Pascal Denault

Un mejor pacto


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teológicamente cerca. La naturaleza casi idéntica de la Confesión de Fe de Westminster y la Segunda Confesión de Fe de Londres dan testimonio de este hecho innegable. En esta obra, nosotros sin embargo, no investigaremos lo que unía a los Bautistas y Paidobautistas1, sino lo que los distinguía.

      1. Hipótesis

      La distinción más obvia entre los Bautistas y Presbiterianos es, por supuesto, el bautismo. Sin embargo, el bautismo no es el distintivo fundamental entre estos dos grupos. Proponemos que la Teología del Pacto es el distintivo entre los Bautistas y paidobautistas, y que todas las divergencias que existen entre ellos, tanto teológicas como prácticas, incluyendo el bautismo, provienen de sus diferentes formas de entender los pactos bíblicos. El Bautismo es, por lo tanto, no el punto de origen, sino el resultado de las diferencias entre los paidobautistas y credobautistas. Ligon Duncan escribe: “El mayor punto de conflicto en cuanto al bautismo, entre la posición Bautista y la posición Presbiteriana o Paidobautista, no es en nuestra doctrina de los sacramentos, sino nuestra doctrina de la iglesia.”2

      No era el bautismo en sí mismo, el punto de la disidencia; sino el bautismo abordado desde la doctrina de la Iglesia (que no tenía otra estructura sino la teología del pacto). Antes de hacer la pregunta “¿Quién puede ser bautizado?”, hubo una pregunta más fundamental, es decir “¿Quién está en el pacto?” Esta es la consideración más importante en la definición de la identidad de los Bautistas. Al punto que, a pesar de la gran proximidad entre la eclesiología Congregacionalista y Bautista, esta pregunta constituyó el punto de división entre los dos grupos (a pesar de lo que los unió). James Renihan escribe: “Esto no quiere decir que sus opiniones eran mutuamente excluyentes, simplemente quiere decir que la eclesiología fue la fuerza impulsora detrás del movimiento Bautista, y le ha dado una identidad propia distinta de la de los Independientes.”3

      Los Bautistas no consideraron la cuestión del bautismo como un tema apartado; para ellos, esta pregunta estaba intrínsecamente ligada a su teología como un todo, y a su entendimiento general de las Escrituras. Ellos rechazaron el Paidobautismo basados en más que en un análisis de la práctica del bautismo en el Nuevo Testamento, y en el hecho de que allí no se encuentra ningún ejemplo de bautismo infantil. Este tipo de argumento (el principio regulador, la definición del bautismo en el Nuevo Testamento, etc.), era de importancia secundaria en la apologética Bautista. El debate en torno al bautismo, involucraba un asunto mucho mayor que el de una práctica sacramental. Fue un debate sobre la estructura de las Escrituras; el significado y la naturaleza de los diferentes pactos que Dios hizo con el hombre; continuidad y discontinuidad en la revelación y la realización del plan de Dios. La naturaleza misma del Evangelio y de la Iglesia estaban en el centro de este debate.4 Los Bautistas no estaban solamente refutando una práctica que parecía equivocada, sino que establecieron un sistema teológico global que subyacente a esta práctica, desafiando así los fundamentos del federalismo Presbiteriano.5

      Los Bautistas, por tanto, no estaban buscando definir en primer lugar la doctrina del bautismo, con el fin de adaptar a ella la doctrina de la Iglesia. Su doctrina del bautismo fue el resultado de un enfoque teológico similar en muchos aspectos, pero al mismo tiempo claramente diferente de la de la mayoría de los paidobautistas de su época. La cuestión que les preocupaba, no era simplemente saber quién podría ser bautizado con el fin de tener una práctica bíblica del bautismo. La cuestión que los hizo Bautistas, era saber quiénes conforman el pueblo de Dios. Este dilema planteó una serie de otras preguntas, que dieron a luz a una teología del pacto diferente de la heredada de la Reforma. Evidentemente, los Bautistas y paidobautistas no tenían la misma opinión sobre quién forma parte de la Iglesia. Cuando debatieron esta cuestión y sus implicaciones, el bautismo se convirtió en la manifestación concreta de sus respectivas convicciones. De acuerdo con David Benedict, el debate en torno al bautismo que se inició a mediados del siglo XVII provocó un enfoque innovador para la teología federal.6 La contemplación teológica, estaba floreciendo durante esta era y tenía la teología federal como su estructura. Los Bautistas nacieron en este contexto de progreso teológico; su repentina aparición es en sí misma una ramificación del pensamiento reformado. En el espacio de unas pocas décadas, los Bautistas articularon una teología que les era propia. El objetivo de nuestra obra será sacar a la luz la naturaleza específica de esta teología, especialmente su comprensión distinta de los pactos bíblicos.

