como conectados con la segunda venida de Cristo. Los capítulos finales de El conflicto de los siglos también ubican el millerismo y el adventismo del séptimo día en el momento indicado dentro de la historia profética.
El conflicto de los siglos rivaliza con El Deseado de todas las gentes como la obra más importante de Elena de White. Ella dijo que lo apreciaba “más que la plata y el oro” (CE 147). Elena de White también escribió: “[Estoy] más ansiosa de ver una amplia circulación de este libro que de cualquier otro que yo haya escrito porque, en El conflicto de los siglos, el último mensaje de amonestación al mundo es dado más distintamente que en cualquier otro de mis libros” (ibíd., p. 146).
Elena de White desarrolló la serie del Gran Conflicto de cinco tomos teniendo en mente a los lectores adventistas y a los no adventistas. Ella deseaba que se vendieran estos libros tan ampliamente a fin de que se pudiera llevar su mensaje al público. El uso de estos tomos, en conjunción con el estudio de la Biblia, condujo a muchos a acercarse más a Dios y a una mejor comprensión de su Palabra. Para conocer los escritos de Elena de White, no hay nada mejor que la lectura de la serie del Gran Conflicto.
Los tres conjuntos de libros sobre el tema del Gran Conflicto todavía están disponibles (en inglés). Todos exponen un tema que Elena de White afirma que le fue revelado por primera vez en visión alrededor de 1848, y fue reforzado en una visión expandida en Lovett’s Grove, Ohio, en la primavera de 1858. Más allá de las visiones, Elena de White estudió la Biblia y la historia eclesiástica para completar el bosquejo de la historia del conflicto entre el bien y el mal provisto por las visiones (ver CS 11-13).
La escritura de la historia del gran conflicto entre el bien y el mal se extendió a lo largo de todo ministerio de Elena de White. Algunos conceptos aparecen en sus cartas privadas, en artículos, en sermones y en manuscritos inéditos. La recolección por parte de Elena de White y sus ayudantes literarios del material escrito previamente proveyó un punto de partida para mucho de lo que ella tenía que decir en la serie del Gran Conflicto. El archivo en expansión del material con el que contaba también fue muy importante para que cada una de las tres etapas del desarrollo de la historia del Gran Conflicto fuera progresivamente más reveladora y completa.
Un libro final para tener en cuenta, que trata específicamente la historia del Gran Conflicto, es *La historia de la redención (1947). Esta obra presenta el desarrollo temprano que hizo Elena de White del tema del Conflicto de los Siglos. Todo el material contenido en La historia de la redención había aparecido previamente en *Primeros escritos, en *The Spirit of Prohechy o en Signs of the Times. El aporte principal del libro es que provee un registro conciso del pensamiento temprano de Elena de White sobre el tema, que es suficientemente compacto como para ser traducido a una gran cantidad de idiomas.
3. El formato “testimonio”
Un segundo conjunto de libros influyentes de la pluma de Elena de White son los nueve tomos de *Testimonios para la iglesia. Esta serie, compuesta por casi 5.000 páginas, tiene un propósito significativamente diferente que los libros de la serie del Gran Conflicto. Mientras que esta serie de cinco tomos traza la lucha entre el bien y el mal a lo largo de la historia, la serie de Testimonios para la iglesia está formada por cartas, artículos, sermones, registros de visiones e instrucciones respecto de los asuntos cotidianos de la vida. A su vez, mientras los cinco libros sobre el Gran Conflicto están preparados para ser leídos tanto por adventistas como por un público general no adventista, los nueve tomos de Testimonios para la iglesia tienen como destinatarios específicos a los miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
El génesis de Testimonios se ubica en 1855, cuando surgió, entre los líderes adventistas, la cuestión de cómo hacer circular mejor una de las visiones de Elena de White. Después de cierto debate, votaron que se debía publicar en forma de folleto y distribuir al cuerpo completo de los creyentes.
