de pruebas que se utilice en última instancia, siempre deben aplicarse los mismos principios generales para identificar una musculatura en particular implicada en la patología. Cuando un músculo está implicado o se sospecha su implicación, el profesional clínico ha de evaluar si se trata de un déficit relacionado con la longitud o con la fuerza para poder colocar el vendaje muscular adecuado.
REGLAS GENERALES
Examen de preferencia de la longitud
Se separan los orígenes y las inserciones del músculo y se evalúa la calidad en la amplitud final. Cuando la provocación al final de la extensión no es apropiada, debe prestarse atención a patologías irritativas y agudas. Debe obtenerse información a partir de una anamnesis exhaustiva que incluya estrategias de movimiento, movimientos irritativos y estrategias de alivio, así como información a partir de una palpación suave.
Examen de preferencia de la fuerza
Se acercan los orígenes y las inserciones del músculo y el examinador aplica una resistencia para separar el origen y la inserción. Cuando una prueba isométrica no es apropiada, debe prestarse atención a patologías irritativas y agudas. Si el paciente es incapaz de mantener una posición inicial para el examen, es innecesario y contraproducente que el examinador aplique una mayor resistencia al movimiento, ya que la prueba ya es positiva.
En el contexto clínico, la prueba se ve limitada por la fuerza y el manejo del profesional clínico. Si su propia fuerza es inferior a la del paciente, el terapeuta puede no percatarse de un déficit de fuerza, por lo que debe plantearse estrategias para conseguir una ventaja mecánica. El profesional clínico también debe prestar atención a los músculos que soportan peso, que, dependiendo de las circunstancias, se examinan mejor en una posición de soporte de peso o en una posición de antigravedad. Cuando el terapeuta tiene la impresión de que el déficit de un determinado músculo se evalúa mejor con un patrón de carga diferente, debe aplicar el tipo de prueba que le parezca más idóneo. En este caso, el objetivo es identificar una prueba positiva para implicar a un músculo que precisa ser manipulado.
Utilización de la tabla de pruebas
Para formarse una impresión más clara del problema existente, se recomienda que los profesionales clínicos realicen una serie de pruebas alrededor de una articulación. Esto también ayuda a priorizar la intervención. Por ejemplo, si las pruebas de preferencia de un músculo son positivas para la longitud y la fuerza, y si el músculo muestra irritaciones a la palpación, pero por lo demás en comparación con el lado doloroso es «asintomático» (según el paciente), debe darse prioridad a este frente a la zona que solo es sintomática pero no está indicada en la prueba.
Deberá tratarse primero la estructura con las pruebas más «positivas»; es decir, preferencia positiva de la longitud, preferencia positiva de la fuerza, irritación a la palpación y que también es zona de dolor. Al completar la primera aplicación, es recomendable volver a evaluar todas las pruebas positivas para determinar si esta área intervenida ha tenido una influencia positiva en las otras zonas, por lo que ocupa un lugar superior en la jerarquía de la coordinación motora.
Directrices para el taping
Dado que no todos los pacientes responden a una estimulación de receptores basada en la dirección, la tensión del vendaje y en donde empezar y terminar el vendaje no constituyen una ciencia absoluta. Por ello, para aquellos pacientes que muestran un aumento del control nervioso de la actividad muscular se han desarrollado directrices que especifican la dirección de la aplicación del vendaje cuando se estimula la piel en una dirección en comparación con el efecto opuesto cuando se estimula en la otra dirección. En consecuencia, la intención de las directrices de dónde iniciar y terminar el vendaje es general para maximizar la estimulación nerviosa y conseguir el objetivo deseado en aquellos pacientes con este tipo de respuesta. Huelga decir que, en los que no responden a este estímulo, las instrucciones para colocar el vendaje de origen a inserción para la fuerza y de inserción a origen para la longitud pueden no ser tan importantes. Las directrices de dirección para el kinesiotaping se han desarrollado para propiciar una mayor respuesta nerviosa en la mayoría de los pacientes sin tener que introducir más profundamente a los profesionales en la filosofía oriental (Kase, 2003).
