Andrea Díaz Genis

La formación humana desde una perspectiva filosófica


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de esta obra puede residir en invitarnos a revisar nuestras formas de entender la filosofía de la educación y abrir puertas o, al menos, rendijas, para mirar de otra forma los aportes de los pensadores que abrieron el campo de la educación más allá de la mera transmisión de saberes o del disciplinamiento de las conductas.

      Esta obra me parece un aporte enorme para desnaturalizar y deconstruir ciertos modos de comprender la filosofía y, especialmente, la filosofía de la educación. La autora acentúa especialmente el carácter “terapéutico” del filosofar y de la educación, en la línea justamente de cuidar al sí mismo y a los otros, sin pretender un conocimiento de sí separado del “cuidado”, es decir, presuponiendo siempre la “inquietud de sí”.

      En un momento histórico como el que vivimos, celebramos el despertar de la reflexión filosófica en torno a la educación, y todos los intentos que se vienen haciendo para no quedar atrapados en el mensaje que parece venir de quienes, ciertamente con poder, intentan con lógica mercantil reducirla a un objeto más de consumo o de adquisición de supuestas competencias para responder a demandas originadas en la misma lógica del mercado excluyente, descuidando la responsabilidad de formación humana que implica, como insiste a lo largo de la obra este libro, en el cuidado de sí, de los otros y el conocimiento de sí.

      Celebro enfáticamente la aparición de este trabajo de Andrea Díaz Genis que, desde la mejor tradición de la filosofía de la educación en América Latina, insiste en la idea de la formación humana, que implica emancipación y liberación. Y valoro especialmente el intento de leer autores de la tradición filosófica precisamente como aportes para este intento “terapéutico”, que nos ayude a remediar el “olvido”, ya que la educación tiene su sentido y su responsabilidad, en tanto “formación humana”.

      Termino confiando en que lo planteado en este libro sirva de aliciente para seguir discutiendo críticamente el sentido de la filosofía de la educación que, sin duda, porque lo vamos encontrando, siempre se nos escapa y nos espera con nuevos y fecundos motivos para pensarla. Y, por otro lado, es una contribución, llena de inteligencia y pasión, para replantearnos el sentido de la formación docente.

      Introducción

      Este libro está formado por tres partes con sus respectivos capítulos y es una compilación de nuestros propios trabajos durante un período, en el contexto dado por nuestra investigación sobre la idea de formación humana desde un punto de vista filosófico (influida por la lectura del llamado “último” Foucault), teniendo en cuenta los conceptos centrales de cuidado de sí, de los otros, inquietud y autoconocimiento, y su importancia para repensar la filosofía de la educación en la actualidad. Consta de una primera parte, donde se trata la formación humana desde un punto de vista filosófico en la tradición socrático-platónica, a modo de hilo conductor de la tradición de la que partimos y de algunos textos (para nosotros, fundamentales) de Platón. Un segunda parte, donde se tratan las diversas formas de entender los aportes de los modernos (sobre todo, Descartes, Kant y Nietzsche), la modernidad y su relación con la formación humana desde la tradición de la que partimos. Y una tercera parte, donde accedemos a varias perspectivas de esta misma tradición que investigamos de la filosofía como educación del sí mismo, desde una perspectiva terapéutica y a partir de los llamados “ejercicios espirituales”. Destacamos la importancia de la voluntad de saber y hacemos un replanteo de la filosofía de la educación desde la perspectiva analizada en el libro.

