Diana Wang

Los niños escondidos


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el gobierno de lo que se conoció como la República de Vichy, o la “Francia libre”, liderado por el mariscal Philippe Pétain, era igualmente antisemita. Aprobó el Estatuto del Judío que definía al judaísmo como una raza y apar taba a los judíos de los puestos con autoridad. Además, se los registró con sus direcciones, trabajos y bienes. La palabra juif diferenciaba a sus car tillas de racionamiento y a sus documentos de identidad. Sus propiedades les fueron expropiadas por la obligada “arianización”. Treinta mil judíos fueron llevados a campos especiales franceses donde murieron 3 mil en las condiciones más deplorables. Una tercera par te de los 84 mil judíos depor tados de Francia durante la guerra procedían de la zona “libre”.

      Francis (15 AÑOS)

      CAMINO AL SUR. Cuando los alemanes invadieron Bélgica el 10 de mayo del 40, mi padre se dio cuenta enseguida de que estábamos en una ratonera: teníamos a Alemania de un lado y del otro, los alemanes avanzaban sobre Francia por el lado de Bélgica. Por lo tanto decidió que nos escapáramos. Alquiló un vagón y lo llenamos de muebles y de mercaderías y lo enviamos hacia el Sur. Pero hubo un error de cálculo porque los alemanes llegaron hasta ese lugar, con lo cual cargamos todo lo que pudimos en el auto para avanzar más hacia el Sur, hacia España, y tuvimos que dejar nuestras pertenencias. O sea que, cuando se firmó el armisticio el 25 de junio del 40, estábamos en zona “libre”, pero nuestros bienes en zona ocupada.

      ROANNE. Estábamos cerca de Toulouse, a 200 kilómetros de la frontera española. Era una zona muy pobre, de pocos recursos, mis padres eran gente que vivía de su trabajo, no teníamos reservas. La cosa se alargaba, así que volvimos a Roanne cerca de Lyon, una zona más cercana adonde habían quedado nuestras cosas y donde papá conocía más gente. Era octubre del 40, yo ya tenía 16 años.

      LA ESCUELA. Establecidos allí, mi hermana, de doce años, empezó a ir al colegio y yo a una escuela comercial. Nunca sufrimos discriminación, en la escuela comercial la directora sabía mi apellido y nunca tuve problemas. Por el contrario, me conseguía pequeños trabajos que me ayudaban a sobrevivir.

      LA PUERTA. En casa la situación económica era difícil así que cuando terminé primer año entré como cadete en un centro de distribución. Me presenté al dueño y me tomó quince días a prueba y después me dijo que me podía quedar. También me dijo que cualquier problema que surgiera ahí, tenía que pasar por una puerta que daba a su departamento. O sea que me indicaba un camino de salvación por si surgía algún peligro, cosa que después efectivamente sucedió y gracias a esa puerta logré escapar.

      Maurice (1 AÑO)

      SENTIRSE FRANCÉS. Salimos de Sedan, que estaba en territorio ocupado por los nazis, y llegamos a Niort en el 39, al sudoeste, ya en la zona “libre”. No guardo ningún recuerdo de los preparativos, ni del viaje, ni de la llegada, ni nada. Mi hermano, que era mayor, recuerda que había una gran plaza que se llamaba Jardin L’Abreche, donde mi papá iba con él a pasear y hablaba con los alemanes. Mi papá jugaba a la beulotte con sus amigos en un café, que es un juego francés de cartas. Mi padre se sentía francés, por eso no se fue de Niort cuando tendría que haberlo hecho. Se ve que la amenaza era vivida todavía como un asunto controlable.

      VECINOS SOLIDARIOS. En el 42 se empiezan a llevar a los judíos en Niort. Apenas vinieron los alemanes a arrestarlos, mi mamá nos dejó en lo de unos vecinos. No sé si les dijo que nos íbamos a quedar solos. Ellos nos llevaron a su casa, que era un primer piso, y tenían un negocio de droguería abajo.

      EL CERTIFICADO MÉDICO. A mis padres los arrestaron, pero no fueron deportados en ese momento. Mamá perdió la razón, se volvió loca y estuvo unos días en lo de unos vecinos. Papá fue hospitalizado para un tratamiento gracias al médico que se presentó a la jefatura ni bien supo de su detención. Le dio un certificado que decía que no era apto para deportación, que fue lo mismo que se hizo con nosotros. Mi mamá quedó internada durante toda la guerra en un centro psiquiátrico.

