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© Las citas bíblicas son tomadas de la Versión Reina-Valera © 1960 Sociedades Bíblicas en América Latina. © renovada 1988, Sociedades Bíblicas Unidas. Utilizado con permiso.
Un
Mejor
Pacto
La fundación doctrinal del credobautismo
Una comparación bíblica e histórica entre el credobautismo y el pedobautismo
Edición Revisada
PASCAL DENAULT
Contenido
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SUMARIO
Este libro trata de la teología del pacto. Esta forma de abordar las Escrituras nació de la Reforma Protestante y se desarrolló ampliamente a partir de entonces, sobre todo por los Puritanos del siglo XVII. La Teología del Pacto, es la base del pensamiento reformado como se expone en la Confesión de Fe de Westminster (1646).
Hubo consenso en el corazón del Puritanismo reformado en relación con las doctrinas de la revelación, la Trinidad, la soberanía divina, la caída, el pecado del hombre, la gracia de Dios, la persona y obra de Cristo y (en cierta medida) la doctrina de la ley. Hubo, sin embargo, desacuerdos importantes con respecto a la doctrina de la Iglesia, así como con la del bautismo. Estas dos doctrinas no podrían considerarse en forma aislada porque tenían implicaciones teológicas básicas. Estas implicaciones son lo que llamamos teología del pacto. El hecho de que los Puritanos tuvieron diferentes puntos de vista sobre la Iglesia y sobre el bautismo es el resultado de una forma diferente de entender los pactos bíblicos.
Los Puritanos del siglo XVII se pueden dividir en tres grupos: Presbiterianos, Congregacionalistas y Bautistas. Los dos primeros grupos fueron paidobautistas, mientras que el tercero fue credobautista. La brecha con respecto a la teología del pacto fue causada por el tema del bautismo. Los Paidobautistas defendieron una comprensión de la teología del pacto y los Bautistas defendieron otra. El objetivo de este estudio es presentar y comparar estos dos enfoques distintos, el uno al lado del otro. Deseamos soplar aliento de vida en los debates de los teólogos del siglo XVII, mediante el uso de sus propios escritos. Tanto como sea posible, vamos a tratar de definir las características de la teología Paidobautista y la Bautista, para dar al lector una idea clara de lo que distingue a estos dos grupos.
La introducción desarrollará aún más la utilidad de la hipótesis, la cual afirma que la teología del pacto es la distinción fundamental sobre la que se cimientan todas las otras diferencias entre los Presbiterianos y Bautistas. Después de una breve visión general del desarrollo de la teología del pacto, vamos a examinar las fuentes utilizadas para esta obra.
El capítulo uno explica cómo los reformadores entendieron el Pacto de Obras. Este capítulo es mucho más corto ya que la divergencia fundamental entre las dos teologías que son objeto de esta tesis, no se encontró en este punto. El segundo capítulo toca el Pacto de Gracia y es el más largo, ya que presenta los fundamentos de las creencias paidobautista y Bautista. Vamos a descubrir dos formas radicalmente diferentes de pensamiento que apoyan dos teologías distintas. Cada concepción del Pacto de Gracia tuvo consecuencias hermenéuticas y teológicas que vamos a examinar.
Los dos últimos capítulos sobre el Antiguo y el Nuevo Pacto, se basan en el capítulo dos. El Pacto de Gracia determinó la forma en que los demás pactos bíblicos fueron comprendidos por los Presbiterianos y Bautistas por igual. Dado que la mayoría de las consideraciones y las cuestiones relacionadas con el Nuevo Pacto se abordan en el capítulo dos, el capítulo del Antiguo Pacto es más largo. Este capítulo trata sobre el Pacto Abrahámico en relación con el Pacto de Gracia y el Pacto Mosáico. Vamos a ver en su mayor parte, cómo los Bautistas rechazaron la comprensión Presbiteriana de este pacto y la forma en que lo reemplazaron. El capítulo también trata del Pacto Mosáico, su naturaleza, y cómo se relaciona con el Pacto de Obras y con el Nuevo Pacto. El capítulo sobre el Nuevo Pacto se limita a la cuestión de su novedad. Esto se hace aplicando respectivamente los paradigmas paidobautista y Bautista del Pacto de Gracia. Las consecuencias de un modelo teológico en comparación con el otro, se hacen evidentes cuando se aplican al Nuevo Pacto.
Al final de este estudio, es nuestro deseo que el lector tenga una comprensión más clara de los distintivos fundamentales que existen entre las teologías paidobautista y Bautista, y dónde culminan respectivamente.
PREFACIO Y AGRADECIMIENTOS
Los Bautistas, calmadamente, junto con los puritanos separatistas del siglo XVI y el siglo XVII en Inglaterra, rechazaron el Presbiterianismo directamente heredado de la Reforma Ginebrina conforme a las enseñanzas de Juan Calvino. Sin embargo, estos mismos Bautistas se llamaban a sí mismos Calvinistas ¿Qué es lo que distinguió a un Calvinista Presbiteriano de un Calvinista Bautista? Usted comprenderá que ésta es una cuestión crucial para alguien que nombró a sus hijos Calvin y Baptiste, respectivamente. La respuesta corta a esta pregunta es el bautismo. La respuesta larga es la teología que implica el bautismo: la teología del pacto. En este documento de posición, vamos a estudiar la respuesta larga a través de la comparación de dos maneras muy diferentes de entender la teología del pacto en el siglo XVII: el entendimiento de la corriente principal de los Presbiterianos que eran paidobautistas y la comprensión no convencional de los Bautistas, quienes se negaron a bautizar niños y practicaron el bautismo para creyentes.
El desarrollo de esta tesis no habría sido posible sin el apoyo invaluable y la ayuda de varias personas a las que quiero dar gracias. En primer lugar, me gustaría dar las gracias a mis queridos hermanos y hermanas de la Église Évangélique de St-Jérôme quienes pagaron un alto precio por la teología que será presentada en estas páginas, al convertirse en una iglesia Bautista Reformada. Yo iba a comenzar este trabajo de investigación en el 2007 para obtener el grado de maestría en teología. Tenía planeado que fuera un proyecto rápido y fácil. Para el invierno de 2009, todavía no tenía nada hecho por estar demasiado ocupado con mis otras obligaciones. Fue en ese punto, que mi iglesia decidió liberarme de mis deberes pastorales durante cuatro meses para que yo pudiera dedicarme por completo a este proyecto. Pasé semanas en comunión