      Cada artículo de cada parte del libro puede ser leído independientemente. Fueron realizados como un conjunto de artículos con un tema en común, a partir de la problemática de investigación realizada como profesora agregada con dedicación total del Departamento de Historia y Filosofía de la Educación de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FHUCE), Universidad de la República del Uruguay (Udelar), en mi año sabático, y como investigadora invitada por la Fundación de Amparo a la Pesquisa del Estado de San Pablo (Fapesp), en el Departamento de Filosofía e Historia de la Educación, Facultad de Educación de la Universidad de Campinas (Unicamp), San Pablo, Brasil, durante 2014. También forman parte de los avances del proyecto Capes-Udelar con la misma Universidad de Campinas, cuyos coordinadores son el profesor doctor Silvio Gallo, de Brasil y yo misma. Este trabajo ha sido posible gracias a todos los apoyos para la investigación recibidos, por lo que dirijo mi reconocimiento y mi agradecimiento, muy especialmente, a todas las personas y las instituciones involucradas. Debo agradecer también, en este mismo marco, a la Comisión Sectorial de Investigación (CSIC) de la Universidad de la República, por el apoyo para una estancia de investigación realizada en la Biblioteca Nacional de Francia, en París, y en los Archivos de Michel Foucault del Instituto Memorias de la Edición Contemporánea (IMEC), con sede en Caen, Francia. Allí pudimos conocer algunos de los inéditos de Michel Foucault sobre el tema, actualizarnos con toda la bibliografía referente a éste, constatar la vigencia y la importante influencia que han tenido los planteos del último Foucault y de Pierre Hadot sobre diferentes estudios realizados sobre la filosofía, y algunas nuevas lecturas sobre pensadores que adquirieron un giro y una importancia inesperada a partir de esta nueva interpretación de la historia de la filosofía (es el caso, claramente, de la importancia que adquirieron las investigaciones sobre Montaigne como filósofo, a partir de esta concepción).

      Nuestra línea de investigación se titula “De la filosofía a la educación. Cuidado de sí, conocimiento de sí, inquietud de sí”. Parte de los elementos traídos por la última etapa del pensamiento de Michel Foucault sobre el cuidado de sí y de los otros, y su relación con la tradición filosófica y la formación del género humano. Hemos intentado poner hincapié en el término “formación”, y no “educación” (aunque a veces es inevitable usarlo como adjetivo, para mostrar un perfil disciplinar o campo de estudio), pues estamos hablando de una escuela para la vida, para la conformación de una subjetividad, en concomitancia con un determinado modo de vida. No se trata de la sola instrucción o del desarrollo de determinadas competencias para determinado tipo de educación, sino de un “arte de existencia”. Esto se desarrollará en todo el libro. La base común de todas estas disquisiciones es determinada interpretación de Sócrates que a partir de Hadot y Foucault volvemos a traer, y a partir de su figura, de toda una tradición griega, helenístico-romana, moderna y contemporánea, que dialoga con los conceptos de filosofía y formación del género humano, a partir de los conceptos centrales de inquietud, cuidado de sí y de los otros, y autoconocimiento.

      Algunos conceptos y textos que reaparecen pueden sonar reiterativos. Así fueron construidos, para que cada artículo pueda ser leído independientemente (de hecho, fueron escritos en diversos momentos). Sin embargo, todos juntos forman una unidad de sentido, una constelación de elementos a tener en cuenta, coherentes entre sí, y escritos en una forma que –aspiramos– sea clara, original y entretenida de leer. Parten de una relectura de la historia de la filosofía a partir de su preocupación por la formación del género humano. Éste no pretende ser un libro erudito, pero sí hemos tenido que reinterpretar a grandes autores e importantes temáticas, y largos períodos de la historia del pensamiento, para dar una visión general que intenta ser sugerente y provocativa sobre el tema en cuestión. En tiempos donde todo se mide, todo se compra y se vende, todo es instalado en un espacio mediático, e inmediato, virtual, ¡qué intempestivo parece ser el tema que traemos ahora! Sin embargo, como bien decía Nietzsche, muchas veces, para ser actual, hay que ser inactual. Es perfectamente actual la necesidad de repensar los aportes de la filosofía para la formación humana, dado que, precisamente en tiempos “líquidos”, de prevalencia de nihilismo, de muerte de los absolutos, de relativismos, de descreencias, de falta de modelos o grandes metarrelatos, releer la filosofía antigua y sus repercusiones en la historia hace que nos percatemos de que hemos olvidado lo que quizás sea fundamental en este momento para todos. Y esto es algo que está concentrado en la idea de la filosofía como forma de vida, y a partir de un concepto de formación del género humano que tiene por central la idea de que los humanos debemos aprender a cuidarnos a nosotros mismos. No hay nada más importante que pueda enseñarnos la filosofía, y es esto: aprender a cuidar de nosotros mismos y, en esta misma medida, aprender a cuidar a los otros. Y cuidar de nosotros mismos es cuidar la vida, aprender a reflexionarla, aprender a conocernos. Y esto no puede ocurrir si no tenemos inquietud,