      LOS BALCANES

      Más de 550 mil judíos de Rumania, Yugoslavia, Grecia y Bulgaria murieron durante la Segunda Guerra Mundial, aunque las circunstancias fueron diferentes en cada uno de los países.

      Rumania

      Las matanzas en Rumania fueron especialmente bárbaras. Los soldados alemanes, rumanos y ucranianos barrieron los territorios rumanos de Bucovina, Besarabia y Transnistria. Se estima que murieron 420 mil judíos rumanos.

      Anushka (10 AÑOS)

      LA INVASIÓN RUSA. Tuvimos que alojar a los rusos en nuestra casa. Mamá, a costa de su salud ya precaria, procuraba que tuviéramos una relación fluida con ellos, no los trataba como ocupantes ni como invasores solo para facilitar nuestra convivencia y para que ellos fueran cordiales. Se hacían su comida en nuestra cocina y en esos breves momentos se mostraban amigables.

      Durante los primeros días de la ocupación no salíamos. Todos vivíamos con muchísimo miedo de ser incluidos en alguna lista negra y deportados a la temida Siberia. Se hablaba de Siberia como del infierno. Sabíamos que hacía un frío insoportable y que era un lugar de castigo para los propios rusos que no habían adherido al régimen comunista. Sabíamos que allí se podía morir durante los inviernos.

      ANTICIPOS. Pronto comenzaron a escasear la comida y la ropa. Como todavía no sabíamos lo que era tener hambre de verdad, en aquel momento nos pareció insoportable. Durante las madrugadas algún fantasma rumano escribía en las paredes céntricas una leyenda fatídica: “Jidani a Palestina”, judíos a Palestina. Jidani era entonces un término peyorativo e injurioso, como lo es judiada en español.

      Yugoslavia

      Yugoslavia fue dividida en abril de 1941. Los judíos del territorio se repartieron entre Hungría, Italia, Alema nia, Bulga ria y el estado independiente de Croacia, diri gido por el fascista Ante Pavelic. Allí, el movimiento naciona lista Ustasha adquirió mucho poder y los croatas masa craron a medio millón de serbios y judíos. El anuncio oficial publicado en serbocroata y alemán fue: “Todos los judíos deben registrarse ante la Policía de la ciudad el 19 de abril antes de las ocho de la mañana. Los judíos que no cumplan con este mandato serán fusilados”. Más del 80 por ciento de los 80 mil judíos de Yugoslavia fue asesinado por los nazis y el Ustasha.

      Alberto (5 AÑOS)

      PAPÁ BORRACHO. Cuando empezó la guerra mi papá estaba en una cantina y mi mamá me mandó a buscarlo, porque a ella no le gustaba que tomara alcohol. Estaban tomando vino, slibovitsa, cantaban y gritaban porque estaban de acuerdo en pelear contra los alemanes. Cuando vi a mi papá quedé impresionado. Lo quería llevar para afuera porque no quería verlo así. Él se dejó y fuimos a casa, esto me dejó muy mal porque no lo había visto nunca en este estado. Al poco tiempo fue a pelear como voluntario, pero Yugoslavia perdió.

      BIELINA OCUPADA. Papá quedó no sé dónde y mamá se comunicó con él para que no volviera porque Bielina estaba llena de alemanes, la situación era mala porque ya se llevaban a los judíos. En todas las casas había un maguén David o una “J” que indicaba que era una casa de judíos.

      Estas marcas las habían puesto los croatas, ellos marcaban las casas. Cuando entraron los alemanes desapareció Yugoslavia y pasó a ser la República Independiente de Croacia, un gobierno títere de los alemanes. Todos estábamos obligados a llevar un brazalete con un maguén David de fondo amarillo y la estrella negra. También se llevaba un círculo de chapa que se ponía en el pecho con la “J” que significaba judío. Todos ya estábamos marcados. Entonces mamá le dijo a papá que no volviera porque ya habían empezado a saquear el negocio y la casa.

      MAMÁ VIOLADA. Yo estaba todo el tiempo con mi mamá. Incluso cuando la violaron. La primera vez, cuando la violó el jefe de la Gestapo. Entraron a la noche en la casa, la llevaron a un cuarto. Yo ahí todavía no entendía bien qué pasaba. Tenía cinco años. Después cuando volvió mi papá, una noche estábamos durmiendo –yo como era chiquito dormía entre ellos– y entró la Gestapo a los gritos. Mi mamá le dijo algo en dyudeo a mi papá, pero entraron estos delincuentes y le pusieron un revólver en la cabeza a mi papá y a mi mamá la violaron todos. He visto muchas veces las violaciones de mi pobre madre. No entendía que