Thuy Bridges

Kinesiotaping


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      Lo habitual es que un profesional novato empiece con los movimientos generales en la zona específica de los síntomas e inicie una evaluación alrededor de esa articulación. Si no hay descubrimientos importantes, el profesional comprueba las articulaciones adyacentes en busca de hallazgos significativos que deben ser tratados. Dado que los hallazgos de las evaluaciones deben alcanzar unas dimensiones de equivalente importancia, el profesional debe tener en cuenta la gravedad de los síntomas.

      Por ejemplo: un paciente se presenta con un dolor persistente en la rodilla al agacharse; la disfunción es importante para el paciente, pero el profesional clínico no puede encontrar pruebas musculares «positivas». Entonces según su formación debe efectuar más pruebas en la rodilla.

      La intención es encontrar pruebas significativas para dirigir el tratamiento o disponer de una prueba para reevaluar la intervención realizada. Si no se obtienen pruebas significativas alrededor de la rodilla, es poco probable que la causa de la disfunción significativa se sitúe completamente en la rodilla, y el profesional clínico debe continuar con el examen de otras articulaciones o estructuras para encontrar pruebas positivas. El objetivo es buscar estructuras o anomalías biomecánicas que limitan la recuperación de la rodilla. En estas condiciones, será más apropiado tratar los hallazgos más significativos en otras articulaciones relevantes que afectan a la rodilla que tratar los déficits musculares menores que se han determinado localmente en la rodilla.

      Los profesionales ya familiarizados con la continuidad miofascial pueden pasar directamente a las articulaciones adyacentes, en las que consideran que puede encontrarse el desencadenante principal del problema. En estas condiciones, las evaluaciones se realizan alrededor de una zona remota y se tratan de forma adecuada. Cabe recordar que el proceso de reevaluación siempre debe incluir la zona local (de los síntomas percibidos que constituyen el problema para el paciente) para demostrar al paciente la relevancia del trabajo en una zona remota.

       KINESIOTAPING EN EL CONTEXTO DE LA GESTIÓN DE PACIENTES

      Es esencial saber que la aplicación de un vendaje puede tener repercusiones fisiológicas, biomecánicas, neurofisiológicas y psicológicas. No debe aplicarse el taping sin tener esto en cuenta. No se trata simplemente de aplicar un trozo de cinta adhesiva o un vendaje encima de una zona dolorosa y esperar lo mejor. De hecho, el taping inadecuado o sin motivo puede predisponer al paciente o al deportista a sufrir lesiones o a agravar una lesión ya existente (Frett y Reilly, 1994).

      Para poder prestar la mejor ayuda al paciente, es importante que todo médico, entrenador o terapeuta identifique primero las necesidades de su paciente. Las personas solicitan ayuda para poder gestionar o comprender ellas mismas su problema. La opción del kinesiotaping y, a este respecto, de cualquier tratamiento depende de las necesidades principales del paciente. ¿Qué es lo que necesita esta persona, una mejor función?, ¿mejorar su rendimiento?, ¿aumentar la resistencia?, ¿fomentar la potencia u otros cambios físicos?, o ¿necesita información y directrices para la autoayuda o el control del dolor o las molestias? ¿Estos componentes funcionales son secundarios a su verdadero objetivo de perder peso, estar en forma física, tener salud mental, hacer deporte, controlar el estrés o de cualquier otro valor primordial?

      A los efectos de la investigación, estas necesidades no se pueden agrupar con facilidad, por lo que en su momento se consideraron como evidencia de baja calidad. No obstante, dado que quien la valora es la persona que busca ayuda, constituyen la medida de éxito más importante. Asimismo, constituyen la medida por la que un paciente volverá a solicitar ayuda a ese profesional clínico o confirmará la eficacia del método y del profesional clínico para resolver su problema.

      Si no se identifican primero estas necesidades personales, resultará complicado medir los objetivos y cambios relevantes.

      Entonces el kinesiotape se convierte en una herramienta para que los profesionales clínicos propicien los cambios y entiendan los problemas de un paciente en particular. El contenido de este texto cubrirá principalmente el manejo de las aplicaciones de taping para ampliar nuestro conocimiento básico sobre los músculos.

