en esta estructura en todas las personas, este tratamiento solo ofrecerá beneficios a unos pacientes, pero no a otros.
Conforme van produciéndose cambios funcionales en el paciente, el profesional no debe dar por supuesto que el mismo taping seguirá aportando el mismo beneficio. Es necesario efectuar evaluaciones regulares que van a condicionar cambios en las intervenciones de taping y reflejar los cambios funcionales que muestra el paciente. Para maximizar los resultados en cada individuo durante cada una de las fases de recuperación, se recomienda examinar los déficits individuales y priorizar las intervenciones.
Dado que no existe un único proceso de taping para cada síntoma o diagnóstico, este proceso de intervenciones individualizadas dificulta la investigación del estudio del kinesiotaping; sin embargo, este método de evaluación e intervención local basado en el individuo y en el «cuerpo como evidencia» es clínicamente más relevante y refleja los estados cambiantes del paciente concreto a lo largo del tiempo. Tiene en cuenta las causas multifactoriales y complejas del dolor y de las disfunciones que son distintas en cada individuo, y además tiene como objetivo relacionar las intervenciones con lo que es importante para el paciente.
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CAPÍTULO 1
Introducción al kinesiotaping y función de los músculos en el sistema esquelético neuromiofascial
El kinesiotape ha evolucionado como herramienta terapéutica única para entrenadores, fisioterapeutas, terapeutas y profesionales clínicos. Su creación, a principios de la década de 1970, se debe al quiropráctico doctor Kenzo Kase. Bajo la dirección del doctor Kenzo Kase, la filosofía del método del kinesiotaping ha sabido armonizar los sistemas fisiológicos del cuerpo restaurando el «Ku» (espacio), el «Do» (movimiento) y el «Rae» (enfriamiento).
En concreto, la manifestación de la afectación física de una persona tiene un elemento de:
•Afectación del espacio «Ku»: las articulaciones están comprimidas, el tejido restringido y el líquido limitado.
•Afectación del movimiento «Do»: encontramos la implicación de estrategias de movimiento alterado y restricciones en la amplitud del movimiento, así como en el movimiento de las sustancias químicas y los fluidos.
•Afectación térmica (enfriamiento) «Rae»: las patologías inflamatorias dan lugar a calor, al igual que los músculos que deben compensar. Las irritaciones neurológicas y las patologías por alteraciones químicas han de ser «enfriadas» o calmadas.
Se considera que el kinesiotape restaura estos elementos de armonía al intervenir en diferentes niveles fisiológicos para recuperar la homeostasis del organismo.
Además de las manifestaciones físicas concretas de una persona, la formación en kinesiotaping también tiene en cuenta la salud general y el bienestar del paciente. Pese a que pueda variar el lenguaje empleado para describir este aspecto en las diferentes terapias, cabe destacar que la mayoría de ellas dan una importancia equivalente a esta esfera y a su influencia en la persona. La capacidad del cuerpo humano para adaptarse a los estímulos y a los retos se ve influenciada por múltiples factores: control neurológico (componentes conectivos, químicos y psicológicos), la química local de la zona y el intercambio linfático, así como el apoyo nutricional aportado al sistema para su recuperación. En esta y en otras áreas, las disfunciones pueden manifestarse en el aspecto físico y deberán ser tratadas para conseguir resultados más sostenibles y duraderos. El tratamiento más holístico de la persona es inherente al método de kinesiotaping.
FASCIA
Se considera que existen varios procesos fisiológicos a través de los que el kinesiotaping ejerce su acción en el organismo. El mecanismo clave es la modulación del sistema de fascias. Para la eficacia del método de kinesiotaping son fundamentales la plasticidad de las fascias y su capacidad de respuesta a los estímulos (Findley y Schleip, 2007; Schleip, 2003; Schleip y cols., 2012).
El sistema de fascias es un extenso entramado a lo largo del organismo (Guimberteau, 2005; Schleip y cols., 2012; Myers, 2001; Stecco, 2004) que desempeña una función de exoesqueleto al generar una organización funcional de los músculos (Benjamin, 2009). Además de permitir el deslizamiento de las estructuras (Guimberteau, 2005; Stecco, 2004; Stecco, 2012), la continuidad de las fascias a lo largo de todo el organismo permite que contribuyan al sistema de señalización mecanosensible de todo el organismo (Langevine, 2006). Las fascias no deben considerarse como una entidad aislada, ya que además de los orígenes e inserciones musculares (Yucesoy y Huijing, 2007) forman vínculos entre los tejidos musculares y no musculares en diferentes localizaciones. Las fibras fasciales pequeñas se extienden para conectar con la propia membrana celular (Passerieux y cols., 2006). Los tejidos conectivos musculares y articulares deben considerarse como entidades continuas a través de la continuidad de sus fascias (Van der Wal, 2009).
La percepción cutánea (exterocepción) y la propiocepción se localizan dentro