sistema telegráfico entre las suturas y el sistema ventricular del encéfalo. Hemos trazado con éxito el curso de axones nerviosos en monos, que parten de la sutura sagital en sentido central atravesando las meninges hasta la pared del tercer ventrículo del encéfalo.2 Este trabajo histológico nos suministra las estructuras necesarias para respaldar el modelo conceptual descrito.
2.En una descripción del seno recto hallada en el libro Gray’s Anatomy (39º EDICIÓN INGLESA) se menciona una vellosidad aracnoidea que se proyecta por el suelo del seno recto en su ángulo de unión con la vena cerebral magna. Esta vellosidad contiene un plexo sinusoidal de vasos sanguíneos que se congestionan y actúan como un mecanismo de bola válvula. Este mecanismo puede entonces controlar el flujo de salida de la vena cerebral magna que, a su vez, al aumentar la resistencia al retorno del líquido, efectúa la secreción del líquido cefalorraquídeo a través de los plexos coroideos de los ventrículos laterales. El drenaje de estas regiones del encéfalo corresponde a los vasos cerebrales internos, que desaguan en la vena cerebral magna.
Planteamos la hipótesis de que la presencia de estas estructuras respalda la posibilidad de otro mecanismo mediante el cual la producción de líquido cefalorraquídeo se halla bajo control homeostático. Sugerimos que es el mecanismo de presostato el que hace que el sistema ventricular del encéfalo se dilate y contraiga rítmicamente, y no una potencia contráctil intrínseca del tejido cerebral. La observación del tejido cerebral humano vivo in situ muestra el movimiento rítmico del tejido cerebral; sin embargo, parece más razonable llegar a la conclusión de que el sistema ventricular del encéfalo está respondiendo a la presión cambiante del líquido cefalorraquídeo, y no generándola mediante contracción.
Independientemente, el neurocirujano sudafricano E. A. Bunt, M. D., ha desarrollado un modelo parecido mientras estudiaba el campo de la hidrocefalia normotensiva idiopática. El doctor Bunt nos ha mostrado unas tomografías seriadas de los ventrículos laterales y tercero del cerebro que muestran aproximadamente un cambio del 50% en el campo durante la dilatación y contracción de los ventrículos laterales del cerebro a un ritmo de 6 ciclos por minuto en un paciente normal. El doctor Bunt cree que el concepto del presostato es viable.
MODELO DE BECKER
Hay otro modelo que podría explicar el origen del movimiento rítmico craneosacro elaborado por Frederick Becker, Ph. D., anatomista y antiguo colega en el Departamento de Biomecánica de la Michigan State University.
El doctor Becker sostiene la hipótesis de que el ritmo craneosacro tal vez sea la respuesta tónica de los músculos extradurales a las fuerzas de la gravedad. Estos músculos aportan: (1) un estímulo aferente al sistema nervioso central que produce las fluctuaciones de presión del líquido cefalorraquídeo, o (2) por medio de continuidad fascial, los músculos voluntarios pueden actuar directamente sobre las membranas durales. (Estas membranas forman el límite del sistema hidráulico del líquido cefalorraquídeo.) Esta influencia podría causar una subida y bajada rítmicas de la presión hidráulica del sistema mediante el cambio rítmico de la tensión de estas membranas durales.
No obstante, nuestra experiencia en la exploración de pacientes neuropatológicos tiende a refutar esta hipótesis. Hemos detectado un ritmo craneal poderoso en la cabeza de pacientes con poco o ningún tono en los músculos esqueléticos por una lesión medular que causó tetraplejía. Si el ritmo craneosacro dependiera del tono de los músculos esqueléticos, deberíamos esperar un debilitamiento de la amplitud del movimiento craneal. Además, el músculo y tejido conjuntivo denervados parecen moverse rítmicamente, a 20-30 ciclos por minuto. Si el ritmo craneosacro dependiera del tono del músculo esquelético, no parece posible que pudiera existir una frecuencia elevada en los músculos esqueléticos de un tetrapléjico, sin que ello influyese en el ritmo craneal. En muchos casos de tetraplejía, el ritmo craneal de la cabeza se mantiene dentro de límites normales, tanto en amplitud como en ciclos por minuto.
