Virginia Wilmerding

La danza


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puede influir especialmente en el ángulo del tobillo y la rodilla de la pierna apoyada, pudiendo dar lugar a complicaciones como esguinces de tobillo y afectar a las articulaciones. Las coreografías que incluyen muchos movimientos hacia el fondo del escenario hacen que, básicamente, tengas que bailar cuesta arriba, lo que puede provocar que el cansancio aparezca antes de lo que lo haría en un suelo plano. Para obtener más información sobre los problemas que puede provocar la fatiga, consulta el capítulo 6.

       Espejos

      Los espejos pueden ser útiles para comprender mejor la alineación del cuerpo, aprender secuencias de movimientos y espaciar a los bailarines en una rutina de grupo. Sin embargo, se corre el riesgo de depender demasiado de los espejos, por lo que su uso en danza está sujeto a debate. De hecho, los espejos no ofrecen una representación exacta del cuerpo. Se puede producir una diferencia entre la posición y el ángulo reales del cuerpo cuando se observa desde un campo visual distinto, lo que puede llevar a una mala interpretación de la alineación y la postura. Deberías intentar pasar tanto tiempo bailando sin mirar al espejo como usándolo. Si el espacio de danza cuenta con cortinas que cubren los espejos, pregunta al profesor si es posible cerrarlas en algunas clases. Como alternativa, si crees que dependes demasiado del espejo, intenta colocarte en una zona del estudio en la que no puedas verte en él.

       EMPODERAMIENTO

       Si ves algún problema en el espacio, dilo

      Cuando hay algún factor de estudio que no contribuye a tu bienestar, ¿lo dices? ¿Pides que cierren las cortinas o que abran las ventanas para alterar la iluminación y la ventilación del estudio? ¿Ayudas a mantener limpio y ordenado el estudio? ¿Has pedido al resto de bailarines que echen una mano para mejorar el entorno? Tienes el poder de influir positivamente en tu entorno de danza. No tengas miedo de hablar cuando sea necesario, aunque siempre con respeto.

       Luz y sonido

      Los bailarines tienen que bailar en una amplia variedad de condiciones de iluminación, sobre todo cuando pasas del estudio al escenario. Por lo general, el estudio suele estar bien iluminado, mientras que en el escenario tienes enfrente un espacio completamente oscuro y estás rodeado de focos, luces de colores y una iluminación desde diferentes ángulos. Los cambios de luces pueden desorientarte y afectar al sentido del equilibrio. El equilibrio exige una combinación de información proporcionada por los ojos, los sensores cutáneos que aportan al cerebro datos sobre el movimiento del cuerpo en relación con la superficie de apoyo, los sensores para la propiocepción y el oído interno. Se ha descubierto que los bailarines dependen mucho de su vista para mantener el equilibrio. Quizá deberías intentar practicar los equilibrios con los ojos cerrados para incrementar la contribución del resto de componentes del equilibrio. Esta práctica puede aumentar la estabilidad con los ojos abiertos. Por lo tanto, trabajar en diferentes condiciones de iluminación puede ayudar a prepararte para los cambios a los que tendrás que enfrentarte en función del lugar. Sin embargo, en la práctica diaria, lo mejor es mantener cierto equilibrio en la iluminación de forma que no obstaculice tu entrenamiento. Por ejemplo, si el estudio tiene cortinas en las ventanas, recuerda cerrarlas antes de que empiece la clase para evitar que la luz del sol incida directamente en los ojos o en ángulos que pudieran hacer que se refleje en los espejos.

      El sonido emana de diferentes fuentes en el entorno donde se desarrolla la danza. De igual forma que las piernas pueden sufrir lesiones como consecuencia de demasiados impactos en el suelo, el aparato auditivo del ser humano puede verse dañado por una exposición excesiva al ruido. Los bailarines tienen que oír el sonido del piano, de los aparatos de música, de la voz humana y del contacto con el suelo (por ejemplo, en claqué). Todos estos sonidos pueden contribuir a la exposición general a los niveles de ruido. Se puede producir un ruido excesivo en el estudio, pero es bastante más probable que se convierta en un problema durante las actuaciones en las que interviene un gran número de músicos o con música amplificada. Se han hecho estudios para determinar cuáles son los niveles seguros de exposición al ruido con el fin de evitar posibles daños auditivos. La intensidad del sonido se mide en decibelios (dB). Existen varias aplicaciones móviles y en línea que permiten medir los niveles de ruido en el espacio donde se desarrolla la danza. Por debajo de los 85 db, se considera un nivel seguro para una exposición continua diaria. Si se superan los 85 db, se recomienda reducir dicho nivel o acortar el tiempo de exposición a dicho nivel de ruido. Ya estés ensayando solo o con otros compañeros, deberás asegurarte de no exponerte a niveles de ruido excesivamente altos.

