Pete Newell

El juego de los grandes


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estos equipos intentan forzar al otro equipo para que juegue más rápido que de costumbre. En general, los jugadores más altos tienen más dificultades para maniobrar con control a altas velocidades; por lo tanto, un jugador más alto puede verse limitado en un equipo en el que se emplea un estilo de juego con dicho ritmo.

      La velocidad de acción puede definirse como sigue: “el ritmo más rápido de velocidad que puede mantenerse sin que el cuerpo pierda facultades de control al acelerar, frenar de repente y cambiar de dirección rápidamente”. Cualquier jugador que intente sobrepasar su velocidad de acción personal perderá el control cuando trate de realizar las tres maniobras mencionadas. El jugador tropezará al acelerar, hará pasos cuando pretenda frenar de repente y perderá el equilibrio al querer cambiar de dirección muy rápidamente.

      Al igual que en las capacidades con la lectura, la música o las mate-máticas, todos los jugadores tienen un potencial personal para la velocidad de acción. En general, cuanto más alto sea el jugador, menor será su velocidad de acción. Esto se debe principalmente al equilibrio corporal. Los jugadores más altos tienen naturalmente un centro de gravedad más alto; por lo tanto, las paradas en un tiempo, la aceleración y los cambios de dirección son más difíciles. Estas tres acciones, cuanto más cerca del suelo esté el jugador, mejor le saldrán. La velocidad de acción potencial de los jugadores altos nunca será igual que la de los escoltas y aleros. Afortunadamente, se puede trabajar para maximizar la velocidad de acción de cualquier jugador. Muchos jugadores, del pasado y del presente, muestran las ventajas del control corporal a altas velocidades.

      La rapidez es uno de los atributos más valiosos de un jugador de baloncesto. Dame cinco jugadores que sean más rápidos que sus cinco oponentes y ganaré –quiero decir, en caso de que puedan jugar a alta velocidad. Uno de los jugadores profesionales más rápidos de la actualidad es Gilbert Arenas. En las situaciones de uno contra uno, puede hacer cosas con el balón que la mayoría de los jugadores no pueden hacer sin tropezarse. Su bote con salida cruzada, sus tiros rápidos y sus repentinos saltos le permiten, una y otra vez, conseguir un tiro indiscutible cuando los defensas aún no están listos para evitar que haga un tiro en suspensión.

      El equilibrio y el juego de pies de Gilbert son la clave de su éxito en el uno contra uno. Su cabeza siempre está levantada y por encima de los pies, lo cual le permite hacer rápidos avances, retrocesos y cambios de dirección, todo bajo un control total. Los defensores que intentan enfrentarse a él acaban perdiendo el equilibrio. Cuando Arenas siente que su defensor pierde el equilibrio, salta para hacer un tiro en suspensión. Rara vez consiguen evitar su tiro.

      En la NBA actual, el mejor ejemplo de velocidad bajo control lo ofrece el alero Shawn Marion. De una línea de fondo a la otra, Marion es el más rápido. Su gran velocidad de acción y su control corporal se observan cuando ejecuta ganchos. Al final de un contraataque, Shawn puede mantener una velocidad plena para tirar. La mayoría de los jugadores desaceleran cuando intentan hacer un gancho en un contraataque, pero Marion, de alguna manera, es capaz de mantener su velocidad hacia delante cuando se mueve. De nuevo, puede exhibir un gran juego de pies.

      Todo está en el juego de pies. En el capítulo 2 se decía que el equilibrio es un prerrequisito para poder desarrollar un buen juego de pies. Un buen juego de pies es la base sobre la que puede mejorar se la velocidad de acción. Muchos grandes jugadores han podido de sarrollar altos niveles de velocidad de acción porque tenían un gran juego de pies. Entonces, ¿cómo desarrolla un jugador la velocidad de acción?

      Con un juego de pies y un equilibrio casi perfectos, Gilbert Arenas mantiene siempre el control corporal.

      Desarrollo de la velocidad de acción

      Los entrenadores deben conocer el potencial de velocidad de acción de cada jugador y han de seguir su progreso. El entrenador también tiene que saber qué obstaculiza el progreso de un jugador. Esto permitirá al entrenador generar fórmulas personalizadas. Por ejemplo, algunos jugadores tienen dificultades para recibir en carrera el balón y botar sin dar pasos. Hay que crear ejercicios para rectificar los elementos que puedan mermar el progreso de los individuos en cuanto al control de las acciones a la velocidad de un partido. Más adelante, en este capítulo, se ofrecen buenos ejercicios. Si es necesario, los entrenadores pueden adaptar estos ejercicios a las necesidades de sus propios jugadores.

