Pascal Denault

Un mejor pacto


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cuatro meses, aún no había comenzado a escribir; pero ya sabía lo que iba a decir. Me tomó un poco más de otro año para terminar. Durante todo ese tiempo, la iglesia me apoyó incondicionalmente a través de oraciones y a menudo a través de ayuda en nuestro hogar, lo que me permitió trabajar con mayor tranquilidad. Hoy me siento conmovido y sinceramente agradecido cuando pienso en el amor que me han mostrado. Estar unido con ustedes en el Nuevo Pacto es una inmensa alegría, y servirles, un honor.

      Quiero dar las gracias a Caroline, mi esposa, con quien estoy descubriendo las promesas y obligaciones de una vida de pacto. Tu perseverancia conmigo en este esfuerzo ha sido de gran consuelo para mí y una manifestación concreta de tu amor por mí, por nuestro hogar y sobre todo por Aquel que nos amó primero.

      Un agradecimiento especial se debe también al Dr. Raymond Perron, que ha sido no sólo un tutor de tesis, sino un verdadero pastor. Gracias por su constante aliento el cual fue una verdadera fuente de motivación para seguir adelante. Gracias por su intercesión para con los hombres y con Dios.

      Gracias también al Dr. James M. Renihan, que no sólo me enseñó acerca de la teología y la historia Bautista, sino que también me ayudó mucho con la bibliografía, al permitirme encontrar las obras más esenciales para esta tesis. Gracias por la rapidez de sus respuestas a mis numerosos correos electrónicos y preguntas, sobre todo mientras estaba escribiendo la introducción de este trabajo. Gracias al Dr. Richard C. Barcellos, que abrió mi entendimiento a los escritos de John Owen y que hizo muchas sugerencias útiles para mejorar esta obra. También me gustaría dar las gracias a otros profesores que me ayudaron a entender mejor la teología del Pacto y la teología Bautista: el Dr. Fred A. Malone, el Dr. Samuel E. Waldron y el Dr. Thomas J. Nettles. Gracias al Dr. Meine Veldman y el Dr. Michael A.G. Haykin por sus comentarios que ayudaron a remodelar algunas áreas de esta tesis. Quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer a la Faculté de Théologie Evangélique de Montreal, donde me preparé en teología, en especial al decano, el Dr. Amar Djaballah, uno de los hombres de Dios que ha influido mucho en mi pensamiento. Asimismo, quiero agradecer al hermano Brandon Adams, quien me ayudó a refinar y afilar mis pensamientos respecto a la teología del pacto desde la publicación original de esta obra en el 2013.

      Gracias al hermano Guy Leroux, por el diseño de la portada. Gracias al hermano Steve Cyr, quien aceptó con prontitud el reemplazarme como capellán de la prisión. Gracias a todos los que predicaron durante mi ausencia: Antoine Robillard, Réal Cyr y los pastores de la Asociación de Iglesias Bautistas Reformadas de Quebec. Gracias a François Comeault, que me permitió beneficiarme de su acceso por computadora a obras esenciales del siglo XVII, a las que no hubiera podido acceder de otra manera. Gracias a su esposa Linda Cyr quien tradujo todas las citas en Inglés para la publicación de esta obra en Francés. Gracias a Mac Wigfield y su hija Elizabeth por la preparación de la versión en Inglés de este libro.

      Por encima de todas estas personas, le doy gracias a Él, quien es el único digno de toda gloria, honor y alabanza; nuestro Dios, que dio a su unigénito Hijo para ser el mediador eterno de un pacto tan seguro y permanente como Su propia vida, que es la garantía. Señor, he sido abrumado y transformado mientras contemplaba develado la gloria del Pacto de Tu gracia ¡Que toda la alabanza sea para Ti!

      Me gustaría dedicar este trabajo, a mis queridos colegas que son fieles ministros de Cristo y con quienes orgullosamente llevo el nombre de Bautista Reformado. Me dirigí a ustedes al escribir estas líneas. Los veo como campeones de gracia y de verdad. No me gustaría servir a nuestro Maestro bajo ningún otro pacto más que el que nos une y que todos apreciamos mucho.

      Pascal Denault,

      St-Jérôme, Qc

      www.unherautdansle.net

      Esta edición revisada de Un Mejor Pacto, no se trata solamente de corregir errores tipográficos encontrados en la edición del 2013. Este prólogo explicará brevemente los cambios que han sido efectuados.