       POR QUÉ UN EXAMEN MUSCULAR MANUAL

      En el taping dirigido a los músculos, la premisa fundamental a tener en cuenta es que las disfunciones del movimiento o las estrategias de movimiento no óptimas que dan lugar a la presencia de los síntomas que debe tratar el profesional clínico pueden ser el resultado de un desequilibrio muscular (Kendall y McCreary, 2005; Sahrmann, 2002; Janda, 1986). Cuando se detecta que el origen o la causa principal de un problema existente es un desequilibrio muscular, una disfunción de la extensibilidad del tejido o un déficit del control motor, es necesario que el profesional aborde concretamente estos problemas. Al desgranar los movimientos en los componentes musculares de longitud y fuerza, puede utilizarse el kinesiotape en múltiples paradigmas de tratamiento.

      La eficiencia funcional de un músculo está relacionada con su capacidad de generar tensión. La variedad de la posición en que genera la eficiencia de fuerza óptima se modifica para coincidir con el subsiguiente acortamiento de longitud (Goldspink y Williams, 1992). El componente activo de la tensión muscular se determina por el número de puentes cruzados de actina-miosina que están unidos en un determinado momento; el deslizamiento y acortamiento de estos filamentos genera la tensión mecánica que se distribuye a todos los elementos de la célula, así como a la matriz extracelular a través de los puntos de contacto de la integrina (Ingber, 2010; Chen e Ingber, 1999). En gran medida, el componente de tensión pasiva se debe a los filamentos elásticos de titina que anclan la cadena de miosina a la banda Z, así como a otras estructuras tisulares conectivas.

      Los músculos son más eficientes y generan una fuerza óptima cuando funcionan en una posición de extensión media y tienen una longitud normal de reposo. Son menos eficientes y funcionalmente más débiles cuando debido a una insuficiencia fisiológica o mecánica deben trabajar en una posición acortada o elongada en relación con la longitud de reposo (Goldspink y Williams, 1992). La insuficiencia fisiológica se produce cuando un músculo se acorta activamente en su extensión interna, cuando los miofilamentos de actina se solapan unos con otros. Conforme el músculo se acorta progresivamente, menos puentes cruzados se pueden unir y el músculo es incapaz de generar una fuerza óptima. La insuficiencia mecánica se produce cuando un músculo se contrae activamente en una posición elongada. En esta extensión externa, los miofilamentos de actina-miosina no se solapan adecuadamente, con lo que también hay un menor número de puentes cruzados que se unen (Goldspink y Williams, 1992).

      Cuando un músculo funciona de manera crónica con una longitud alterada (ya sea elongada o acortada), su relación de longitud-tensión se adapta a las nuevas circunstancias. La posición en la extensión en que consigue la producción máxima de fuerza cambia para coincidir con la nueva longitud (Goldspink y Williams, 1992). Dado que la salida tensional máxima se consigue en una amplitud diferente, esto repercute en la coordinación del movimiento y en la respuesta a los exámenes musculares en diferentes extensiones (Grossman y cols., 1982). Los músculos que habitualmente están acortados pueden dar resultados fuertes en su extensión interna, pero son más débiles que el control normal (Grossman y cols., 1982). En el aspecto clínico, es importante efectuar la evaluación en comparación con la otra extremidad y comprobar lo que es «normal» en un determinado paciente.

      Asimismo, se sabe que los músculos están diseñados para adoptar más de un papel funcional; Hodges (2003) indica que un músculo puede tener tres funciones: el control del movimiento intersegmentario, el control de la postura y la alineación, y el control y la producción del movimiento. Es muy posible que cuando se produce una alteración de la relación de longitud-tensión de un músculo, estas tres funciones se vean afectadas. Por ejemplo, el acortamiento de un músculo para mejorar su función en una determinada zona puede repercutir negativamente en su función en otra zona (Gibbons, 2007). Por lo tanto, los exámenes de tensión de longitud y fuerza que se presentan en este libro solo constituyen una de las opciones dentro del abanico de pruebas de las que dispone el profesional clínico. Cuando dentro de las opciones de examen realizadas, una prueba resulta positiva, se asume que esta prueba positiva (que refleja una alteración de la relación de longitud-tensión) también