       Ventilación, temperatura y flujos de aire

      Con frecuencia la danza se suele considerar un ejercicio intermitente que se caracteriza por ráfagas cortas de movimientos intensos seguidas de períodos cortos de descanso. Respirar aire limpio y fresco es esencial tanto para poder rendir con la intensidad necesaria como para recuperarse entre estas actividades intermitentes. Por lo tanto, el entorno debería tener un flujo de aire constante, tanto entrando como saliendo de la estancia. De igual forma que los bailarines exhalan aire espirado e inhalan aire fresco, el lugar donde se desarrolla la danza debería reciclar constantemente el aire ambiente para evitar así que se vicie. Si crees que te cuesta respirar en el estudio debido a una mala ventilación, habla con el profesor o con el propietario para ver si es posible airear el espacio con cierta regularidad.

      Un flujo de aire regular también puede prevenir un exceso de calor durante los ensayos y la actuación. Si tu temperatura corporal sube demasiado, aunque solo sea unos grados, puede tener efectos serios sobre tu bienestar. Aunque toda la comunidad está de acuerdo en que un buen calentamiento es esencial para una práctica segura, prevenir el sobrecalentamiento es igual de importante. El calor se genera en el cuerpo a través de los músculos, que usan la energía para producir movimiento. La temperatura ambiente del lugar donde se desarrolla la danza puede tener una gran influencia en la temperatura corporal. Si el cuerpo se sobrecalienta, muchos sistemas corporales, incluidos el circulatorio y el nervioso, se pueden ver seriamente afectados. Los días de más calor, ten especial cuidado, hidrátate con frecuencia y pide que las ventanas permitan una buena ventilación.

       AUTOCONCIENCIA

       Inventario ambiental

      Haz un inventario del entorno donde se desarrolla la danza. ¿Cómo son los suelos y las superficies? ¿Cómo es el espacio en términos de temperatura, ventilación, iluminación y sonido? ¿Hay espejos y barras? Toma nota de todos los elementos que hay y de cuál es la mejor forma de usarlos.

      En este apartado hemos descrito el espacio y las instalaciones para la danza que influyen en el rendimiento y el bienestar. Se han tenido en cuenta factores como el suelo, los espejos, las barras, las dimensiones y el entorno ambiental. Estos factores tienen un impacto directo en el cuerpo y en tu capacidad para moverte. Debes ser consciente de la influencia que estos factores ambientales pueden tener en el entrenamiento y en el rendimiento para realizar las modificaciones que sean necesarias donde sea posible. Algunos factores, como la superficie del suelo, no son fáciles de modificar, así que quizás tengas que adaptar el comportamiento al entorno. Por ejemplo, cuando cambies a un suelo nuevo, que podría ser más duro que el anterior, deberías empezar a moverte a baja intensidad e ir incrementándola gradualmente. Otros factores, como la temperatura, se pueden modificar con mayor facilidad. Con un mayor conocimiento de los factores ambientales que influyen en el bienestar del bailarín, podrás asumir mayor responsabilidad para garantizar tu propio bienestar en el entorno donde se desarrolla la danza.

      Tanto la ropa como el calzado pueden influir en el rendimiento y la salud del bailarín. El calzado, la ropa para ensayar y los trajes pueden variar considerablemente en función del género y el tema de la obra. En los apartados siguientes hablaremos sobre los aspectos que hay que tener en cuenta a la hora de seleccionar el calzado y la ropa para clase o para una actuación. El objetivo es ayudarte a minimizar el riesgo de lesiones y mejorar potencialmente el rendimiento.

       Calzado