American College of Sports Medicine

Manual ACSM para el entrenador personal (Color)


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ejecutivos.

      Al mismo tiempo, en gimnasios, centros de entrenamiento y ámbitos deportivos de todo tipo, el público comenzó a concienciarse a nivel mundial de las ventajas que supone contar con los servicios específicos de un profesional del acondicionamiento físico debidamente formado (1). El entrenamiento personal pasó a convertirse, como era previsible, en una actividad profesional en toda regla. Se trataba de una actividad que permitía a los expertos en ejercicio, a los entrenadores persistentes y a los instructores tenaces ganarse la vida mediante el asesoramiento a sus clientes, con el fin de conseguir un conjunto específico de objetivos que, en definitiva, les proporcionarían una mejor forma física y, lo más importante, una mejor salud.

       EXPECTATIVAS DEL CLIENTE EN LO QUE RESPECTA A SU ENTRENADOR PERSONAL

      La mayoría de las valoraciones de los servicios profesionales se basan en la percepción de la persona en lo que respecta a sus expectativas. Si los entrenadores personales no saben lo que se espera de ellos, es virtualmente imposible que cumplan –no ya que superen– tales expectativas. El contexto y el grado de acuerdo entre quien presta el servicio y su cliente se definen en función de la determinación clara de objetivos y de un «intervalo de resultados» aceptable. Los capítulos de este libro ofrecen antecedentes e información referidos al modo de ayudar a los clientes a conseguir los mejores resultados (fig. 2.1).

      FIGURA 2.1. Primer encuentro de un entrenador personal con su cliente.

       Conocimiento del objetivo

      Según define el modelo transteórico de cambio de comportamiento formulado por James Prochaska (5), es característico que los clientes que reciben entrenamiento personal lleguen a él en la etapa de «acción» (v. capítulo 7 para más información sobre las etapas del cambio). Han decidido que van a llevar su comportamiento en cuanto a actividad física a un nuevo nivel y contratan los servicios del entrenador personal, en su calidad de experto que les oriente en el camino hacia el éxito. Se trata de una tarea importante y ciertamente difícil de conseguir. La puesta en práctica de un cambio de comportamiento duradero resulta compleja, incluso cuando las circunstancias son óptimas.

      Los objetivos pueden analizarse como parte del proceso de adquisición de información y constituirse como base para la definición de los propósitos específicos y de la finalidad general.

      Los objetivos pueden analizarse como parte del proceso de adquisición de información y constituirse en fundamento de la definición de los propósitos específicos y de la finalidad general. El acuerdo contractual que los entrenadores personales establecen con sus clientes refleja tales objetivos en lo que respecta a los aspectos siguientes:

      • Número de sesiones.

      • Coste de cada sesión.

      • Duración de la sesión.

      • Necesidades de entrenamiento no supervisado entre las sesiones.

      • Duración del acuerdo.

      • Pautas de cancelación del acuerdo.

      • Directrices de refinanciación.

      • Garantías de resultados.

      Por ejemplo, si el entrenador personal trabaja con un cliente para que este participe en un maratón, se debe establecer un programa inverso desde el día de la carrera hasta el comienzo del entrenamiento. Las sesiones individualizadas pueden ser más frecuentes al principio, en los momentos de diferenciación críticos en lo que respecta al kilometraje, en los momentos bajos en el ciclo de motivación del paciente o en otras situaciones de ajuste del entrenamiento que las dos partes consideren adecuadas. En cambio, el entrenamiento para reducir el peso 9 kg requiere un programa muy diferente, que incluye evaluaciones nutricionales, pesajes y combinaciones rigurosas de entrenamiento de alta intensidad supervisado con ciclos de ejercicio aeróbico parcialmente supervisados. Cada situación está condicionada por el objetivo. Una vez establecidas las pautas de mantenimiento de la seguridad y el bienestar del cliente, la siguiente prioridad es la consecución de los objetivos.

      Son muchos los clientes que tienen en mente un objetivo o conjunto de objetivos cuando contratan los servicios de un entrenador personal. Algunos mantienen expectativas poco realistas y carentes de fundamento en lo que respecta a lo que pueden conseguir de manera razonable en un determinado período de tiempo. El entrenador personal ha de abordar estas expectativas de un modo que facilite la consecución del éxito y que no distorsione en mayor medida unas percepciones ya distorsionadas, en especial en lo que se refiere al ámbito de la imagen corporal y la pérdida de peso. En el capítulo 7 se aborda una descripción más extensa y más en profundidad del establecimiento y la consecución de objetivos.

      Señalando objetivos susceptibles de medición (claramente cuantificables), el entrenador personal muestra que ha comprendido las razones por las que el cliente ha solicitado su ayuda. Los objetivos del cliente han de ser transformados por el propio entrenador en finalidades y resultados susceptibles de ser alcanzados. Tales resultados son la forma real de medir el éxito. Es importante ser conscientes de que la fijación de objetivos y el cambio de comportamiento son, en general, procesos dinámicos que varían de persona a persona y también de día a día para un mismo cliente. Los posibles contratiempos deben preverse, y los entrenadores han de trabajar con los clientes a fin de reevaluar el entrenamiento y tener la oportunidad de mejorar el programa específico del cliente, en vez de considerar los contratiempos como simples fallos.

      Señalando objetivos susceptibles de medición (claramente cuantificables), el entrenador personal muestra que ha comprendido las razones por las que el cliente ha solicitado su ayuda. Los objetivos del cliente han de ser transformados por el propio entrenador en finalidades y resultados susceptibles de ser alcanzados.

      Otro objetivo a largo plazo relacionado con las finalidades del entrenamiento del cliente es la realización de ejercicio de manera independiente. Es frecuente que no llegue a formularse una pregunta que muchas veces queda pendiente de respuesta: «¿Cuándo será capaz de mantener sus objetivos sin mi ayuda?». El objetivo a largo plazo de los entrenadores personales es preparar a sus clientes para el día en el que estos se conviertan de manera satisfactoria en «expertos» en su propio acondicionamiento físico. Los buenos instructores enseñan a sus estudiantes a alcanzar el éxito sin necesidad de supervisión. Los buenos preparadores forman a los deportistas para que alcancen un buen rendimiento sin supervisión, o con un grado limitado de ella, de forma que puedan convertirse en sus propios entrenadores. En numerosos aspectos, el entrenador personal combina aspectos del buen instructor y el buen preparador deportivo.

       Conocimientos y experiencia

      En 2002, la mayor organización de gimnasios comerciales, la International Health, Racquet and Sports Club Association (IHRSA), consiguió persuadir a los estamentos del sector para que se replanteara el modo en el que los entrenadores personales eran certificados para la mejora de sus trayectorias profesionales y la de la seguridad de sus clientes. Enfrentados a, literalmente, cientos de opciones de titulación, los entrenadores y sus clientes no podían estar seguros de cuáles eran los procesos de titulación que estaban mejor diseñados y menos sesgados, y que eran más válidos y fiables. La IHRSA, de acuerdo con las principales organizaciones de certificación en este contexto, elaboró una declaración de posicionamiento en 2004. En ella se recomendaba que, para enero de 2006, los gimnasios que formaban parte de la asociación contrataran solamente a entrenadores que contaran con titulaciones otorgadas por organizaciones que estuvieran en proceso de obtener acreditaciones de terceros sobre técnicas y directrices de certificación, avaladas por una entidad de acreditación independiente y reconocida a nivel nacional. El objetivo de ello era asegurar que la titulación obtenida por cada entrenador personal implicara la evaluación precisa e idónea de su competencia, al tiempo que se dotaba a este sector de los medios para mejorar la