1No obstante, los anatomistas italianos a comienzos de la década de 1900 enseñaban que la osificación de las suturas del cráneo era patológica en los humanos adultos. Estas ideas contradicen las de los anatomistas británicos, que enseñaban la doctrina de la osificación de las suturas y la inmovilidad del cráneo como un estado normal (Anatomia Umana, Vol. 1, 1931, del catedrático Guiseppe Sperino, pág. 203).
2Este trabajo está en curso en colaboración con el Dr. E. W. Retzlaff del Michigan State University Department of Biomechanics.
Capítulo 2
El concepto craneosacro: terminología básica
La mayoría de los lectores de este libro cuentan con buenos conocimientos de anatomía y fisiología, si bien muchos términos y conceptos empleados en la Terapia craneosacra no se destacan mucho en los cursos normales de anatomía y fisiología. Otros términos tienen significados específicos en la Terapia craneosacra que difieren de los que se usan en otros campos de la medicina. Por tanto, antes de pasar al cuerpo principal del libro, queremos repasar en este capítulo la terminología anatómica, fisiológica y terapéutica más importante que se emplea en la Terapia craneosacra, así como el lenguaje de la posición anatómica. Muchos de estos términos se expondrán con mayor detalle en capítulos posteriores del libro.
EL SISTEMA CRANEOSACRO
Se trata de un sistema fisiológico que hace poco que goza de reconocimiento. Posee actividad rítmica fisiológica propia. Cuenta con todas las características de un sistema hidráulico semicerrado. Anivel funcional, está íntimamente relacionado con el sistema nervioso central, el sistema nervioso vegetativo, el sistema neuromusculosquelético y el sistema endocrino. Sus límites están formados por las meninges, específicamente la duramadre. La entrada de líquido en el sistema se realiza por el plexo coroideo, que permite el paso de líquido del sistema vascular al sistema ventricular del encéfalo. El plexo coroideo es selectivo en el paso de sustancias de la sangre al sistema craneosacro. El líquido que sale del plexo coroideo se llama líquido cefalorraquídeo (LCR). Este LCR vuelve al sistema venoso por medio de las vellosidades aracnoideas. Estas vellosidades se concentran sobre todo en el seno sagital dentro de la bóveda del cráneo, pero también se hallan en número significativo por todo el sistema de drenaje venoso intracraneal.
Hay un sistema hidráulico semicerrado compuesto por la duramadre y sus contenidos. La duramadre es esencialmente impermeable al líquido cefalorraquídeo que contiene. La entrada o salida de líquido del sistema se produce por medio de estructuras hísticas especializadas (plexos coroideos y vellosidades aracnoideas) que se encuentran bajo control homeostático. Estos mecanismos de entrada y salida permiten calificar el sistema hidráulico de semicerrado.
Los mecanismos homeostáticos son mecanismos autorreguladores y autoequilibradores que dependen de bucles de retroalimentación. Los sistemas biológicos contienen mecanismos homeostáticos que les permiten efectuar una adaptación instantánea a los cambios constantes en el ámbito interno y externo. Un ejemplo de mecanismo homeostático en el ser humano es la producción de la hormona tiroidea por el tiroides, que está bajo el control de la hormona tiroestimulante de la hipófisis. Ésta recibe información sobre si debe o no liberar más hormona tirostimulante en el torrente circulatorio a partir del nivel de hormona tiroidea en la sangre, que la hipófisis controla constantemente. La glucemia, el calor corporal, la tensión arterial y otro millón de actividades del cuerpo se regulan constantemente mediante mecanismos homeostáticos.
Como sistema hidráulico, los límites del sistema craneosacro, las membranas durales, reciben forma por la presión del líquido dentro del sistema y por sus caras más rígidas, los huesos del cráneo a los que la membrana se inserta con firmeza y en numerosos puntos dentro de la bóveda del cráneo. Este diseño permite considerar los huesos del cráneo funcionalmente como «puntos rígidos» de la membrana dural. Estos puntos rígidos se usan como indicadores en el diagnóstico y como puntos de manipulación en el tratamiento.