Las directrices también están para que los profesionales sean conscientes de su intención en el tratamiento y tengan en cuenta la cantidad de estimulación que aplican y por qué lo hacen. Para los profesionales no tan familiarizados con la sutileza del trabajo propioceptivo y linfático, esto puede resultar un concepto nuevo. Por ejemplo, para conseguir que un músculo tenso o corto se vuelva a «relajar y elongar», un fisioterapeuta puede trabajar en la miofascia de proximal a distal con la intención de elongar el tejido (es decir, hay una desviación direccional con el trabajo manual). Sin embargo, si se determina que el problema es más bien de naturaleza linfática, el fisioterapeuta puede optar por trabajar más superficialmente de distal a proximal para favorecer el retorno y el drenaje de los exudados linfáticos.
El profesional clínico opta por una profundidad de contacto y una dirección de su trabajo manual con la intención de controlar lo que ha determinado como el problema más significativo. El objetivo es efectuar el tratamiento con aquella dirección de trabajo y aquel tipo de contacto que permiten abordar de forma más específica lo que el profesional considera como problema. Por el mismo motivo, el Kinesio Taping Inhibition Taping (aplicación de inhibición o de longitud) se coloca desde la inserción hacia el origen, ya que se sabe que el vendaje tiene la tendencia de retroceder hacia el ancla o anclaje inicial. Se coloca sin tensión y es el primer punto de fijación. Para los profesionales novatos en el kinesiotaping, también el ancla puede ser más larga, dado que se coloca de forma más intencionada, por lo que el retroceso del vendaje normalmente será hacia el ancla más grande y mejor fijada. Cuando el ancla inicial se coloca distalmente, puede procurar un efecto estimulador cutáneo similar en el tejido subyacente, al mantener la parte distal de una extremidad y alargarla, o realizando un trabajo manual con la intención de elongar el tejido blando.
El taping de fuerza o de facilitación suele aplicarse de proximal a distal. Dado que el vendaje retrocede proximal-mente hacia el ancla inicial, existe un efecto de fruncido creciente intencionado del tejido que puede ser demasiado largo. Aparte del estímulo potencial a través de receptores en la miofascia, la intención es propiciar la superposición normal de los filamentos de actina-miosina para restablecer la fuerza. Para «facilitar y aumentar» la actividad del sistema, se aplica la tensión superior (25-35 %) con la intención de proporcionar más estimulación que la aplicada en el taping de inhibición (o de longitud). La tensión no excede el 50 % dado que el método de kinesiotaping reconoce que las tensiones superiores pueden dar lugar a fuerzas compresivas, un retroceso más fuerte del vendaje para crear cambios y una intención de corrección más mecánica para tratar mediante el uso del vendaje (Kase, 2006).
El objetivo del kinesiotaping de longitud y de fuerza es crear el efecto deseado sin que el paciente sea demasiado consciente del vendaje o dependiente de este; en otras palabras, el reexamen es mejor, pero el paciente suele no ser consciente de que lleva el vendaje en el cuerpo. Al igual que en la mayoría de las modalidades manuales, el mecanismo exacto sigue siendo teórico y todavía debe probarse; sin embargo, la intención de tratar sigue siendo la misma.
Prueba del deslizamiento manual
Los profesionales familiarizados con la prueba de deslizamiento manual que se enseña en los cursos de kinesiotaping pueden utilizar este tipo de pruebas para determinar en dónde deben empezar con el ancla inicial en un determinado paciente. Con este tipo de pruebas se puede establecer en qué dirección es mejor estimular los mecanorreceptores locales para conseguir el efecto deseado. El ancla inicial debe colocarse en donde el profesional pretende que el tejido se deslice (sea el origen o la inserción de un músculo en esta situación). La base y el ancla final se colocan sobre el músculo restante hasta su inserción ósea. La tensión del vendaje debe coincidir con las tensiones de longitud y fuerza.
Para todas las aplicaciones de taping muscular
Independientemente de las aplicaciones de longitud o fuerza, la piel y la fascia alrededor del músculo siempre han de encontrarse