vuelve más complejo, dotándolo de todas capacidades básicas que, como mínimo, necesita un bebé para sobrevivir.
A medida que su crecimiento avanza y es estimulado por su entorno, la cognición evoluciona de forma rápida y constante. Sin embargo, como todo proceso, conlleva una serie de etapas por las que necesariamente se debe pasar para poder seguir avanzando.
Gracias a multitud de estudios sobre los aspectos cognitivos infantiles, hoy día somos capaces de identificar en qué momento del desarrollo se encuentra cada niño. Esto nos permite no solo ajustar su respuesta educativa, sino también, detectar si algo en él no está funcionando correctamente.
Para ello, deberemos prestar especial atención a las teorías brindadas por grandes autores como Piaget, Vygotsky y Freud entre otros. A ellos, junto a otros muchos autores y aspectos del desarrollo que nos ocupa, los estudiaremos a lo largo del presente apartado.
3.1. El periodo sensorio-motor (0 a 2 años)
El periodo sensoriomotor es aquel que comprende desde el nacimiento hasta los dos años, aproximadamente. Durante estos dos años el niño o niña carece de inteligencia representacional, no es capaz de realizar ningún tipo de abstracción que le permita evocar a personas u objetos, sino que manifiesta una inteligencia práctica, necesitada de la percepción directa del mundo.
Desde el primer momento, el niño o niña juega un papel totalmente activo en el medio en el que se desenvuelve, ejerciendo sobre él unas acciones que poco a poco le van a ir permitiendo la adquisición de determinados esquemas de comportamiento cada vez más complejos, hasta llegar a conseguir la capacidad de simbolización y la inteligencia representacional.
Sabía que...
El desarrollo cognitivo comprende el periodo sensoriomotor, y la etapa preoperatoria.
3.2. La etapa preoperatoria (2 a 6 años)
Al finalizar la etapa anterior, el niño o niña pasa a emplear una inteligencia representacional, capacitada para emplear signos que reconvertirá en esquemas mentales internos. Es el momento del desarrollo del lenguaje.
Piaget, además de describir el pensamiento del niño o niña en dos subestadios, utiliza unos rasgos generales para referirse a esta etapa en su conjunto, y Marchesi (1984) los expone de la siguiente manera:
1 Yuxtaposición: fenómeno según el cual el niño o niña es incapaz de hacer un relato coherente y tiene la tendencia a pulverizar el todo en una serie de afirmaciones fragmentarias e incoherentes.
2 Centración: rasgo caracterizado por seleccionar y atender preferentemente un solo aspecto de la realidad, no siendo capaz de coordinar diferentes perspectivas.
3 Irreversibilidad: característica que expone la incapacidad del niño o niña de realizar una misma acción en los dos sentidos del recorrido, conociendo que se trata de la misma acción.
4 Egocentrismo: basado en la confusión del yo y del no-yo. El niño o niña toma su percepción inmediata como absoluta y no se adapta al punto de vista de los demás, remitiéndolo todo a sí mismo.
4. Aspectos motrices del desarrollo infantil
La motricidad es un aspecto esencial dentro del desarrollo cognitivo. Aunque en muchas ocasiones son observados como elementos diferenciados, lo cierto es que sin el primero, no podría darse la motricidad. De ahí que en la mayoría de las ocasiones, se hable de psicomotricidad infantil.
La motricidad en sí misma, implica todos aquellos movimientos que el niño es capaz de realizar de forma voluntaria y por sí solo. Evidentemente, a medida que este crece, dichos movimientos serán más específicos, sutiles e intencionales, papel en el que la cognición y todo lo que ésta implica, juegan un papel muy importante.
Al igual que con el desarrollo cognitivo, la motricidad nos indicará si la evolución del niño está siendo adecuada a su edad cronológica, y en este sentido, también nos podrá poner en sobreaviso de posibles problemáticas.
En este caso, las mismas teorías por las que nos guiaremos de forma cognitiva, nos indicarán la existencia de anomalías motrices. Esto se debe principalmente, a que parte de la motricidad requiere de complejos mecanismos cognitivos para su funcionamiento, tales como el concepto de sí mismo, el reconocimiento del esquema corporal, o poseer buenas capacidades atencionales y perceptivas.
4.1. Características neuromotrices
La conducta refleja es predominante en el momento del nacimiento. Los reflejos tienen un tiempo de aparición y duración, unos desaparecen, otros ceden al control cortical y otros permanecen durante toda la vida.
Los reflejos más importantes son los siguientes:
1 Reflejo de Succión y Deglución: reflejo que permite absorber con la boca y tragar el alimento.
2 Reflejo de Búsqueda: el recién nacido gira la cabeza cuando tiene hambre y ante el estímulo de un objeto cerca de la boca.
3 Reflejo de Prensión Palmar/Plantar: un recién nacido ante el roce de su mano cierra el puño (Reflejo de Prensión Palmar). Este reflejo también puede observarse en el pie (Reflejo de Prensión Plantar).
4 Reflejo de Moro: al oír un ruido o sufrir un movimiento el recién nacido extiende los brazos hacia afuera y después hacia dentro, como para abrazar.
5 Reflejo Cardinal: un recién nacido es capaz de mover la cabeza y la boca hacia un objeto colocado en alguno de los cuatro puntos cardinales de la boca.
6 Reflejo de Apoyo y Marcha: si a un bebé se le sujeta por las axilas y se colocan las plantas de sus pies en una superficie plana, comenzará a realizar los movimientos de la marcha. Movimientos que se irán perfeccionando según su etapa evolutiva.
7 Reflejo Tónico-Asimétrico: este reflejo se encuentra presente en aquel recién nacido, que al echarse sobre su espalda, gira la cabeza hacia un lado y mantiene una postura de ‘espadachín’. Este reflejo se observa durante el primer trimestre de vida, permitiendo el desarrollo visual del bebé. Sin embargo, si el reflejo persiste más allá de esa edad, le podría impedir el óptimo desarrollo de la coordinación ojo-mano. Este trastorno se detecta en niños o niñas con trastornos motrices cerebrales.
8 Reflejo de gateo: puede observarse en un bebé tumbado boca abajo con las piernas flexionadas, si se le toca la planta del pie, este estirará la pierna y empujará su cuerpo hacia delante.
9 Reflejo de enderezamiento estático: consiste en el reflejo que se observa en el bebé que extiende las piernas cuando se ejerce una presión en sus plantas de los pies.
10 Reflejo de Galant: teniendo al bebé tumbado boca abajo, si se le pasa el dedo sobre los riñones, en paralelo a la columna vertebral, el cuerpo del bebé se arquea ligeramente.
11 Reflejo de escalada: puede observarlo si mantiene al bebé cogido por debajo de los brazos, con las piernas colgando, y lo acerca hacia el borde de una mesa, hasta que el empeine de uno de los pies la toque, entonces, el bebé flexionará la rodilla y subirá ese pie a la mesa.
12 Reflejo de Bostezo: este reflejo indica sueño y cansancio en el bebé. Este reflejo se mantiene con la edad, añadiendo a esos significados, el de aburrimiento también.
En el desarrollo infantil son muy importantes los movimientos reflejos o respuestas condicionadas a determinados estímulos, si no hay respuestas podría ser un síntoma de una lesión del sistema nervioso.
Aplicación práctica
Dados los siguientes casos, identifique las conductas que