al que en tal ser le va este ser como el suyo propio”. A la vez, el fenómeno del cuidado fue relacionado con los fenómenos de la facticidad y la caída.
2. Lo que se busca ahora es responder a la pregunta por el sentido del ser en general. Previamente a esto habrá que elaborar el modo fundamental en que se formula esta pregunta por el ser en general, lo cual supone aclarar la posibilidad de la comprensión del ser en general. Esta posibilidad forma parte del ser del Dasein. Finalmente, la aclaración de la comprensión del ser solo puede ser realizada radicalmente si el ente al que originariamente ella pertenece ha sido interpretado de un modo radical.
3. Aquí se formula una serie de preguntas acerca de la originariedad de lo que se ha logrado hasta ahora: primeramente, del cuidado como interpretación del Dasein; en segundo lugar, el patrón de evaluación de esta originariedad de la analítica existencial; en tercer lugar, ¿qué es eso que llamamos originariedad de una interpretación ontológica?
4. Una investigación ontológica es un cierto modo de interpretación, es decir, de Auslegung. Esta interpretación fue caracterizada por una elaboración y apropiación de un comprender. Ahora bien, toda interpretación –como se vio en la Primera Sección– se desarrolla a partir de un haber previo, de una manera previa de ver y de un modo previo de entender. Una interpretación teorética puede convertirse en la tarea fundamental de una investigación y la totalidad de esto es lo que el texto llama “situación hermenéutica”.
La interpretación ontológica del Dasein ha de comenzar por una primera caracterización fenoménica, a saber, del haber previo, es decir, “lo que tenemos entre manos”, lo que primero se nos da y a lo cual se deben ajustar todos los demás pasos. Ahora bien, estos pasos deben ser dirigidos por lo que el texto llama “la posible manera previa de ver” (die mögliche Vor-sicht). Esta manera previa de ver apunta al modo de ser del ente en cuestión. El haber previo y la previa manera de ver abren lo que el texto llama “el repertorio de conceptos” (die Begrifflichkeit), es decir, “la manera de entender previa”.
5. Una interpretación ontológica originaria ha de tener en consideración la totalidad de su objeto. En este caso, ha de hacer entrar en el haber previo el todo del ente que se halla en cuestión, es decir, del Dasein. Pero este todo del Dasein no es dado de una sola vez, sino que se da en un transcurrir que termina en la muerte; por eso en el texto se habla de la unidad de los posibles momentos estructurales.
6. ¿Se podría considerar que el análisis existencial del Dasein hecho hasta ahora garantiza la originariedad que exige el punto de vista ontológico fundamental? Ha quedado establecido anteriormente que el cuidado es el ser del Dasein. ¿Podemos avanzar desde esta unidad que es el cuidado hasta la unidad originaria del todo estructural del Dasein?
7. Este párrafo es un párrafo de transición porque en él se recuerda lo que hasta ahora hemos visto y se anuncia lo que falta por ver. Es así que la idea de existencia se ha entendido como un poder ser en general y se ha dejado de lado el hecho de que, siendo ese poder-ser cada vez mío, queda en la posibilidad de la propiedad o la impropiedad, e incluso “para la indiferencia modal de ellas”. En efecto, la caracterización ontológica de la estructura de la existencia ha tenido “una falla esencial”. Mientras no se incluya el poder-ser propio en la idea de existencia no será posible una interpretación existencial originaria.
8. ¿Cuál es el “haber previo” de la situación hermenéutica en que nos encontramos? ¿Se ha asegurado en el análisis hecho hasta ahora, es decir, en el análisis del Dasein en su cotidianidad, que en él entrara el Dasein entero (das ganze Dasein)? Y al hablar del Dasein entero estamos hablando del Dasein desde su “comienzo” hasta su “final”. Hasta ahora se ha determinado el cuidado (Sorge) como el todo estructural de la constitución del Dasein, pero Heidegger se pregunta si acaso no estamos renunciando ya en este punto de partida a poner bajo la mirada al Dasein como un todo. Efectivamente, cotidianidad es, de hecho, el “entre” del nacimiento y la muerte. “Y si la existencia determina el ser del Dasein y la esencia de la existencia está constituida por el poder-ser”, resultará entonces que mientras el Dasein exista, siempre estará pudiendo ser algo que todavía no es y, por consiguiente, no ser todavía todo. Tampoco podrá ser aprehendido como un ente entero, fracasando entonces la posibilidad de una interpretación ontológica originaria.