      2. Metodología y Fuentes Originales

      Una de las dificultades de nuestra obra, proviene de la falta de consenso en la interpretación de la Teología del Pacto, tanto entre paidobautistas7 como entre Bautistas. Cuando tratemos de definir el enfoque paidobautista, no seremos capaces de presentar una definición que abarque todas las piezas. Del mismo modo, hay varios aspectos discordantes en el lado Bautista8. Haremos lo posible por lo menos, para circunscribir los principios teológicos generales que caracterizan a las dos partes que serán comparadas. Nuestro método consistirá en definir la diferencia fundamental entre los Presbiterianos del siglo XVII y los Bautistas, basados en sus diálogos conservados a través de sus escritos. Vamos a utilizar las fuentes originales directamente. Estas fuentes se componen de las confesiones de fe y diversos tratados escritos por paidobautistas y teólogos Bautistas.9

      Aunque nuestra obra se relaciona con la teología histórica, vamos a abordarla desde el punto de vista de la teología bíblica y sistemática. Nosotros, por lo tanto, no seguiremos de manera lineal el desarrollo de la forma de pensar Bautista, sino que presentaremos esta perspectiva, siguiendo el orden bíblico de los pactos. Este método nos permitirá sistematizar aún más la teología Bautista para compararla con la teología paidobautista.

      2.1. Confesiones de Fe y Catecismos

      Dos documentos son particularmente pertinentes para nuestra investigación: la Confesión de fe de Westminster y la Segunda Confesión de fe de Londres, conocida como la de 1689. Estos documentos son importantes, ya que no representan la opinión de un teólogo aislado, sino las posiciones oficiales adoptadas respectivamente por paidobautistas y Bautistas. La Confesión de 1689 es, de hecho, una versión Bautista de la Confesión de fe de Westminster. Es, por lo tanto, esencial ver cómo los Bautistas modificaron esta confesión de fe: lo que mantuvieron, lo que omitieron, re-formularon o añadieron.10

      La Primera Confesión de Fe de Londres (1644-1646) se muestra igualmente como una fuente importante. A pesar de que no presenta una Teología del Pacto sustancialmente, nos permite comprobar que, desde sus inicios, los Bautistas se adhirieron al enfoque reformado para la comprensión de las Escrituras y la salvación en una estructura de pactos.11 Más aún, como veremos adelante, ya en 1644 los Bautistas tenían una comprensión única del Pacto de Gracia y del Nuevo Pacto.

      A las confesiones de fe, es necesario añadir los catecismos: los Catecismos Mayor y Menor de Westminster, así como el Catecismo Bautista.12 Otro catecismo muy importante en el estudio de la teología Bautista en el siglo XVII es el Catecismo Ortodoxo escrito por Hercules Collins, pastor de la Iglesia Bautista Old Gravel Lane, publicado en 1680. El Pastor Collins siguió el Catecismo de Heidelberg al escribir el suyo; las particularidades de él son, por tanto, muy significativas. James Renihan ha escrito sobre esto de la siguiente manera:

      Este importante ministro Bautista Particular, entendió que la teología articulada por los teólogos de Heidelberg estaba en concordancia con la suya, y con el movimiento más amplio del que formaba parte. La elección por parte de Collins del título “Un Catecismo Ortodoxo”, es digna de mención, ya que tiene un doble sentido. A pesar de que, obviamente, se refiere al verdadero carácter de las doctrinas que promueve, también identifica la fuente de esas doctrinas, con los llamados teólogos protestantes ortodoxos de Europa. Collins estaba haciendo una declaración enfática: tal como ellos son ortodoxos, así también lo somos nosotros.13

      2.2. Teólogos Paidobautistas y Bautistas

      Aquí hay algunas fuentes que no pueden ser ignoradas al entrar en el debate del siglo XVII, en relación con la teología del pacto. Esta lista no es exhaustiva pero si representativa; no contiene todos los documentos que hemos consultado y mucho menos todos los que existen, sino se limita a aquellos que