Así nació el primer Testimonio para la iglesia de Elena de White; un documento de 16 páginas. Este método de dar a conocer las visiones y el consejo de Elena de White fue tan exitoso que, en 1856, apareció un segundo Testimonio de 16 páginas. Para 1864, ella había producido diez folletos numerados consecutivamente. Estos no solo contenían consejos generales para la iglesia en su conjunto, sino también consejos precisos para personas específicas, ya que Elena de White se dio cuenta de que la instrucción dada a una persona podía ayudar a otros que se encontraran en circunstancias similares.
Como lo expresó Elena de White: “Al reprender los males de uno, [Dios] quiere corregir a muchos. [...] Presenta claramente los errores de algunos, para que otros sean amonestados y rehuyan esos errores” (TI 5:619). “Me fue ordenado que presentara principios generales [...] y, al mismo tiempo, especificara los peligros, los errores y los pecados de algunas personas, a fin de que todos pudiesen ser amonestados, reprendidos y aconsejados. Vi que todos deben escudriñar detenidamente su corazón y su vida, para ver si no han cometido los mismos errores por los cuales otros fueron corregidos [...]. Si así sucede, deben sentir que las reprensiones y el consejo fueron dados especialmente para ellos, y deben darles una aplicación tan práctica como si estuviese dirigidos específicamente a ellos” (ibíd., 620).
Elena de White desarrolló la práctica de borrar los nombres personales de sus testimonios publicados para proteger la privacidad de las personas a quienes habían estado destinados. Así, un estudiante de los Testimonios publicados lee acerca del Hermano A o de la Hermana C.
Con el paso del tiempo, los primeros folletos de Testimonios se agotaron. Pero, como todavía había demanda, ella hizo imprimir, en 1864, los diez primeros como la última sección del tomo 4 de Spiritual Gifts. En 1871 y 1879, se volvieron a editar en tomos encuadernados otras colecciones actualizadas de los primeros Testimonios. Finalmente, en el Congreso de la Asociación General de 1883, se votó publicar todos los Testimonios impresos hasta ese momento (treinta en total) en cuatro tomos de 700 u 800 páginas cada uno. Como resultado, los tomos 1 al 4 de Testimonios para la iglesia salieron de la imprenta en 1885. Estas 2.619 páginas, una nueva publicación (con cierta edición) del contenido completo de los Testimonios 1 al 30, proveyeron a la iglesia la colección completa de testimonios publicados hasta 1881, más cien páginas de una nota autobiográfica de Elena de White, ubicadas al principio del tomo 1.
Estos cuatros libros han sido la norma desde ese momento. La paginación se mantuvo igual, y la tabla de contenidos de cada tomo todavía tiene los números originales de cada Testimonio y la fecha inicial de publicación de cada uno.
Sin embargo, la obra de Elena de White estaba lejos de haber concluido: en 1889, apareció el quinto tomo de Testimonios para la iglesia. Incluía los Testimonios 31 al 33. Después en 1900, ella publicó el Testimonio Nº 34, de casi 500 páginas, como el tomo 6. Para entonces, las cosas habían cambiado mucho en el adventismo. El movimiento tambaleante de la década de 1850 había alcanzado la adultez temprana y tenía no solo más miembros, sino también una cantidad siempre en aumento de instituciones. Asimismo, ya existía un gran número de consejos de Elena de White sobre distintos temas, publicados en los cinco primeros tomos de Testimonios y en otros formatos.
Ese cambio de circunstancias generó, a su vez, un gran cambio en la forma que adoptaron los tomos 6 al 9. Por un lado, Elena de White no sentía la necesidad de reproducir consejos que ya aparecían en tomos anteriores. Además, dado el gran volumen de sus escritos durante estos años, se debía tener mucho más cuidado al seleccionar el material apropiado. Y por último, los tomos eran editados con más detenimiento y se los ordenaba de tal manera que la tabla de contenidos de cada uno de los tomo 6 al 9 reflejara una conformación más temática que cronológica. La serie Testimonios para la iglesia se cerró en 1909 con la publicación del tomo 9.
Los nueve tomos de Testimonios han sido invaluables para la iglesia. Mientras la mayoría de las personas tiende a usarlos como obras de referencia, leerlo cronológicamente, de principio a fin, también resulta beneficioso. Tales lectores podrán no solo entrever el flujo