      Los cambios menores (pero no menos importantes), consisten en una actualización pequeña de la bibliografía con nuevas obras sobre la teología del pacto, que han llegado a estar disponibles, partir de la primera publicación de Un Mejor Pacto. También Revisamos y mejoramos la traducción del Francés al Inglés, para una mejor legibilidad y comprensión. Asimismo también quiero agradecer, a las observaciones provechosas del Pastor Samuel Renihan. He corregido algunas exageraciones que hice, concernientes a las posturas sostenidas por los Bautistas Particulares, como si éstas fueran una única postura respecto al pacto de gracia y su relación con el antiguo y el nuevo pacto. No modifiqué el libro al grado de presentar estas otras posturas sostenidas por algunos Bautistas Particulares, sino que he matizado algunas afirmaciones para al menos reconocerlas. En cuanto a este asunto, los lectores ciertamente podrán beneficiarse de la tesis doctoral del Pastor Renihan, que esperamos sea publicada en un futuro cercano.

      Fui grandemente beneficiado de fructíferos intercambios con pastores Presbiterianos y hermanos quienes provechosamente criticaron los argumentos que presenté. Esto me llevó a un entendimiento más refinado de la distinción de la iglesia visible/ invisible, lo cual me llevó a escribir de nuevo algunas áreas del libro. Sin aprobar el paradigma completo normal de la iglesia mixta, visible, paidobautista, llegué a una eclesiología más robusta, y creo que a un entendimiento más bíblico y Bautista de esta importante distinción. Asimismo he modificado algunos comentarios respecto al paidobautismo, que fueron percibidos un poco duros o innecesariamente provocativos. Todavía quiero presentar una crítica de la postura Presbiteriana pero en el espíritu conciliador de nuestros antepasados. Los lectores encontrarán cerca del final de esta edición revisada, un nuevo cuadro comparativo que resume las diferencias entre la perspectiva Presbiteriana y la Bautista Particular acerca de los pactos.

      Finalmente, fui afilado por varias discusiones entre la comunidad Bautista Reformada, que me forzaron a articular una teología del pacto más precisa y consistente en algunos puntos específicos. En el proceso, he rechazado la idea de que el pacto Mosaico ofreció vida eterna como una absoluta recapitulación del pacto de obras. He llegado a entender, que el pacto Mosaico estaba estrictamente limitado a la vida en Canaán y solamente vinculado tipológicamente a las realidades celestiales traídas por el nuevo pacto. Anteriormente, yo había aprobado la postura de Samuel Petto, que entiende el pacto Mosaico como un pacto de obras terrenal para Israel en Canaán y como un pacto de obras absoluto para Cristo, a fin de obtener vida eterna. Todavía creo lo primero (respecto a Israel), pero lo último (respecto a Cristo) es solamente tipológicamente verdadero. En otras palabras, Cristo no guardó el antiguo pacto, sino mas bien el nuevo pacto que fue puesto como un pacto de obras entre Él y el Padre (el Pacto de Redención) cuyos términos fueron prefigurados pero no propiamente estipulados en el antiguo pacto.

      El problema principal, en mi opinión, era que yo solía mezclar el tipo con el antitipo o la sombra con la realidad en el mismo pacto al atribuir la vida eterna como una promesa propia al pacto Mosaico. Creo que este enfoque mixto de la teología del pacto es la esencia del paidobautismo, con su distinción interna/externa que mezcla el reino terrenal, con el reino celestial, el antiguo pacto, con el nuevo pacto, etc. Por otro lado, el Federalismo de 1689 descansa en las distinciones fundamentales de antiguo y nuevo, tipo y antitipo, sombra y realidad, y por lo tanto, distingue, entre la recapitulación tipológica y el establecimiento del nuevo pacto (tipológicamente relacionado, pero esencialmente distinto) por parte de Cristo.

      Esta edición revisada de Un Mejor Pacto, muestra esta postura, la cual creo que era la postura de Coxe y Owen. Muchos hermanos, estuvieron involucrados en discusiones importantes que me llevaron a esta aclaración. Especialmente quiero agradecer al hermano Bandon Adams, quien fue de gran utilidad en tal consideración. Y quiero elogiarle por toda su labor por la causa del evangelio mediante su defensa del Federalismo de 1689. Los lectores podrán encontrar muchos recursos útiles al visitar su sitio: 1689federalism.com.

      Pascal Denault,

      St-Jérôme, Qc

      Noviembre 2016