9. “El análisis existencial del Dasein hecho hasta aquí no puede reivindicar para sí la originariedad” mientras no se saque “existencialmente a luz el ser del Dasein en su posible propiedad e integridad”. Es importante para el lector que lea la nota al final del libro Ser y Tiempo (pág. 486) acerca de la palabra “integridad”.
10. La tarea es considerar al Dasein entero en el haber previo. ¿Cómo se podría lograr esto? Si lo propio de la existencia es un poder-ser y la esencia del Dasein es la existencia, el Dasein, al ser siempre, puede ser algo más todavía. En ese “todavía” tenemos que incluir el final, que es la muerte porque la muerte está ahí siempre como un no-todavía, como una posibilidad. Por lo tanto, si queremos entender al Dasein entero tenemos que intentar aclarar ontológicamente el concepto de muerte. Y Heidegger añade: “la muerte solo es en un existentivo estar vuelto hacia la muerte”. El estar vuelto hacia la muerte se nos revela como constitución ontológica del Dasein en cuanto estamos siempre con la muerte por delante. “Por consiguiente, el Dasein existente entero se deja introducir en el haber previo existencial”.
Ahora bien, ¿puede el Dasein en propiedad asumir el estar vuelto hacia la muerte? ¿No pasa acaso que vemos normalmente la muerte como algo que le ocurrirá y ocurre a los demás? “Algún día me moriré”, lo decimos como algo casi ajeno a nosotros. Y si se toca el tema en una conversación, algo pasa que la conversación se interrumpe, o se cambia de tema. Es, sin embargo, la existencia mía la que va a tener un final, así como tuvo un comienzo en el que nosotros no intervinimos. ¿Podemos existir propiamente de un modo tal que en nuestra existencia incluyamos al Dasein entero? ¿Con qué criterio podemos discernir este carácter propio? La respuesta de Heidegger es que “el testimonio de un poder-ser propio lo da la conciencia moral” (das Gewissen). Esta conciencia moral exige una interpretación existencial que nos hará ver que en el querer-tener-conciencia ya se da un poder-ser propio. Existe la posibilidad, a veces frecuente, de no querer tener conciencia. El querer tenerla implica asumir el estar-vuelto hacia la muerte.
11. Se ha recordado varias veces en este parágrafo que el cuidado es el ser del Dasein. Habiéndose abordado ahora el tema del poder-estar-entero propio del Dasein se ha asegurado la constitución del ser originario del Dasein. En este párrafo Heidegger da un paso fundamental afirmando que “el poder-estar-entero-propio aparece como un modo del cuidado”. El cuidado es la preocupación por las cosas de la vida, la preocupación por el quehacer de la vida. El cuidado es esa dimensión del Dasein que implica que este tiene que ejecutar su vida, o, como alguien decía, “la vida da mucho que hacer”. El quehacer de la vida muchas veces deja de lado ciertas dimensiones de la existencia, como es precisamente la muerte. La muerte es el “desquehacer” de la vida. El modo propio del cuidado tendrá entonces que incluir el poder-estar-entero propio. Y el testimonio de un poder-estar-entero propio está dado por el querer-tener-conciencia.
12. En este párrafo se empieza por decirnos que el fundamento ontológico originario de la existencialidad del Dasein es la “temporeidad” (die Zeitlichkeit). Solamente desde esta se hace posible de un modo existencial la comprensión de “la totalidad estructural articulada del ser del Dasein en tanto que cuidado”. Se necesita una comprobación concreta de este análisis. Todas las estructuras ontológicas del Dasein que hemos visto hasta ahora deben ser puestas al descubierto en su sentido tempóreo. Por ejemplo, la cotidianidad se nos revelará como un modo de la temporeidad. Por medio de esta repetición del análisis fundamental preparatorio se podrá llegar al fenómeno mismo de la temporeidad. Entonces se comprenderá por qué el Dasein en el fondo de su ser es histórico (Geschitlich). Y “en cuanto histórico” puede desarrollar un saber histórico (Historie).
13. Si la temporeidad es el sentido originario del ser del Dasein y a este ente le va en su ser ese mismo