      Sin embargo, aunque los entrenadores deban ayudar a sus jugadores a aumentar su velocidad de acción en la práctica, no deben permitirles que sobrepasen su velocidad de acción en los partidos. Los entrenamientos sirven para superar los límites, cometer errores y mejorar, pero el partido es para jugar controlando en todo momento. Gracias a los entrenamientos, los jugadores alcanzarán una mayor velocidad de acción en los partidos.

      Como ya hemos dicho, la velocidad de acción ha de desarrollarse en las siguientes tres áreas: aceleración, paradas repentinas y cambios de dirección; en otras palabras, arrancar, frenar con control y cambiar de dirección. Para ofrecer una idea más clara de lo que esto significa, explicaremos las tres acciones en el contexto de un ejercicio. A falta de un nombre mejor, llamaremos a este ejercicio “ejercicio de arrancada, parada y cambio de dirección”.

      Los jugadores forman una fila detrás de la línea de fondo. El primer jugador se coloca cerca de donde se unen la línea de fondo y el lateral del área de tiro libre. Al sonar el silbato, el primer jugador corre y acelera por el área de tiro libre, y llega con una parada en un tiempo equilibrada con los dos pies al vértice del área de tiro libre. Al sonar el silbato por segunda vez, el jugador hace un pivote de reverso y se pone de cara a la línea de fondo. Al tercer sonido del silbato, el jugador acelera hacia la línea de fondo, cambia rápidamente de dirección y realiza una parada en un tiempo equilibrada en la línea de fondo.

      Aceleración

      Antes de que suene el primer silbato, el jugador adopta la posición con un centro de gravedad bajo, preparado para esprintar. Al sonar el silbato, el jugador acelera al máximo y alcanza toda la velocidad posible (como si fuera un patinador de velocidad o un velocista olímpico) antes de llegar a la línea de tiro libre. La aceleración máxima se alcanza cuando la parte superior del cuerpo del jugador se aleja mucho de los pies y el jugador comienza a caer. El jugador no inicia la desaceleración hasta justo antes de llegar a la línea de tiro libre.

      Parada equilibrada

      El jugador debe continuar acelerando todo lo que pueda para que la parada sea lo más difícil posible. Tampoco hay que exagerar. De hecho, el jugador ha de ir tan rápido que parezca imposible parar con control ante la línea de tiro libre. No obstante, cuando está a punto de alcanzar el vértice, el jugador hace una parada en un tiempo con los dos pies. El equilibrio se consigue tocando el suelo con los talones, manteniéndose bajo y balanceándose para alcanzar una posición equilibrada. Un centro de gravedad bajo permite una parada más controlada y evita que nos caigamos hacia delante después de poner los pies en el suelo. Si lo hace correctamente, el jugador no tendrá dificultades para frenar su velocidad hacia delante al poner los pies en el suelo.

      Para que el jugador pueda recuperar el equilibrio antes de pivotar, debe mantener la posición tras la parada en un tiempo durante aproximadamente un segundo. Luego, el jugador hace un pivote de reverso manteniéndose bajo.

      Cambios de dirección rápidos

      El jugador comienza a volver a la línea de fondo con una aceleración moderada, pero, a medio camino, cambia de dirección con un ángulo de 45°, a la izquierda o a la derecha. Tras el corte, el jugador acelera como si intentara ir rápidamente hacia la canasta para hacer un pase o un bote con salida cruzada. Cuando llega a la línea de fondo, el jugador hace otra parada en un tiempo y pone a prueba su equilibrio.

      Ejercicios para las acciones rápidas

      Para aumentar la velocidad de acción, un jugador debe practicar moviéndose a velocidades en las que el equilibrio se ponga a prueba. Sólo se puede pasar al siguiente nivel cuando se consiga experiencia en el anterior. El hecho de perder el equilibrio al frenar, pivotar y cambiar de dirección ha de ser bien recibido durante los entrenamientos. Llegará un momento en que los jugadores