donde no necesariamente se le invita a estar quieto y en silencio.
Las siguientes palabras son de Isabel González, chilena, profesora de matemáticas, interesada en cuestiones de género e igualdad.
CUADERNO. Según la Real Academia Española: “libro pequeño o conjunto de papel en que se lleva la cuenta y razón, o en que se escriben algunas noticias, ordenanza o instrucciones.” El cuaderno da cuenta de lo que se hace en la escuela, lo primero que hacían los padres para ver si la hija o hijo trabajó durante el día era revisar el cuaderno, por lo que actuaba como un elemento de control, ya que se asociaba no tener nada en él con que no aprendió nada, porque no copió los contenidos, lo que era sinónimo de castigo. Los cuadernos también servían de comunicación con la casa, ya que cuando un estudiante no hacía nada se le enviaba una nota que debía ser firmada por los padres, motivo por el cual, en ocasiones, los cuadernos eran violentados y algunas hojas se perdían en el camino al hogar, y en el cuaderno también se enviaban notas de felicitaciones que curiosamente nunca eran olvidadas de mostrar. Los cuadernos servían además como control para las autoridades administrativas, ya que, si veían cuadernos vacíos, quería decir que el profesor no estaba trabajando lo suficiente.
Había ciertas tareas clásicas que se hacían con los cuadernos, como: numerar las hojas del cuaderno (tanto como medida de control de lo que se hacía o dejaba de hacer, como también para que los estudiantes cuidaran los cuadernos y les dieran un buen uso), pasar en limpio (en los primeros días de escuela se llevaba un cuaderno de borrador en el que se escribía sobre todas las asignaturas, sin distinción, mientras nos ajustaban al horario definitivo de las clases), poner calificaciones a los ejercicios mostrados en los cuadernos (para premiar la constancia y la dedicación que se había tenido durante todo el año, además mostraba el progreso que se había tenido, por lo que perder un cuaderno a final de año era uno de los peores castigos que podían existir, ya que se debía prácticamente reescribirlo).
La incorporación y masificación de celulares con cámara ha hecho que ya no sea necesario el clásico “pedir prestado un cuaderno” cuando se faltaba a las clases o uno se atrasaba en copiar, ya que ahora es reemplazado por sacar fotos a la pizarra y mandarlas por WhatsApp. También se están incorporando, con gran velocidad el uso de Tablet o Laptops, lo que está provocando y dejando en desuso el cuaderno de notas, ese del que las cosas no se caen sino que se sostienen.
PACIENCIA. Su origen etimológico proviene del latín patientia, que significa la capacidad de soportar algo sin alterarse, perseverando, como un acto de voluntad sostenida en alguna tarea. En la escuela, si alguno de los ejercicios no se logra o hay un conocimiento que no se adquiere, hay siempre tiempo para hacer las cosas con lentitud, al ser la escuela una suspensión del tiempo productivo, ese que antiguamente estaba destinado al trabajo. En la escuela hay tiempo, y mucho, para hacer cosas, por lo que es el lugar ideal para desarrollar la paciencia.
Actualmente existe una obsesión por la inmediatez, por obtener resultados de calidad con el menor esfuerzo