Denis Fortin

Enciclopedia de Elena G. de White


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Ibíd. Es interesante notar que el declive del deísmo en la vida estadounidense y el surgimiento del adventismo también ocurrió en un período de la historia estadounidense cuando los primeros fundadores de la nación, que eran todos deístas cultos, estaban siendo reemplazados por una nueva generación de hombres artífices de su propio éxito, como Andrew Jackson (presidente entre 1829 y 1837). La mentalidad de la era jacksoniana animó a la gente a estudiar por su cuenta, y a llegar a sus propias conclusiones en asuntos de doctrinas y de vida religiosa.

      783 Más adelante en ese año, ella también reprendió a John Harvey Kellogg, director del Sanatorio de Battle Creek y médico influyente, que recomendó esos dos mismos libros a sus lectores (Ct 6, 1886, en MR 6:256-260). En un artículo en la Review and Herald, también publicado ese mismo año para contrarrestar la influencia de Canright, Elena de White declaró inequívocamente: “Nuestros jóvenes y niños, y aun los de edad madura deben prometerse firmemente abstenerse del capricho de leer las novelas fascinantes y la literatura sensacionalista de la época. Engañan la imaginación y llenan la mente con tal cantidad de basura que no hay lugar para almacenar las expresiones sagradas de los profetas y de los apóstoles, que escribieron por la influencia del Espíritu Santo” (RH, 9/11/1886). Es interesante que más adelante en su vida, ella recomendara El progreso del peregrino, de John Bunyan, a sus lectores (RH, 30/5/1912).

      784 Para mayor información sobre el contexto histórico del milenarismo en la época de Elena de White, ver George R. Knight, Ellen White’s World (RHPA, 1998), pp. 13-18, 85-90.

      785 Whitney R. Cross, The Burned-over District: The Social and Intellectual History of Enthusiastic Religion in Western New York, 1800-1850 (Ithica, Nueva York: Cornell University Press, 1950), p. 291.

      786 Citado en Edwin S. Gaustad, A Religious History of America (Nueva York: Harper and Row, 1966), p. 151.

      787 Ernest R. Sandeen, The Roots of Fundamentalism: British and American Millenarianism, 1800-1930 (Chicago: University of Chicago Press, 1970), p. 42.

      788 Cross, op. cit., (p. 320). Este autor también explica que “todos los protestantes esperaban algún gran evento alrededor de 1843 y ningún crítico del grupo ortodoxo tenía ningún problema serio con los principios básicos de los cálculos de Miller” (p. 321). Ruth Doan también comentó que los “milleritas eran, en sus orígenes, buenos estadounidenses evangélicos protestantes” (Ruth Doan, The Miller Heresy, Millennialism, and American Culture [Philadelphia: Temple University Press, 1987], p. 215). Muchos estudios en las últimas cuatro décadas han demostrado que el parecido del millerismo con las otras denominaciones era la causa de las tensiones con ellas. Estos estudios resaltan cómo el millerismo era ciertamente un movimiento dentro de la tendencia popular a la fiebre milenaria, el reavivamiento y el espíritu evangélico que se encontraba en ambos lados del Atlántico en la primera parte del siglo XIX. Burned-over District, de Cross, y Thunder and Trumpets: Millerites and Dissenting Religion in Upstate New York, 1800-1850 (Chico, Calif.: Scholars Press, 1985), de David L. Rowe, describen las condiciones sociales y religiosas del oeste de Nueva York, que ayudaron a la aparición del millerismo. Otros estudios como The Roots of Fundamentalism de Sandeen; The Second Coming: Popular Millenarianism, 1780-1850 (Londres: Routledge and Kegan Paul, 1979), de J. F. C. Harrison, y Transatlantic Revivalism: Popular Evangelicalism in Britain and America, 1790-1865 (Westport, Conn.: Greenwood Press, 1978), de Richard Cawardine, describen las similitudes religiosas y sociales de países de habla inglesa durante el inicio del millerismo.

      789 Un informe reciente sobre la relación entre el estilo de vida adventista del séptimo día y la longevidad es el artículo de Dan Buettner, “The Secrets of Long Life”, National Geographic 208, Nº 5 (11/2005), pp. 2-27.

      790 Knight, Meeting Ellen White, p. 109.

      791 Ibíd., pp. 109, 110.

      792 Herbert E. Douglass, Messenger of the Lord (PPPA, 1998), pp. 256, 257. Ver también Joseph Battistone, The Great Controversy Theme in E. G. White Writings (Berrien Springs, Mich.: Andrews University, 1978).

      793 Douglass, op. cit., p. 257.

      794 En visiones posteriores durante los siguientes años, ella recibió más detalles de varias fases de este conflicto sobrenatural y, en 1864, se publicaron los tomos 3 y 4 de Spiritual Gifts, que tratan más exhaustivamente la caída de Lucifer, la creación del mundo, la caída de Adán y Eva, la vida de los patriarcas, y la experiencia de Israel. (El tomo 2, publicado en 1860, fue una obra autobiográfica.) A finales de la década de 1860, Elena de White decidió expandir lo que había escrito en Spiritual Gifts y así se concibió una nueva serie de cuatro tomos de unas 400 páginas cada uno, llamada The Spirit of Prophecy (Bio 2:297). Esta serie cubría los eventos bíblicos e históricos desde la caída de Lucifer en el cielo hasta el fin del reino de Salomón (t. 1); la vida de Cristo desde su nacimiento hasta la entrada triunfal a Jerusalén (t. 2); y los sufrimientos, la muerte y la resurrección de Cristo, y la iglesia primitiva (t. 3). El tomo cuatro, publicado en 1884, fue subtitulado The Great Controversy Between Christ and Satan From the Destruction of Jerusalem to the End of the Controversy. Los últimos pasos en el desarrollo del tema del Gran Conflicto se dieron con la nueva revisión del tomo 4 de The Spirit of Prophecy. Este nuevo tomo fue publicado en 1888 y tenía por título The Great Controversy Between Christ and Satan. En lo sucesivo, Elena de White expandió los otros tomos de la serie The Spirit of Prophecy en lo que se llegó a conocer como la serie del Gran Conflicto. (Ver referencia 1.)

      795 Por un breve análisis de cómo Elena de White entendía todas las acusaciones de Satanás, ver Herbert E. Douglass, God at Risk: The Cost of Freedom in the Great Controversy (Roseville, Calif.: Amazing Facts, 2004), pp. 37-41.

      796 Por más información sobre el tema del Gran Conflicto, ver Frank B. Holbrook, “Gran Conflicto”, en R. Dederen, ed., Tratado de teología adventista del séptimo día (ACES, 2009), pp. 1.085-1.128.

      797 Knight, Meeting Ellen White, p. 113.

      798 Leon Morris declara: “Como dijimos, es difícil para los cristianos dar un relato completo de la expiación y no es realmente sorprendente que se hayan desarrollado tantas teorías. La realidad es vasta y profunda, y toda nuestra comprensión de ella es parcial. Se provoca daño cuando se insiste –como se ha hecho a menudo en el pasado y todavía se hace en algunos sectores en el presente– que cualquier teoría cubre todos los hechos. El gran hecho sobre el cual insiste el Nuevo Testamento es que la expiación tiene muchas facetas y, por lo tanto, es completamente adecuada para cada necesidad” (Morris, Glory in the Cross: A Study in Atonement [Grand Rapids: Baker Book House, 1966], p. 80).

      799 Para más información, ver Raoul Dederen, “Cristo: Su persona y obra”, en Tratado de teología